MUNICIPALISMO O LOCALIZACIÓN
El municipalismo es un abordaje administrativo y clientelar que ha prevalecido en El Salvador por décadas. La persistencia del municipalismo refleja (1) el predominio de la búsqueda del poder público sobre la búsqueda del bien común, y (2) la miopía de los tomadores de decisión de no vincular la globalización (apertura externa) con la localización (apertura interna). Localización o desarrollo local significa ampliar las oportunidades y mejorar la calidad de vida en el lugar de origen de la población.
El municipalismo no muestra evidencias de haber contribuido a subir el índice de desarrollo humano a nivel local. Dicha ineficacia ayuda a explicar la migración interna (12 de los 14 departamentos son expulsores de población) y la migración externa (1 de cada 3 compatriotas vive en otra latitud). Surgen, entonces, dos incógnitas: ¿cómo reducir la pobreza en el interior del país?, ¿cómo frenar el éxodo?
Recortar el FODES del 10 % al 1.5 % de los ingresos corrientes y disolver el FISDL e ISDEM supone, entre otras cosas, (1) profundizar la reforma del Estado que está en marcha (fortalecimiento del gobierno central) y (2) efectuar un ajuste fiscal (rebaja del FODES superaría los $400 millones anuales).
El municipalismo también explica la indiferencia ciudadana ante el congelamiento del FODES en 2020 y de cara a su drástica reducción. Este comportamiento es revelador porque el FODES transfirió más de $4,500 millones a 262 municipalidades entre 2006-2020. ¿Qué resultados se obtuvieron con semejante monto? No hay ningún informe fiable al respecto.
Hay alcaldías que se esforzaron, pero la mayoría cometió un error. ¿Cuál? No informaron sobre los beneficios del FODES, lo que hizo que la población no valorara ni se movilizara en defensa del FODES.
Dado que el FODES representaba arriba del 75 % de los ingresos municipales en más de 200 alcaldías, su contracción afectará los servicios de desechos sólidos, alumbrado público, mantenimiento de caminos y muchos otros. Esta carencia (más la estrechez del mercado laboral en interior del país) probablemente propiciará una cuantiosa migración hacia el AMSS (aumentando las ventas ambulantes y los tugurios en la ciudad capital).
En este contexto y en vista de que un alto porcentaje de municipios no generan suficientes ingresos (debido a la poca actividad comercial en sus territorios), la desconcentración económica del AMSS seguirá siendo un reto nacional. Sin ampliar las oportunidades a nivel local no se aplacará la migración.
Por fortuna, la revolución tecnológica y la economía digital hacen que la localización sea parte de las medidas que varios países están adoptando para mejorar el acceso a servicios sociales y generar trabajo productivo en áreas suburbanas y rurales. El GOES debería, por tanto, explicar la estrategia que implementará para combatir la pobreza a través de actividades generadoras de empleo e ingreso.
Conclusión: la localización (apertura interna) no se ha llevado a cabo en El Salvador. De haberlo hecho, miles de conciudadanos estarían defendiendo la autonomía municipal y el FODES. El capítulo que queda abierto es la desconcentración económica, la cual requiere de una institucionalidad a nivel subnacional para facilitar y apoyar la ampliación de inversiones, negocios y empleos en los catorce departamentos. Sin ello no se puede reducir la pobreza, ni frenar la migración. En resumen, se desconoce si estamos ante el fin, la atenuación, la sustitución o la transformación del municipalismo.
Hay alcaldías que se esforzaron, pero la mayoría cometió un error. ¿Cuál? No informaron sobre los beneficios del FODES.