Violencia por odio, el drama de las personas LGBT en el país
Informe de Human Rights Watch sostiene que las personas de la diversidad sexual siguen siendo víctimas de violencia. Señalan retrocesos en las garantías de sus derechos humanos.
“Bukele debería condenar públicamente y en forma inequívoca, la violencia contra personas LGBT y alentar a los fiscales a impulsar juicios por delitos de odio” Cristian González, INVESTIGADOR DE HRW
Continúan los delitos motivados por el odio contra personas lesbianas, gais, bisexuales y transgénero (LGBT) en El Salvador, así lo revela el informe “Tengo suerte de seguir con vida” que documenta la violencia y discriminación contra las personas de la diversidad sexual en El Salvador, publicado por Human Rights Watch (HRW ).
La organización sostiene que los esfuerzos de El Salvador orientados a proteger los derechos de las personas LGBT en el país han sido“inadecuados” para frenar la violencia y discriminación, además que el cambio de gestión gubernamental no ha supuesto un cambio en la realidad de dicha población, por el contrario, señalan retrocesos.
Afirman que fue una medida desacertada la desarticulación de la Dirección de Diversidad Sexual, creada bajo la Secretaría de Inclusión Social, la cual tenía la función de capacitar a los empleados gubernamentales, incluidos policías, sobre cuestiones de orientación sexual e identidad de género. La dirección fue absorbida por una Unidad de Género que ya existía en el Ministerio de Cultura y renombrada como la Unidad de Género y Diversidad.
A esto se suma la violencia sistemática por parte de las autoridades policiales, la violencia social por las pandillas y la discriminación por la identidad u orientación sexual que sufren en sus hogares.
“Bukele debería condenar públicamente y en forma inequívoca, la violencia contra personas LGBT y alentar a los fiscales a impulsar juicios por delitos de odio. También es clave que se asegure que los jueces reciban la capacitación necesaria sobre estos delitos de odio”, afirma Cristian González Cabrera, uno de los autores del informe de HRW.
La organización señala que “los policías han tenido responsabilidad directa en graves violaciones de derechos humanos. En otros casos, dieron un trato discriminatorio a personas LGBT que sobrevivieron a hechos de violencia y obstaculizaron su acceso a la justicia. La falta de receptividad policial también facilita la violencia contra las personas LGBT en El Salvador por parte de pandillas y otros actores no estatales”, apunta el informe.
Bianka Rodríguez, directora de Con
“Las personas LGBTI somos más vulnerables a abusos hasta llegar a crímenes de odio. Esos hechos incluyen tratos inhumanos, detenciones ilegales, agresiones físicas y violencia sexual”
Bianka Rodríguez, DIRECTORA DE CONCAVIS TRANS
cavis Trans, asegura que la violencia en las dos vías (pandillas y policías) es constante y que no ve señales de cambios. “Las personas LGBTI somos más vulnerables a abusos hasta llegar a crímenes de odio. Esos hechos incluyen tratos inhumanos, detenciones ilegales, agresiones físicas y violencia sexual”
Afirma que en 2020 esta violencia ha ido aumentando por las medidas implementadas por el Gobierno. “Los agentes de seguridad pública son algunos de los principales perpetradores de esta violencia”, dijo.
Bianka sostiene que el año pasado atendieron a 131 personas LGBTI que se vieron obligados a desplazase internamente a causa de la violencia.
HRW reconoce que en materia de leyes y políticas oficiales, El Salvador está en una posición adelantada que la mayoría de los países de América Central en el reconocimiento de los derechos de las personas LGBT. Sin embargo, señala que en su entorno legal y de políticas públicas aún faltan protecciones.
En 2015, la Asamblea Legislativa reformó el Código Penal (art. 129 y 155) y se incluyó delitos motivados por odio racial, étnico, genérico, político, identidad y expresión de género u orientación sexual.
Sin embargo, señalan que en los últimos cinco años, los fiscales solamente han presentado cargos por delitos de odio en tres casos sobre la base de la identidad de género, y en ningún caso en función de la orientación sexual.