CANNABIS MEDICINAL, GRAN OPORTUNIDAD PARA LA ECONOMÍA
Nuestra economía está en serios problemas, el PIB cayó más del 8 % el año anterior, la deuda del Estado es superior al 90 % del PIB, no hay dinero para pagar deuda, los ingresos del Estado raspaditos servirían para pagar intereses, el crecimiento de la economía es del orden del 2 % desde hace mucho tiempo. Para pagar deuda y mantener los servicios del Estado es necesario crecer a tasas mucho más altas, difícil porque no se ven motores en la economía para ese crecimiento vigoroso.
El GOES ha iniciado conversaciones con el FMI para lograr préstamos, reestructurar la deuda a más largo plazo, a tasas más bajas de interés, para lograrlo se debe demostrar al FMI que podemos pagar, presentar un plan de reducción del gasto e incremento de los ingresos serio, eso pasa por reducir el tamaño del Estado sustancialmente, reduciendo plazas e inversiones y por implementar nuevos impuestos que realmente recauden. Ambas tienen costo político, ojalá el gobierno logre formular esa propuesta y conseguir los fondos.
De todas formas, la producción de riqueza, incremento del PIB o crecimiento de la economía es absolutamente necesario para funcionar, sacar de la pobreza a muchos generando empleos y eso solo se consigue con inversión.
Dadas las condiciones del actual Gobierno y su muy sonora controversia con nuestro principal socio, Estados Unidos, la confianza en el país parece haber disminuido notablemente, la mayoría de inversiones necesita se recuperen en años, por lo que esa confianza o inversiones con rentabilidad a plazo más corto se hacen necesarias.
Una alternativa que puede llenar las dos condiciones es la legalización y reglamentación del cannabis medicinal, en auge en el mundo, que está moviendo miles de millones de inversión y de circulación en las economías, en Canadá, Estados Unidos, México y varios países latinoamericanos.
Vale la pena investigar y pensarlo bien, son pocas las avenidas que se abren fácilmente en nuestras condiciones.
En la actualidad, cerca de 30 países han legalizado alguna forma de producción y comercialización del cannabis, frente a solo cinco países en 2014, y se espera que muchos otros lo hagan en el futuro próximo.
En Argentina estiman que el tamaño de la industria podría llegar a $450 millones, entre medicinal e industrial. En el primer grupo hay medicamentos, aceites y nutracéuticos, comúnmente pensados para aliviar el dolor en enfermedades crónicas; en el segundo, hay cáñamo (planta del cannabis con bajísima concentración de psicoactivos) que se utiliza en el sector textil y fabricación de alimentos o productos veterinarios con
CBD, un componente del cannabis que no tiene propiedades psicoactivas.
Para eso, hace falta un marco regulatorio que acompañe e impulse las inversiones a nivel industrial.
Algunos datos para entender el boom que vive la industria del cannabis a nivel mundial, las actividades vinculadas generaron 200,000 puestos de trabajo en EUA; en Colombia, se generan 17 empleos por hectárea de cultivo al aire libre y según FDI Intelligence, la inversión extranjera directa en esta industria superó los $1,800 millones en 2019.
Un destino seguro es Europa pues aquí se puede producir todo el año a bajo costo, allá buena parte del año no. El país podría exportar medicamentos, alimentos, fitopreparados.
El componente “de moda” es el CBD, que no tiene propiedades psicoactivas, sino de estabilización del sistema nervioso. La industria de alimentos que la incorpora movió en Estados Unidos $25,000 millones el año pasado.
No se vale decir NO solo por prejuicios, debemos investigar seriamente.
Legalizar el cannabis medicinal es una de las pocas alternativas que pueden atraer inversiones grandes y aportar sustancialmente a la economía. Se debe investigar, no se vale decir no por prejuicios.