TIRAR PIEDRAS A LAS ESTRELLAS
Cuéntase de un personaje no muy cuerdo en la Lombardía en Italia del siglo XVI que solía llamar la atención de los pueblerinos coterráneos con grandes extravagancias, la mayoría sin sentido, cada vez más grandes y absurdas. Sus hechos estaban precedidos por fuertes rumores de que haría algo extraordinario que dejaría maravillado al pueblo y aunque sus actos eran ridículos, conseguía llamar la atención, como el circo que pasa por el pueblo.
En una ocasión anunció con gran pompa, carteles y rumores diseminados por todo el pueblo, que haría la proeza más grande hasta ese día, que derribaría estrellas, sin decir cómo, por supuesto. Montó el escenario con banda de músicos, pirotecnia y repartió panecillos para atraer a la multitud, muchos fueron por los panes, otros por la música, algunos por la pirotecnia aunque no creyeran que lo prometido era posible, pero logró la atención del pueblo y una convocatoria importante.
Con el espectáculo montado astutamente, la incógnita de si lograría derribar estrellas creció, algunos se reían, otros se mostraron escépticos pero querían dar fe, algunos fanáticos del personaje juraban que él era capaz de eso y más y que esa noche pasaría a la historia como un gran día.
Subió a una tarima grandiosa y se preparó para su acto, un montículo de piedras de mediano tamaño a la mano y una catapulta de muy grande enfrente. La noche estaba medio nublada, había pocas estrellas visibles, pero continuó. Probó primero con la catapulta y como era de esperar no logró derribar ninguna estrella. A medida que el cielo se cerró más, dijo que ahora usaría su fuerza descomunal y lanzaría con su mano la piedra que derribaría estrellas. Efectivamente lanzó piedras hacia el cielo y no pasó nada, por supuesto, la pirotecnia se hizo presente y el personaje del cuento, grandilocuentemente, dijo que lo había logrado, que lamentablemente el cielo nublado no permitió verlo bien... sus fanáticos aplaudieron a rabiar y algunos aseguraron ver caer estrellas.
Los sensatos lo tomaron a bien como show bufo, comieron, hubo música y espectáculo, no vieron caer ninguna estrella como lo supusieron desde el principio, pero comentaron la habilidad del derriba estrellas para llamar la atención, uno le preguntó qué fin perseguía con sus actuaciones, la respuesta fue
“llamar la atención”. Eventualmente se convirtió en alcalde del pueblo y amasó una fortuna importante a costa de los pueblerinos.
Esa historia italiana ciertamente nos hace pensar en las similitudes con las actuaciones del presidente
Bukele, cada vez arremete contra algo mayor, más sagrado para el pueblo, ahora ha arremetido con furia e irrespeto contra la memoria de 70 mil muertos, un país con su infraestructura destruida, que después de 12 años de guerra feroz, ambos bandos con apoyos importantes de fuera, tuvo la humildad y la lucidez de parar la guerra, de firmar unos de los Acuerdos de Paz más ejemplares del mundo; callaron las armas, el ejército regresó a sus cuarteles fuera de la política, que habían manejado desde 1932, se disolvieron los cuerpos de represión, la guerrilla enterró las armas, no hubo más secuestros ni asesinatos políticos.
Los gobiernos de Cristiani y Calderón Sol hicieron crecer la economía y recuperarnos del trauma de la guerra, se instauró la democracia que este señor ataca constantemente y quiere acabar con ella.
Hace cosas chocantes para llamar la atención y como el personaje del cuento amasa una fortuna.
Uno le preguntó qué fin perseguía, la respuesta fue “llamar la atención”. Eventualmente se convirtió en alcalde del pueblo y amasó una fortuna importante a costa de los pueblerinos.