¿SERÁ REALMENTE QUE SOMOS INDEPENDIENTES?
“La grandeza de una patria no se mide por la extensión de su territorio, sino por la dignidad y honor de sus hijos”. Francisco Morazán
Es septiembre, y con él, la algarabía, la fiesta. Todos se ponen tan patriotas como cuando juega la selección de fútbol o tiene que emigrar a otro país para buscar un mejor futuro. Empieza la carrera de las antorchas en Guatemala o la venta de banderas en todas las esquinas que se pueda imaginar. Se canta a todo pulmón el himno nacional, se habla de la importancia de la historia, de promover lo local, y después ¿qué pasa después? Se pasan llevando entre las llantas de un tractor buena parte del vestigio arqueológico para saciar la voracidad humana, como ocurrió cuando se construyó una colonia en Antiguo Cuscatlán, donde encontraron yacimientos de los nahuas, y aun así se edificó, o recientemente, la construcción de un condominio en donde los pipiles pelearon hasta la muerte en contra de la invasión española en Tacuscalco, por mencionar algunos hechos demás conocidos para uno de los dedos de esta gran mano llamada Centroamérica.
¿Realmente somos independientes? Si recuerdo bien en la historia, luego de la Independencia, y la separación con México, El Salvador quería convertirse en un Estado más de Estados Unidos, cuando se convirtieron los cinco países en Repúblicas. La Federación Centroamericana era fuerte junta. Cada Estado Federado hacía todo para mantener a flote la soberanía integral. Pero siempre hay en los grupos, más de una persona que buscan su beneficio propio.
Pero, en lugar de ver lo negativo, porque bien se sabe, a ojos vista, que esta independencia fue declarada por los criollos y la élite de la época que querían tener el beneficio para ellos y no rendirle cuentas a la corona. Pero, observando imágenes sobre la firma del acta de independencia, en el palacio provisional en el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala, observamos imágenes de la gente de la nobleza española y criolla. El término “pueblo” para los gobernantes excluía a los otros grupos de nativos, mestizos, ladinos y afro descendientes, así como fue tomado por la antigua Grecia y su sistema democrático.
Centroamérica luchó durante el primer siglo por mantenerse unida. Pero los intentos por la reconciliación y la reunión fueron fallidos. Pero si hablamos de los avances en este bicentenario, se puede hablar más en el ámbito del arte y educación.
Sería demasiado largo mencionar a tantos hombres y mujeres destacados que, a lo largo y ancho de la historia, han hecho que Centroamérica sea fuerte cada vez más. El honor es de cada uno de nosotros. Hacer nuestra parte para que cada rincón de Centroamérica brille cada vez más.
Seremos realmente independientes y soberanos cuando dejemos de vernos como vulnerables víctimas del destino. Mártires de las más atroces acciones que oprimen a los pueblos. El suelo sacrificado a los dioses que buscan saciar su sed de venganza. Empecemos a dejar de lado todas esas ideas que, en lugar de ensalzarnos y elevarnos hacia los más altos estándares de la vida, nos hunden más en el miedo y la zozobra. Eduquemos a nuestra gente para ser autónoma e independiente. Lo demás sale sobrando.
Siguiendo el legado de nuestros personajes, que no han sido mencionados por ser tantos, pero que han aportado más a nuestros países en estos doscientos años, nos podemos declarar realmente independientes. Solo basta con ver que tenemos para ser cada vez mejores y avanzar.
Todos, ladinos, mestizos, nativos, afrodescendientes, hispanos descendientes, unidos como soñó Marroquín en el siglo XVI con Guatemala. Siguiendo hacia adelante según su trazo en el mapa. Para encontrar así la insignia que revelará el destino de cada uno de nosotros, pero si vemos hacia afuera, solo seremos esclavos de los demás.
“Cuando la patria es pequeña, uno grande la sueña”. Rubén Darío
Seremos realmente independientes y soberanos cuando dejemos de vernos como vulnerables víctimas del destino. Mártires de las más atroces acciones que oprimen a los pueblos.