¿PUEDE LOGRARSE PRONTO LA PAZ EN UCRANIA?
Que se detenga el drama actual de Ucrania no es probable para el día de mañana, pero sí posible en un mediano plazo si continúan agudizándose los problemas internos de Rusia que Putin tiene que enfrentar. En esto juegan un papel determinante el pensamiento y la acción de los mandos militares y de las élites de la Rusia europea, los mejor preparados e informados de la Federación. Algunos de ellos ya han hecho públicas sus inquietudes.
Para hablar de paz hay que tener presente la anexión de Crimea por Putin y los principales eventos internacionales ocurridos durante los seis meses que dura la invasión de Ucrania, como decir la huida de siete millones de civiles, el cuantioso daño a las infraestructuras y la solidaridad de Estados Unidos y Europa con el gobierno del presidente Zelenski.
Mantenerse al día sobre esta tragedia requiere darle seguimiento a la información que publican las agencias y los medios más objetivos de Occidente, también es necesario poner atención a las versiones emitidas por el gobierno ruso en sus canales propios y sus afines (como RT de Moscú o Telesur de Caracas) y estar atentos a las afirmaciones de voceros oficiales de países vecinos de Rusia que se sienten amenazados por esta (Finlandia, Suecia, Polonia, Letonia y Lituania, entre otros).
Es espeluznante, pero nadie movió un dedo cuando en los primeros días del año se hizo obvio que Ucrania sería invadida, al colocar Rusia en su frontera una poderosa fuerza de ataque. El canciller de Moscú, Levrov, negó entonces que hubiese intención hostil hacia el país vecino y cuando se alzaron algunas voces ante tal eventualidad, afirmó “que no había ningún plan de invasión a Ucrania, que las tropas en la frontera simplemente hacían ejercicios militares de rutina y que todos esos ‘rumores de invasión’ eran producto de la histeria de Occidente”. Y parece que fueron muchos los que le creyeron a este hombre que es el brazo derecho de Vladimir Putin. Luego los medios de comunicación rusos recibieron la prohibición gubernamental de usar el término “invasión” cuando esta se produjo, ya que oficialmente se dijo que se trataba de “una operación militar especial”. Así, pues, invadida Ucrania, se hacía evidente la mentira del gobierno ruso dicha por su máximo vocero internacional y quedaba claro que Putin ha perdido credibilidad.
El presidente ruso está en un callejón sin salida, porque los resultados militares no le salieron como esperaba; mas, sin otorgarle la absolución de sus pecados, para restablecer la paz en Ucrania es imprescindible que quienes pueden hacerlo propongan un acuerdo que le dé a Vladimir Putin una salida más o menos airosa, mientras llega el día en que responda por sus acciones. Si no se le deja una puerta abierta, el conflicto puede prolongarse indefinidamente, con el riesgo de convertirse en una conflagración atómica mundial (fin de la obra de Dios en el planeta Tierra).
Ucrania puede anticiparse a una negociación renunciando voluntariamente a unirse a la OTAN, pero sin excluir su aspiración de ingresar a la Unión Europea. Rusia puede aceptar el retiro de sus tropas a una distancia apropiada de la frontera y renunciar al uso de la fuerza. Estas son simplemente algunas pragmáticas ideas ajenas que comparto con los que aman la paz y la vida. Desde luego que un tratado de paz es mucho más que esto.
Qué bueno sería poder redireccionar los cientos de millones de gastos bélicos hacia la mitigación del hambre y la pobreza de cientos de millones de seres humanos. Y que resuenen alrededor del mundo las palabras del ilustre oaxaqueño don Benito Juárez:
“El respeto al derecho ajeno es la paz”.
Si no se le deja una puerta abierta, el conflicto puede prolongarse indefinidamente, con el riesgo de convertirse en una conflagración atómica mundial (fin de la obra de Dios en el planeta Tierra).