Y AHORA... ¿QUÉ SIGUE?
Después de que reventamos la burbuja en la manifestación multitudinaria del 15 de septiembre, debemos preguntarnos ¿qué sigue?, ¿qué vamos a esperar?, ¿cuáles son los siguientes pasos?
Bukele ya se reunió con su equipo de asesores venezolanos y definieron la estrategia que van a seguir. Vimos su primera reacción visceral en el discurso del Bicentenario. No acepta que haya sido una manifestación auténtica. Amenazó con que va a reprimir las siguientes porque son promovidas por los enemigos del cambio. Esos enemigos ya no son los partidos políticos sino todos los ciudadanos conscientes del deterioro general del país, las organizaciones sociales y los países amigos.
Han pasado tres semanas y no da señales que va a rectificar, que va a echar atrás lo que todos los sectores le reclamamos. No está en el ADN de los gobernantes tener la humildad de reconocer que están equivocados, que hay que llevar al país por un rumbo muy diferente. Por eso niegan la historia y no reconocen los Acuerdos de Paz que firmamos para terminar la guerra e iniciar la implementación de un sistema democrático. No reconocen el valor que tiene para una sociedad vivir en un régimen democrático, y que el Estado tenga un sistema sólido e independiente de pesos y contrapesos. Están dispuestos a seguir halando la pita porque tienen el poder de usar gases lacrimógenos contra el pueblo, y el dinero para seguir corrompiendo todas las estructuras del Estado, incluyendo el Ejército y las fuerzas de seguridad.
El pueblo ganó el 15 de septiembre y se volvió a mostrar el jueves pasado. El Salvador es diferente. Se ha iniciado una nueva etapa. Con movilizaciones similares en los setenta y ochenta terminamos con el autoritarismo. Somos valientes, anhelamos tener una clase política diferente. Castigamos a los que nos mienten, nos engañan y nos roban. Por eso sepultamos en las últimas elecciones a ARENA y el FMLN.
Lo que sigue es seguir preparándonos para iniciar un proceso de recomposición nacional. Necesitamos principalmente una recomposición moral de nuestra sociedad.
Es una tarea en la que nos debemos unir todos: Iglesias,
Universidades, Colegios, centros de pensamiento, medios de comunicación, las organizaciones gremiales y todas las organizaciones de la sociedad civil porque debemos trabajar para hacer renacer nuestros valores. Vencimos el miedo. Vimos que unidos tenemos una voz más fuerte. Ya no nos separan ideologías, ni banderas partidarias. El adversario que tenemos que vencer es todo lo que está manchado de la mediocridad y la porquería cyan y naranja.
Tenemos que prepararnos para defendernos.
Tienen que coordinarse todas las instituciones que representan a la sociedad civil para estructurar una estrategia, una organización y una agenda de trabajo. Hay que elaborar protocolos de entendimiento para asegurar la cohesión entre todos los sectores. El principal recurso que poseen es el conocimiento que tienen de la realidad nacional, la capacidad de análisis y de propuesta, su prestigio, respeto y credibilidad, los contactos, la confianza que tienen de la comunidad internacional, y que la mayor parte de organizaciones poseen cuadros directivos y administrativos que no tienen complicidad con el pasado.
El objetivo claro es hacer conciencia que el país necesita una conducción diferente, pero debe ir más allá de eso. Debe ser cómo se van a resolver los problemas de la gente. Cómo se hará frente a los grandes problemas que tiene el país. Cómo se van a recuperar y recomponer las instituciones que se han perdido. Hay que evitar la dispersión de esfuerzos, las disputas y divisiones internas para tomar el poder, y que sean instrumentalizadas por el régimen para “dialogar” y llegar a legitimar sus acciones. Veámonos en el espejo de los otros países que tienen décadas de estar luchando para terminar con los dictadores que los tienen oprimidos y no han podido. El apoyo internacional es importante pero los problemas son nuestros. Nosotros tenemos que seguir luchando unidos para cambiar. Esa es la ruta.
El adversario que tenemos que vencer es todo lo que está manchado de la mediocridad y la porquería cyan y naranja. Tenemos que prepararnos para defendernos.
Johnny Wrigth Sol, DIPUTADO DE NUESTRO TIEMPO, AL COMENTAR EL PRESUPUESTO QUE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA HA SOLICITADO PARA 2022, LUEGO QUE ARGUMENTARAN UN AHORRO DE $7 MILLONES.