CONFLICTO RUSO-UCRANIANO Y NUEVO ORDEN MUNDIAL
La caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 significó el principio del fin del socialismo real vigente en Europa Oriental, así como en los Balcanes, y el surgimiento de nuevos regímenes reglados por el capitalismo más salvaje en lo que se conoció, según Francis Fukuyama, como “el fin de la historia”.
En septiembre de 2022, superada la pandemia del covid-19 y cuando el neoliberalismo ha fracasado, la “Pax Americana” ha entrado en crisis, por el surgimiento de nuevas superpotencias y porque el planeta más que globalizarse, se ha balcanizado.
China es la segunda economía del mundo después de Estados Unidos (EUA) y Rusia una de las dos primeras potencias atómicas a nivel planetario; otras potencias regionales son Brasil, India, Sudáfrica, Irán, Corea del Norte.
El planeta es ya multipolar, y el nuevo orden mundial se está definiendo con el conflicto ruso-ucraniano, donde tanto EUA como la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) han aprovechado las diferencias étnicas, económicas y culturales entre Rusia y Ucrania para fomentar una guerra fratricida entre dos pueblos eslavos.
La Operación Especial de Rusia contra Ucrania iniciada el 24 de febrero pasado favoreció a EUA y a su complejo militar industrial, que han visto reforzadas sus posiciones debido al rechazo europeo hacia la invasión rusa y el consiguiente fortalecimiento de la OTAN, con la posibilidad de dos nuevos miembros, Suecia y Finlandia.
A finales de septiembre de 2022, después de la ofensiva ucraniana iniciada contra los territorios prorrusos de Ucrania luego de sus propias declaraciones, el ejército ucraniano ha recuperado 30 pequeñas ciudades que estaban en poder del ejército ruso y alrededor de 6,000 kilómetros.
La actual ofensiva ucraniana podría llegar hasta principios de noviembre, con la enorme ayuda económica, en armamento y técnicos, que la OTAN y EUA están brindando a Ucrania.
Asistimos al nacimiento de un nuevo orden mundial con actores ya consolidados: EUA, Rusia, China; con potencias regionales como India e Irán, ambas con tecnología atómica; y con otros protagonistas como Corea del Norte, Israel e incluso México.
El fin del conflicto ruso-ucraniano será una negociación donde se intercambiarán bazas como territorios ocupados, coyuntura política internacional, desgaste de hombres, armas y recursos. La nueva política exterior de EUA luego de las elecciones de medio término a celebrarse en noviembre de este año, y donde todos los pronósticos dan como vencedor con mayoría absoluta al Partido Republicano, podría cambiar la política exterior estadounidense.
Este conflicto golpea la economía del planeta encareciendo los productos energéticos (gasolina, gas), y otros commodities como el trigo, el maíz, los abonos, el aceite, la madera y minerales estratégicos como el uranio, el litio, el platino, todos producidos a gran escala en Rusia y Ucrania.
La crisis energética que se avecina con el invierno en Europa golpeará las economías de los países europeos al grado que su línea dura frente a la invasión rusa podría cambiar conforme avance el invierno. No existe reemplazo a la oferta del gas y petróleo rusos baratos, frente a la competencia de EUA o los países del Magreb (Argelia, Marruecos).
El peso de la guerra recae en Ucrania, que pone los muertos, en Europa que padece frío, mientras EUA permanece intocable al otro lado del océano.
El fin del conflicto ruso-ucraniano será una negociación donde se intercambiarán bazas como territorios ocupados, coyuntura política internacional, desgaste de hombres, armas y recursos.