WELCOME TO BITCOINLAND
Casualmente el 8 de junio, día en el que los diputados de Bukele aprobaron convertir nuestro país en Bitcoinlandia, cumplió 87 años Rico Mcpato, ave con barba, lentes y bastón; el personaje ficticio más adinerado del planeta: $65.4 billones según Forbes, cuenta
Google.
Scrooge Mcduck, en inglés, siempre presumiendo su poder; siempre literalmente nadando entre lingotes y monedas de oro en su bóveda secreta, donde con sus 3 sobrinos (nuestro amigo el Pato Donald incluido), vive increíbles experiencias y se dedica a incrementar su patrimonio y a ocupar su tiempo libre en busca de más tesoros y más poder. ¿Suena familiar?
Terminando los World Surfing Games 2021, urgía otro espejito que enfriara la papa política salvadoreña y desviara los ojos del mundo: Movida maestra, les guste o no les guste, seremos Bitcoinlandia.
Láser en la mirada de los bitcoineros, y en el perfil digital de varios golondrinos, por la atrevida noticia; El Salvador trending topic por conejillo de Indias.
Ojalá que el conejillo no muera en el intento. La pura verdad es que el tema no puede ser tomado a la ligera, razón por la que cae mal que en solo 5 horas, sin saber que P%#&= es bitcóin, 62 de los 84 diputados le abrieran nuestras puertas. Pero como el pueblo decidió eliminar el balance legislativo...
Según entiendo, bitcóin es el underground financiero que pretende destronar al FMI, es especulación; es Las Vegas style finance; es un subibaja que hace y deshace fortunas; es data mining que chupa energía y contamina de a galán, razón por la que Elon Musk tuiteó que ya no aceptaría bitcoines en la venta de sus Tesla, y el bitcóin se desplomó. Dioguarde, y con eso nos quieren pagar.
La ley bitcóin es improvisación, chambre e incertidumbre; en la boca de todos, sin nadie entender cómo va a funcionar. Los memes y Tiktoks no se han dejado esperar, pero fuera de broma, ¿qué diablos irá a pasar?
No le tengo miedo a la tecnología, tenemos que pensar siglo XXI; sí le tengo miedo a un posible maletín negro digital. No me preocupa que los salvadoreños no lo vamos a entender, en El Zonte ya lo domamos; sí me preocupa que para que el volado funcione, necesitamos smartphones e internet.
Problema resuelto: el tío golondrino ya anunció que va a parquear un satélite en nuestra atmósfera, y que aquí habrá energía de sobra pues va a despertar la furia de nuestros volcanes para que borbolleen más que Los Ausoles. También ha anunciado, aeropuerto en Jan Miguel, estadio, tren, viaducto en Los Chorros, el hospital (galera) más moderno de la Vía Láctea, y Santa Mónica en el puerto. Welcome to Bitcoinland! Beautiful ocean front property, tax free, permanent residency included. ¡Gran poder! ¿Quiénes serán los nuevos salvadoreños? “Con tal de que no sea el Rico Mcpato”, condiciona la lorita Pepita, “muy ruqito”. Con tal de que no sean malandros y traigan chamba y progreso decí mejor, lorita.
Hay que reconocerlo, el presicool se defiende muy bien en inglés, y conecta con los criptos con su gorra al revés. El Nuégado, el Prófugo y el Preso, ni pura estaca de inglés.
Estamos en la T al final de la autopista. Si cruzamos a la izquierda, el conejillo de Indias se da contra el paredón; a la derecha, Bitcoinlandia despega. Ojalá no nos falle la brújula.
Mientras tanto, el espejito de la famosa “cleptomoneda” continuará brillando, mucho humo disparando, y la aplanadora presidencial, ¡firme!, avanzando. Mientras tanto, la papa del jaque mate legislativo, al judicial y fiscal se está enfriando; la movida chuca consolidando.
Bienvenidos a Bukeleland. Ojalá no nos lleve Candanga.
No le tengo miedo a la tecnología, tenemos que pensar siglo XXI; sí le tengo miedo a un posible maletín negro digital.