La Prensa Grafica

LIDERAR PERSONAS ES UN TRABAJO NOBLE DE SERVICIO A LOS DEMÁS

- Kalena de Velado kvelado@yahoo.es

Existe una corriente académica humanista a nivel global que me llama mucho la atención porque enfoca el trabajo de dirigir o gobernar personas como una actividad digna encaminada a servir a quienes se tiene a cargo.

De hecho, existe interés desde la antigüedad sobre el trabajo de dirigir personas, pero en la actualidad el interés por ejercer un liderazgo más eficiente es mayor porque es una de las profesione­s más extendidas dentro de empresas, gobierno, institucio­nes educativas, clubes deportivos, sindicatos, oenegés, grupos de iglesia, etcétera. El punto de partida es entender que la labor de mandar a otros implica gobernar la acción concreta de otras personas. Teoría de la acción humana en las organizaci­ones, Pérez López, 1971, Rialp, https://www.unav.edu/documents/6175137/30267350/libro-teoria-accion-humana.pdf

La pandemia originada por el covid-19 sacó a luz nuevas formas de mandar debido al confinamie­nto por muchos meses viéndose la obligación los dueños de empresa y gerentes de liderar desde la distancia y virtualmen­te, sin olvidar qué es hacer a través de otros. Pude ser testigo en mis clientes en ese momento y ahora en la apertura acompañada con desafíos de guerras, crisis financiera­s y problemas de logística que siguen siendo vigentes los principios para mandar eficientem­ente apoyados en criterios humanistas: a) Liderar equipos no es tarea despótica. b) Se fundamenta en la idea de que se dirige a hombres libres, lo cual es tarea importante. En cambio, mandar esclavos carece de interés. c) Un líder que no se preocupe por elevar la motivación del colaborado­r reduce la suya a un nivel mínimo. d) Ha de actualizar las potenciali­dades de sus trabajador­es, para lo cual es prerrequis­ito su propia formación y la mejora de sus propios motivos. (Aristótele­s; Polo & Llano, 1997). e) Quien manda tiene una gran responsabi­lidad de ser formador (coach), le guste o no, de otras personas, sobre las cuales siempre influye positiva o negativame­nte. (Aristótele­s; Pérez López). f) Deberá conocer bien a su gente para entender qué necesita mejorar (técnicamen­te) y qué lo motiva. (Aristótele­s; Pérez López). g) La remuneraci­ón ya no es el principal criterio de permanenci­a en una empresa, ni tampoco de selección de un puesto de trabajo sino la posibilida­d de llevar todos los roles familiares y metas personales en balance con el progreso laboral. Esto aumentó después del confinamie­nto por la crisis sanitaria por covid-19, según expertos académicos de escuelas de negocios, * *

En estos tiempos de cambio climático las nubes serenas andan desorienta­das y las brisas inquietas se le esconden a uno por doquier.

La memoria es un vitral azul que sin duda quiere experiment­ar todos los colores imaginable­s. que señalan que aumentó la necesidad de contar con un liderazgo flexible dentro de las organizaci­ones, que brinde mayor énfasis en la importanci­a del bienestar en la vida de cada uno de los que trabajan en la empresa y de la familia de los colaborado­res y de contar con tiempo para uno mismo y para dedicarle a la familia. (Dra. Patricia Debeljuh, https://www.cronista.com/apertura/empresas/la-pandemia-derribo-mitos-en-ell-balance-vida-trabajo).

Este nuevo enfoque sobre dirigir personas muestra una mirada refrescant­e sobre el trabajo como un valor humano positivo. Atrás se van dejando mitos y concepcion­es equivocada­s o incompleta­s de trabajar, como, por ejemplo, considerar el trabajo como una pena, una maldición o un castigo. Efectivame­nte, una vida sin trabajo se corrompe porque la pereza manifestad­a de mil formas es destrucció­n de la dignidad humana. La flojera trae consigo el rencor, desaliento, la divagación, el no querer cumplir las obligacion­es porque suponen dificultad­es, va inventando excusas. En cambio, al trabajar la persona se hace más humano (hombre o más mujer) porque sirve a los demás.

Todo descentram­iento en el trabajo repercute en todas las facetas de la persona (familia, amigos, comunidade­s, iglesia, etcétera). El trabajo hay que cuidarlo como se cuida un tesoro.

Me inspira mucho esta definición de trabajo porque engloba las riquezas y repercusio­nes de este fundamenta­l derecho humano: es una “Noble Fatiga Creadora”. Entre las repercusio­nes al contar con oportunida­des laborales dignas están que el trabajo es: testimonio de la dignidad personal; posibilita el desarrollo y crecimient­o de la personalid­ad; es vínculo de unión; fuente de Recursos; y es medio de contribuir a la mejora de la sociedad y al progreso del país, para dejar un precioso legado único e irrepetibl­e para todos.

Atrás se van dejando mitos y concepcion­es equivocada­s o incompleta­s de trabajar, como, por ejemplo, considerar el trabajo como una pena, una maldición o un castigo.

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COLUMNISTA DE LA PRENSA GRÁFICA

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