Con Carlos Dada,
Carlos Dada recibió este año el Premio Héroe Mundial de la Libertad de Prensa, del IPI. Cree que es una evidencia de que dicha libertad en el país está bajo amenaza ahora mismo. director de El Faro
Por Ernesto Mejía l director de El Faro, Carlos Dada, refuta el discurso oficialista que afirma que el hecho de que en el país no haya periodistas muertos ni detenidos es una muestra clara de que en El Salvador existe una irrestricta libertad de prensa. Si no hemos llegado a ese punto, sostiene, ha sido por las denuncias constantes del gremio y de las organizaciones de la sociedad civil. A pesar de eso, señala que el gobierno ha recurrido a incontables mecanismos para tratar de callar al periodismo independiente, que han redundado en un grave deterioro de las libertades de prensa y de expresión. Dada
Easegura de hecho que el premio que le entregó el Instituto Internacional de Prensa este año, más que un galardón a su trayectoria es un reconocimiento de ese deterioro y de las amenazas que se ciernen sobre dichos derechos. Un panorama que prevé empeorará aún más.
Creo que habla de la situación en El Salvador y en Centroamérica en general, más que de mis propios actos. Normalmente estos premios los recibe gente que vive o ejerce en países donde es necesario defender la libertad de expresión porque está bajo amenaza, sobre todo por gobiernos u organizaciones criminales. El hecho de que me lo otorguen este año, creo yo, evidencia que la libertad de prensa está ahora mismo bajo amenaza en El Salvador y en Centroamérica en general.
Creo que esto va de la mano con el cierre de los espacios democráticos y con los ataques directos del régimen de la familia Bukele contra las voces críticas a su ejercicio en el poder. Lamentablemente, mi pronóstico es que va a empeorar. Todavía no hemos tocado fondo. Estamos ante un régimen que no admite voces disidentes por una simple razón, porque no quieren que se sepa lo que están haciendo, y esto va de la mano también con el cierre del acceso a la información pública, con la negativa de los funcionarios a rendir cuentas, con el cierre de instituciones que deberían de ser autónomas, con la aplicación de regímenes de excepción que les permite hacer contrataciones brincándose la ley, que les permite no rendir cuentas y les permite impunidad. En ese sentido el periodismo es uno de sus últimos obstáculos y por eso es que lo han atacado de tal manera, que los índices de Reporteros Sin Fronteras lo evidencian de una manera clara.