PROBLEMAS VIALES EN EL TRAMO DE LOS CHORROS Y POSIBLE SOLUCIÓN (1 DE 2)
Vamos a definir el tramo de “Los Chorros” como los 8.2 kilómetros de carretera entre el punto bajo (605 msnm) donde se unen las vías de Santa Ana y de Sonsonate, conocido como “La Cuchilla”, y la entrada poniente a Santa Tecla (932 msnm), con una pendiente media del 4.0 % y en su mayoría con 3 carriles para arriba y 2 para abajo en su totalidad. El tránsito promedio diario anual en el tramo era en 2015 de 51,171 vehículos, 85 % livianos y 15 % pesados (buses, camiones, furgones, etcétera).
Dicho tramo tiene dos problemas notables: a) atascos viales graves en las horas de máxima demanda, tanto matinales como vespertinas, y b) obstrucciones eventuales por deslizamientos en sus taludes superiores que obligan al uso de ruta alterna. Según la topografía del tramo, es una vía de excelente diseño y construcción, cercana a la cañada del río Guarumal. Entre la demanda actual y el número de carriles no debería generarse atascos, pero existe pésimo uso de los carriles. El carril 1 en ambos sentidos es usado como parada de buses, lo que debe evitarse muy especialmente en la zona baja donde los 4 carriles que llegan de occidente se reducen a solo dos en un tramo de casi 2 kilómetros. Luego el carril 2 hacia arriba obliga a ir a la velocidad del más lento, lo cual reduce en mucho la capacidad de la vía.
Para una mejoría de la circulación en el tramo debería hacerse al menos: 1- el tercer carril que falta casi en 2 km de la zona baja, para recibir los 4 de occidente; 2- construir paradas de buses racionales en ambos sentidos, con bahía amplia para varios buses; 3- rediseñar conexión segura con Colón; y 4- estabilizar todos los taludes superiores, tanto los grises (pedreras, acantilados, etcétera) como los verdes, cuya carga vegetal está ya al máximo de lo que puede soportar el suelo poco profundo, muy inclinado y nada cohesivo. El tramo de derrumbes, que no excede de 750 metros, debe de recibir el trato especial que corresponde y que en parte ya se ha venido haciendo en fecha reciente.
El MOP ha decidido hacer una vía elevada, mal llamada viaducto, de cerca de 1.5 km de largo eludiendo las zonas de desprendimiento de los taludes grises pero que, bajo criterio técnico, tiene tres notorias limitaciones, que debería ponderarse antes de decidir su construcción: a) altísimo costo por unidad de longitud; b) elevada vulnerabilidad a sismos de cualquier tipo, y c) imposibilita, o complica en exceso, la adición de nuevos carriles si en el futuro la demanda lo exigiera.
Todo lo escrito y planteado hasta acá ha sido con la intención exclusiva de mejorar la circulación vial en el tramo descrito y corregir algunas fallas técnicas, pero el problema de fondo realmente no es ese y en la segunda parte de esta publicación se va a intentar razonar algunas soluciones al verdadero problema, que tiene no solo connotaciones viales sino de otro tipo mucho más graves pero que pueden solucionarse si se tiene la voluntad para ello. Un problema complicado solo se soluciona si se superan las verdaderas causas que lo originan. No hay otra opción valedera y el tiempo nos apremia.
Entre la demanda actual y el número de carriles no debería generarse atascos, pero existe pésimo uso de los carriles.