“Estamos ante un régimen que no admite voces disidentes por una simple razón, porque no quieren que se sepa lo que están haciendo”.

La gente común antes dependía de los medios de comunicación para informarse y ahora lo hace por distintas vías. El problema es que ahora con las redes sociales, los seres humanos buscan aquellas “fuentes de información” que más reafirmen sus prejuicios por encima de su voluntad de ser informados. Creo que un país como El Salvador, con tanta pobreza y tanta población desesperada por la amenaza directa de grupos criminales, necesita aferrarse a la esperanza de que el gobierno está haciendo un trabajo que les permita mejorar su calidad de vida. Quieren creer en eso porque ninguno de los anteriores ejercicios del poder les dio soluciones. Yo entiendo eso. El problema es que no creo que este gobierno les esté aportando soluciones. Porque lo que permiten determinar los hechos, hallazgos periodísticos, por encima de la opinión pública, es que este gobierno negoció con pandillas, que liberó a líderes pandilleros, y que cuando se le rompió el acuerdo, lo que hizo fue decretar un régimen de excepción en el que está sobre todo capturando a la gente que vive con menos privilegios en el país. Está criminalizando la pobreza y se han perdido todas nuestras garantías constitucionales. Lo cual además le sirve al gobierno para hacer un negociazo en las prisiones porque tiene 50,000 nuevos clientes.

Sí, por supuesto, el objetivo es silenciar a las voces críticas. El caso de este tuitero es ejemplar. En el sentido de que es un gobierno que ataca por el lado más débil y captura a un tuitero que, en realidad, es un troll antigobierno. Es eso. Es un tipo que ha sido misógino, agresivo, violento. Todo lo que conocemos como troll, este señor cumple con ese perfil. Y la controversia reside precisamente ahí: en que agarran a un tipo al que es difícil de defender por sus prácticas en Twitter. Pero el problema es que hay un tremendo abuso de poder en todo el proceso. Después de capturado, el jefe de la bancada cyan empieza a pedir a los diputados que se sientan ofendidos que se manifiesten. Es decir empiezan a montar el caso después de la captura. Lo capturan vinculado al régimen de excepción, aunque los delitos de los que le acusan no tienen nada que ver. Y ya el colmo de los colmos es que un tuitero vulgar, bajero, mentiroso y dedicado a la deslegitimación gratuita y a la difamación de personas se dé por ofendido por las expresiones de otro tuitero. El presidente de la República supera con creces a este troll al que están procesando. Sus aliados en Twitter superan con creces a este mismo troll. Que el presidente se dé por ofendido es ya una burla. Te habla de un presidente dispuesto a utilizar todo el sistema para callar a las voces críticas, no a las expresiones incorrectas.

No la veo lejana. Nosotros tenemos cinco auditorías del Ministerio de Hacienda que partieron cuando el propio presidente de la República en cadena nacional puso mi foto y me acusó de lavar dinero. Es la misma acusación contra Carlos Fernando Chamorro, director de Confidencial, en Nicaragua, la misma acusación contra José Rubén Zamora, director de El Periódico de Guatemala. Y no es que tardaremos mucho, es que ya lo estamos viendo. Ya hay auditorías de Hacienda contra un montón de gente opuesta al gobierno en El Salvador. Y como ahora no tenemos garantías constitucionales... Estamos ante un pequeño clan que ejerce el gobierno en El Salvador y que controla todo el aparato de justicia. Es imposible defenderse de una acusación que venga de Casa Presidencial.

Había un colega mexicano, Javier Valdez, que decía: el periodismo necesita una sociedad que lo acompañe y que lo defienda. En El Salvador, los periodistas necesitamos de una sociedad que nos acompañe y nos defienda. Es todavía reducido ese porcentaje, pero me parece que son muy conscientes de lo que está en peligro. No se trata de nosotros, se trata de su derecho a estar informados, de conocer qué hace un grupito con el dinero de los ciudadanos. Hoy por hoy no sabemos qué hacen.

Yo no diría periodistas de El Faro, diría periodistas

Europa está bastante más alejada de nuestras realidades. Su atención ahora mismo está prácticamente toda concentrada en lo que pasa en Ucrania. Centroamérica prácticamente no está en su agenda. En España hay un poco más de interés que en el resto de Europa por cuestiones naturales. Aun así, no encuentro ni mayor interés ni mayor comprensión, ya no digamos en los gobiernos locales, que visité varios. Sí, algunos me preguntaron que qué podían hacer para ayudar al proceso salvadoreño. Mi respuesta fue: “miren, yo soy periodista, mi labor es informar. Ustedes sabrán con qué herramientas cuentan para tomar decisiones. Lo mío es informar y yo les he informado. Lo que ya no podrán hacer en adelante es decir que no sabían lo que estaba pasando, porque ya lo saben y ese es mi trabajo”.

No, no he visto ni declaraciones ni acciones contundentes de los gobiernos europeos. He de decir que me confirma algún tipo de reflexión en la política exterior de Estados Unidos el que a diferencia de lo que hacían antes, que era ordenar bloqueos económicos contra toda una nación, que el único efecto que tuvieron fue un aumento en los índices de pobreza, esta vez han optado por sanciones individuales contra aquellos que han cometido actos de corrupción o que persiguen o acosan a la prensa independiente.

Carlos Dada, DIRECTOR DE EL FARO.