EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES EN LAS EMPRESAS: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
En la primera parte de este artículo comentaba que el Pacto Global de las Naciones Unidas y ONU Mujeres crearon los 7 Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, para ayudar al sector privado a centrarse en los elementos clave para la promoción de la igualdad de género en el lugar de trabajo, en el mercado y en la comunidad.
Continúo el artículo con el objetivo de “aterrizar” los Principios a las prácticas diarias de las empresas, pues estos tienden a pensarse lejos de nuestra realidad.
1. Liderazgo corporativo de alto nivel. Tan fácil como saber si la empresa tiene compromiso de liderazgo y de apoyo a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, si lo ha dicho a nivel interno o externo y si lo mide. Si sus colaboradores son capaces de sentirse orgullosos por la cultura de equidad que hay en su empresa, va por buen camino. Si cree en ello, dígalo, hágalo y mídalo, este es el primer paso.
2. Tratar a todas las mujeres y hombres de manera justa en el trabajo, sin discriminación. La empresa debería tener una política de no discriminación e igualdad de oportunidades, comunicarla y vivirla. En las políticas o procesos de contratación, por ejemplo, se debería prohibir indagar en las solicitudes de trabajo o durante los procesos de entrevista sobre el estatus o los planes de matrimonio, embarazo o responsabilidades familiares. También debería adoptar medidas proactivas para contratar mujeres en todos los niveles y que garantice que mujeres y hombres son compensados salarialmente de manera igualitaria.
3. Salud, bienestar y seguridad del empleado. ¿La empresa tiene un enfoque que garantice un entorno libre de violencia, acoso y explotación sexual? Muchas veces normalizamos la violencia, a tal punto que no sabemos reconocer lo correcto de lo incorrecto. La empresa debería brindar al menos una capacitación anual en tolerancia cero a todas las formas de violencia a todos los empleados y establecer mecanismos confidenciales para quejas y resolución de conflictos.
4. Educación y formación para la igualdad de género. En este principio, la meta es tener plazos, metas y objetivos medibles para contar con mujeres calificadas para puestos de nivel gerencial y directivo. La empresa debe ofrecer programas de tutoría con apoyo específico para mujeres, entrenarlas en liderazgo, teniendo un enfoque de no discriminación e igualdad de oportunidades en los procesos de desarrollo y promoción profesional.
5. Desarrollo empresarial, cadena de suministros y prácticas de marketing. Se busca apoyar a las empresas lideradas por mujeres y alentar a los proveedores y vendedores a mejorar el desempeño en igualdad de género. En cuanto al Marketing responsable, la empresa examina los materiales y tácticas de mercadeo para protegerlos contra los estereotipos negativos de género.
6. Liderazgo comunitario y compromiso. La empresa impacta su entorno con medidas para que se respeten los derechos de las mujeres y las niñas en las comunidades en las que opera, por ejemplo a través de sus programas de RSE y Sostenibilidad, financiando programas de apoyo a las mujeres, capacitando emprendedoras, entre otros.
7. Transparencia, evaluación e información. La empresa evalúa e informa constantemente a sus públicos de interés sobre los hallazgos, avances y planes de mejora sobre la estrategia de equidad.
Estas prácticas no son nada del otro mundo, fortalecerse en equidad puede requerir un mínimo esfuerzo a cambio de grandes retornos en rentabilidad y sostenibilidad.
La empresa debería tener una política de no discriminación e igualdad de oportunidades, comunicarla y vivirla.