¿LA UE OCULTÓ LOS PRECIOS DE LAS VACUNAS?
La revelación accidental de los precios de las vacunas anti covid-19 inquieta al Viejo Continente y disgusta fuertemente a sus fabricantes, porque previamente la autoridad de la Unión Europea (UE) había pactado con ellos mantener esos precios en secreto absoluto.
Ciertamente que en todas partes se cuecen habas, pero resulta que Europa es norte y guía de la civilización occidental y se nos hace difícil entender cómo puede ser partícipe de las políticas de secretismo tan características de pueblos subdesarrollados. Las naciones que integran la Unión Europea no son feudos de líderes irresponsables y entre ellas encontramos algunos de los índices más altos de desarrollo humano.
Es oportuno preguntar si la vacunación terminará con la pandemia y la dubitativa respuesta de los expertos es que no, pero que es la más valiosa contribución a tal propósito. Por ahora no se sabe con certeza cuánto dura la inmunización.
Cuando la secretaria de Estado belga para los presupuestos señora Eva De Bleeker se exaltó en una asamblea, dejó escapar estos datos sobre las vacunas “occidentales”: la más cara, $18.15, por dosis; la intermedia, $14.64; y la menos costosa (Astrazeneca-oxford), que es la primera adquirida por el gobierno de El Salvador, $2.17. A estos precios se tendrá agregar los costos de distribución, aplicación y mantenimiento de la cadena fría y la doble dosis requerida en algún caso. Así, la inversión inicial costeada por los contribuyentes salvadoreños por dos millones de dosis sobrepasará los $4,340,000. Por cierto que la efectividad de Astrazeneca-oxford es del 90 % o más, equiparable a la de marcas de mayor precio. Ante la espera prevista para esta vacuna, El Salvador adquirirá la de Pfizer, intentando comenzar la inmunización en el primer trimestre del año nuevo.
Costa Rica, el país centroamericano con mejores servicios de salud popular y privada, ya está aplicando la vacuna de Pfizer, fabricada en Bélgica, de la que adquirió tres millones de dosis. Además, los ticos ya compraron también la vacuna de Astra Zeneca-oxford.
Hay algo muy importante divulgado de manera oficial por la Organización de las Naciones Unidas (ONU): El Salvador se encuentra entre los diez países seleccionados para recibir vacunas gratuitamente (junto a Honduras y Nicaragua), entendiendo que ello no les inhibe para hacer compras si logran así acelerar el proceso de inmunización. En este proyecto está involucrado Astra, el mecanismo de acceso mundial a las vacunas contra el covid-19 integrado por 172 países, que busca garantizar la vacuna para sus miembros y que está promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¡Un gran ejercicio de solidaridad humana!
La pandemia del covid-19 que azota al mundo con 46.9 millones de casos (en diciembre de 2020) ya se ha cobrado 1.8 millones de vidas y amenaza con extenderse rápidamente, sobrepasando la capacidad médico-hospitalaria tanto de naciones ricas como de países pobres, lo que les obliga a redistribuir sus recursos financieros y acrecienta la crisis económica que deteriora su capacidad para reponer los empleos perdidos en estas circunstancias.
Al comenzar 2021 debemos proponernos responsablemente cumplir con los protocolos sanitarios que evitan en lo posible la extensión de la pandemia y, aunque suene monótono, hay que insistir en el uso de mascarillas, lavado frecuente de manos y no integrarse a reuniones numerosas de personas. En este renglón tienen especial responsabilidad los líderes políticos en campaña. No debemos atenernos a la vacunación porque esta tardará en ser aplicada y no podrá cubrir al total de la población.
Es hora de meditar, orar y rectificar si nos hemos equivocado. Es hora de cuidarnos y cuidar de los demás. Nada de abrazos. Es hora de demostrar así nuestro cariño por El Salvador.
Es oportuno preguntar si la vacunación terminará con la pandemia y la dubitativa respuesta de los expertos es que no, pero que es la más valiosa contribución a tal propósito.