NO HAY QUE ARRUINAR LO QUE ESTÁ BIEN
Todos sabemos que si tenemos un producto estrella en la empresa, que se está vendiendo muy bien, no hay por qué dejarlo de producir e introducir un nuevo producto que sabemos que no se venderá tan bien como el otro, porque eso hará caer las ventas de la empresa y le traerá problemas financieros al negocio. También hay un refrán que dice que si algo no está mal, ¿por qué lo vamos a arreglar?
El dólar de Estados Unidos sustituyó al colón salvadoreño a partir del 1 de enero de 2001 porque se tenía temor que en algún momento ganaría las elecciones un gobierno del FMLN y que así se evitaría que pudiera utilizar la máquina de producir colones y que con ello pudieran generar altas inflaciones y devaluaciones del colón. El problema que se trataba de resolver en ese entonces no era que el colón fuera inestable, que tuviera una alta volatilidad o que el Banco Central de Reserva (BCR) fuera una institución irresponsable que hubiera generado altas inflaciones en los años anteriores a la dolarización. El tema era el temor a que futuros gobiernos pudieran ser irresponsables en el manejo del colón.
En 1995 publicamos por primera vez en El Diario de Hoy la noticia (yo trabajaba en el Diario) que el BCR estaba evaluando la posibilidad de crear una caja de convertibilidad al estilo argentino. Durante el resto de la administración de Calderón Sol (1994-1999) se discutió en diferentes momentos la posibilidad de establecer la caja de convertibilidad, pero por toda la oposición que hubo en ese entonces, ese gobierno decidió no llevarla a cabo.
En septiembre de 2000, luego de una entrevista que le hice al presidente Francisco Flores, recuerdo haber tenido una conversación en la que me preguntó qué opinaba yo sobre dolarizar El Salvador. Le di mi opinión al respecto, pero no pensé que lo iba a hacer. Para mi sorpresa y la de muchos se pasó la Ley de Integración Monetaria el viernes 30 de noviembre y su aplicación comenzó el 1 de enero de 2001, unos días antes del terremoto del 13 de enero.
Panamá está dolarizado desde 1904 y Ecuador adoptó el dólar en 1999 luego de una crisis económica importante. Es por ello que cuando Rafael Barraza (presidente del BCR), Juan José Daboub (secretario técnico) y otros funcionarios del gobierno de Francisco Flores visitaron al Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para consultar sobre la posibilidad de dolarizar el país, ya había mucha experiencia al respecto y pudieron aprender sobre cómo se debía redactar la Ley de Integración Monetaria y cómo sería la operatividad necesaria para implementar la medida. Los riesgos fueron bien calculados.
En el caso de la adopción del bitcóin la situación es totalmente diferente. No hay ninguna justificación que indique que el bitcóin es mejor que el dólar; es una criptomoneda que se creó para evadir a los bancos centrales y a los gobiernos; no hay una fácil ni barata convertibilidad a dólares; es altamente volátil y por ello especulativa; se utiliza para lavar dinero de narcotraficantes, terroristas, hackeadores, estafadores y funcionarios corruptos; no hay ningún otro país en el mundo que lo haya adoptado como moneda de curso legal, por lo que no hay experiencia ni medición de riesgos; la ley fue creada en 2 días y se aprobó en 3 días; nunca se consultó con expertos en el mundo a los cuales hoy se pretende contratar por medio del BCIE para tratar de arreglar el error cometido con la ley de 16 artículos que se aprobó inconsulta y apresuradamente por la Asamblea Legislativa.
La Ley Bitcóin es en esencia una ley de desdolarización que no pretende lograr la convertibilidad de bitcóin a dólar, sino que pretende sustituirlo con la obligatoriedad que se estableció en el artículo 7 que dice: “Todo agente económico (toda persona) DEBERÁ aceptar bitcóin como forma de pago cuando así le sea ofrecido por quien adquiere el bien o servicios”. Es decir que no es el empleado, el comercio o el que vende un bien o servicio el que determinará en qué moneda quiere que le paguen sino el que compra. Eso es algo inaudito.
Los riesgos que trae esta Ley Bitcóin son enormes y no viene a resolver ningún problema que tengamos con el dólar, por lo que mucha gente pregunta: ¿Cuál es el beneficio de implementar esta ley o a quién le conviene, si a la inmensa mayoría de salvadoreños nos afectará grandemente?
¿Cuál es el beneficio de implementar esta ley o a quién le conviene, si a la inmensa mayoría de salvadoreños nos afectará grandemente?