Nobel para periodista es un golpe al Kremlin
La prensa independiente en Rusia celebró el galardón, pero el gobierno lo criticó.
Con la concesión del Nobel de la Paz a Dmitri Murátov, director del principal periódico independiente de Rusia, “Nóvaya Gazeta”, la prensa libre ganó su primer asalto en la guerra declarada por el Kremlin contra la libertad de expresión.
“Hemos recibido la mejor arma en nuestra interminable lucha por la verdad”, comentó Yelena Miláshina, periodista más laureada del “Nóvaya Gazeta”.
Hasta hoy no hay casi ningún medio independiente en Rusia que no haya sido declarado “agente extranjero” por haber recibido financiación exterior o “indeseable” por divulgar información considerada “hostil”.
“Las autoridades rusas han decidido que cualquier medio independiente o cualquier manifestación de la libertad de expresión amenazan su poder y su estabilidad. Grandes o pequeños, impresos o digitales, todos los medios están siendo liquidados”, dijo a Efe Kiril Martínov, columnista de “Nóvaya Gazeta”.
Casi todos los medios digitales que practicaban periodismo de investigación como es el caso de Proekt, The Insider u Open Media, que denunciaron la presencia de mercenarios rusos en África o la existencia de una tercera hija del presidente ruso, Vladímir Putin, han cerrado o han tenido que exiliarse.
Como consecuencia, Rusia ocupa el puesto 150 de Reporteros Sin Fronteras en la libertad de prensa, por debajo de países como Venezuela, Afganistán o Birmania. Mientras muchos periodistas rusos ven el Nobel como un “mecanismo de autodefensa”, representantes de la propaganda oficialista, desde el Canal Uno a RT, condenaron el premio por politizado.
150 EL PUESTO QUE OCUPA RUSIA EN EL MUNDO, SEGÚN REPORTEROS SIN FRONTERAS, POR SUS LIMITANTES A LA LIBERTAD DE PRENSA Y LOS ATAQUES A PERIODISTAS.