LOS DIARIOS DE LA SEÑORA HIGHSMITH
En 1995, Anna von Planta y Daniel Keel hicieron un descubrimiento valioso para el mundo literario. En un armario, escondidos detrás de sábanas y toallas, encontraron 56 cuadernos de espiral con los diarios de la escritora estadounidense Patricia Highsmith. Los cuadernos, todos escritos a mano, suman un total de ocho mil páginas.
Von Planta, editora de Highsmith, y Keel, albacea literario de la escritora, trabajaron durante años para transcribir y editar los cuadernos, un proceso complicado debido a que Highsmith mantenía dos juegos de diarios: en uno hablaba estrictamente de sus asuntos literarios, las ideas para sus historias y sus reflexiones sobre el oficio de escribir; en el otro contaba sus recuerdos, anécdotas y reflexiones personales.
Para von Planta y Keel nunca hubo duda en publicar los cuadernos. Highsmith dejó instrucciones precisas a su albacea para realizar la tarea. Más de veinticinco años después, el próximo noviembre aparecerá publicada una edición de 650 páginas. Será un lanzamiento en simultáneo de editoriales en Estados Unidos, Reino Unido y Francia, una forma de conmemoración para el centenario de su nacimiento, el 19 de enero de 1921. La publicación también incluye algunos de sus dibujos y acuarelas.
En su testamento, Highsmith pidió que los diarios fueran editados para evitar repeticiones formales de ideas o temas, pero debían respetar sus opiniones, muchas de ellas polémicas. La autora era anti semita. Quienes la conocieron la consideraban, además, una misógina y la definían como una lesbiana que odiaba a las mujeres. Con los hombres tenía mejor relación, pero no le interesaba el sexo con ellos. También era atea convencida y tenía prejuicios raciales, en particular contra los afroamericanos y los asiáticos.
A pesar de ello, las 22 novelas y numerosos cuentos que escribió alcanzaron un alto grado de popularidad, en particular su serie de novelas en torno al personaje de Tom Ripley. Algunos de sus libros fueron llevados al cine, con gran suceso. Alfred Hitchcock filmó en 1951. Anthony Minghella filmó
en 1999, con un elenco multiestelar. En 2015, Tod Haynes filmó basada en una novela cuyo título original fue
Pese a la notoriedad que alcanzó a través de sus libros, fue su manera de ver la vida, junto con su alcoholismo, sus depresiones profundas y su incesante pesimismo, los que la llevaron a tener una vida solitaria.
Esta última fue publicada originalmente bajo el seudónimo de Claire Morgan, a instancias de la editorial. Era 1952 y la novela contaba una historia de amor entre dos mujeres. Contrario a los finales dramáticos de otras historias de lesbianas, la novela de Highsmith le daba un final feliz a la suya. La escritora estuvo de acuerdo con usar un pseudónimo, ya que no quería ser encasillada como una escritora de historias lesbianas. De hecho, esta fue su única novela sobre el tema. No fue hasta 1990 que el libro se publicó con el título de y bajo el nombre auténtico de Patricia Highsmith.
Pese a la notoriedad que alcanzó a través de sus libros, fue su manera de ver la vida, junto con su alcoholismo, sus depresiones profundas y su incesante pesimismo, los que la llevaron a tener una vida solitaria. Prefería la compañía de animales, en particular de los gatos, a los que amaba. Decía que su imaginación funcionaba mejor viviendo sola, que teniendo que hablar con otras personas. Mucha gente la catalogaba como fría y distante, pero quienes la conocían de cerca decían que ese alejamiento de la gente estaba relacionado con sus depresiones.
Una anécdota curiosa fue la ocurrida entre ella y la también escritora Flannery O’connor. Ambas se conocieron en Yaddo, la prestigiosa residencia para escritores ubicada en el estado de Nueva York. Highsmith fue aceptada como escritora residente gracias a una entusiasta recomendación de su amigo Truman Capote. A su arribo, llevaba bajo el brazo una versión inicial e inacabada de
proyecto que terminaría de escribir durante su estancia. Las reglas y horarios de actividades de Yaddo no iban bien con el carácter de algunos de los artistas presentes. Highsmith prácticamente lideró las escapadas para beber, en las que participaba con los escritores Chester Himes y Marc Brandel. Invitaron varias veces a O’connor, pero ella declinaba participar.