QUO VADIS...
En la metáfora de la caverna (Libro VIII, La República) Platón crea una alegoría para explicarnos uno de los principales problemas del ser humano, desde las perspectivas antropológica, epistemológica, moral y política; en la alegoría, en donde dialogan Sócrates y Glaucón, los ciudadanos están encadenados y de espaldas a la realidad, observando las sombras, ignorando que detrás de ellos se encuentran las cosas reales y la luz que ocasionan esas percepciones de la realidad.
En efecto, cuando somos prisioneros de la ignorancia, no vemos la realidad tal cual es, y la verdad nos puede encandilar; y nos acostumbramos, creemos y defendemos esas sombras, aunque no tengan fundamento real. Y justamente con Platón podemos comenzar a defender diversas malformaciones de la democracia: Timocracia, Plutocracia, Tiranía, Oclocracia o Aristocracias disfrazadas...
Vivimos tiempos perplejos, de muchos cambios e incertidumbres. Tanto a nivel global como regional o nacional hay una crisis de liderazgo y rumbo ético. Las redes sociales se han tomado nuestras vidas, mientras que los relevantes problemas de migración, medioambiente, pobreza e inseguridad se han congelado en el tiempo y se están normalizando.
En nuestro medio, grandes procesos están transformando todo con base en supuestos e intuiciones: a) la entrada en vigor del bitcóin como moneda de curso legal; b) las reformas a la constitución; c) la nueva lectura de la reelección presidencial; d) las reformas en el sistema judicial; e) un endeudamiento acelerado y opaco; y f) negociaciones con pandillas; entre otros aspectos. El gobierno posee el control absoluto y despliega esta entropía política de modo acelerado.
Miedo e incertidumbre son las claves de lectura a nivel organizacional, empresarial, académica y gremial. Un pánico absoluto a que el gobierno se acerque a husmear por los linderos de nuestra privacidad.
Un pequeño grupo de periodistas y de ciudadanos aún desafían todo; en el mundo de Twitter y otras redes sociales hay más voces disidentes; pero ya les enviaron algunas señales y mensajes con “el hacker”..., para que entiendan cómo funcionan las cosas.
Entre los pasillos domésticos se habla y critica todo, pero en público casi nada. La mayoría de líderes, políticos, obispos, pastores, rectores, observan con cautela, mientras los grandes empresarios siguen haciendo negocios y dinero...
Algunos columnistas y líderes de opinión despliegan una crítica desgarrada y feroz, la cual parece pasar inadvertida, pero todavía quedan los rastros de libertad de expresión que nos otorgaron los poco ponderados Acuerdos de Paz.
La lista de sucesos opacos es interminable...; cada día nos enteramos cómo va el proceso del deterioro democrático y la construcción del nuevo modelo autócrata, centrado en la figura del presidente. Nadie, absolutamente a nadie en las filas oficiales, se le ocurre cuestionar nada de lo que sale de casa presidencial; y todos los días suceden cosas, todos los días se reserva más información, todos los días sabemos menos de los fondos públicos; pero a nadie le preocupa esto, es un asunto de “fe”.
El presidente parece actuar como un dios, omnisapiente que no se equivoca, y está rodeado de una camándula de feligreses, asesores de imagen y marketing político; de unos groupies y “panas” tecnócratas que nos pretenden empujar a la nueva civilización digital Este salto al vacío nos puede costar muy caro, carísimo, pero muchos tienen miedo, porque el presidente está rodeado de policías, militares, magistrados, jueces y fiscales obedientes.
Y qué decir del coro de “convertidos”; todos aquellos personajes que cada día insultan en las redes sociales para defender al presidente y construir apologías basadas en percepciones, Fake News, supuestos e ideas sin asidero de nada. No entiendo cómo la gente les puede creer, acarreando un pasado tan notorio como desastroso, en materia de política y corrupción. Estos sí son los mismos de siempre.
¿Y de los nuevos paladines de la ética que están en la Asamblea Legislativa, qué podemos opinar?; salvo excepciones, gente muy resentida, sujetos que vienen de rebotar en los antiguos partidos de derecha e izquierda, quienes están envalentonados y se creen dueños de la verdad. Estos nuevos referentes morales de la nueva república, la mayoría, por no decir todos, ellos o sus familiares han estado embarrados de la corrupción del pasado.
¿Saben para dónde vamos?, primero, vamos cuesta abajo, de espaldas y sin freno; pero vamos probablemente hacia el caos y la anomia, porque los que están tomando decisiones desprecian a la ciencia, los estudios de factibilidad y la planificación; son como un grupo de vengadores, que creen saberlo todo y no saben mucho. Son los que insultan y se burlan del
Y qué decir del coro de “convertidos”; todos aquellos personajes que cada día insultan en las redes sociales para defender al presidente y construir apologías basadas en percepciones, Fake News, supuestos e ideas sin asidero de nada. Estos sí son los mismos de siempre.