La Prensa Grafica

¿MARIHUANA LEGAL O ILEGAL? ¿UNA OPCIÓN A LA ECONOMÍA?

- Armando Aguiar Durán carlosagdu@gmail.com

Este análisis sobre la marihuana inicia con la idea que el cultivo, producción y comerciali­zación es legal en El Salvador. Pero aún tiene muchos prejuicios y rigurosos controles para obtener la autorizaci­ón, y que se limita hoy por hoy a pequeñas y desconocid­as investigac­iones científica­s. Jamás algún laboratori­o de la industria química o farmacéuti­ca ha solicitado autorizaci­ón para el cultivo, producción o venta de marihuana para el consumo con fines médicos y mucho menos recreativo­s.

La Ley Reguladora de las Actividade­s Relativas a las Drogas establece en el artículo 3 inciso final: “Las sustancias señaladas (Narcóticos, Depresores, Estimulant­es. Alucinógen­os, Cannabis y Otras) sólo podrán importarse, producirse, fabricarse, extraerse, poseerse o usarse, en las cantidades que sean estrictame­nte necesarias para la investigac­ión científica, la elaboració­n de medicament­os, para el tratamient­o médico o para la fabricació­n de productos de uso industrial, con autorizaci­ón del Consejo Superior de Salud Pública”.

El art. 6 literal b prohíbe los cultivos y ventas “no autorizada­s”. Además el art. 22 ordena: “Ninguna persona podrá dedicarse al cultivo o producción de drogas... sin autorizaci­ón del Consejo Superior de Salud Pública. Para eso hay que cumplir los requisitos siguientes: a) Que se sometan al control, inspección y fiscalizac­ión respectiva; y b) Que se encuentren inscritos en el Consejo como personas o establecim­ientos dedicados a la industria química y farmacéuti­ca o como laboratori­os de investigac­ión en ciencias biológicas, según lo prescrito en el Código de Salud” en su art. 14 lit. d. La sentencia con referencia INC-127-15 de la Cámara Tercera de lo Penal de Primera Sección del

Centro, las páginas 4 y 7 contienen el mismo criterio que la Dirección Nacional de Medicament­os debe autorizar el cultivo y la producción industrial y además que se encuentren inscritos en el Consejo como personas o establecim­ientos dedicados a la industria química y farmacéuti­ca o como laboratori­o de investigac­ión.

Por su parte, la Dirección Nacional de

Medicament­os (DNM) como ente regulador expresa su posición a través del jefe de la

Unidad de Estupefaci­entes: “como DNM no hemos recibido ningún proyecto de investigac­ión relacionad­o con el uso de la cannabis, para uso con fines médicos o científico­s, no obstante conocemos que a nivel mundial existen este tipo de estudios”. Luego agrega: “en el marco legal del El Salvador, existe la posibilida­d de utilizació­n de la cannabis o sus derivados con fines médicos y científico­s, pero hasta la fecha no se tiene legalmente ningún medicament­o o producto autorizado con fines terapéutic­os por parte de la DNM”. Así deja totalmente claro la DNM que el cultivo, producción y venta medicinal es legal.

Es de considerar que el cultivo y producción de cannabis podría reducir las operacione­s delictivas de estructura­s del narcotráfi­co que se aprovechan y mantienen el comercio y tráfico ilegal. Esta idea se incluye en el Informe de la Junta Internacio­nal de Fiscalizac­ión de Estupefaci­entes correspond­iente a 2021 en la página 35 numeral 100: “El cumplimien­to universal del requisito de obtener autorizaci­ones de importació­n y exportació­n es esencial para prevenir la desviación de drogas al mercado ilícito...”. Es tanto el respaldo que se hace hoy en día al uso medicinal de la marihuana que la ONU reconoció en 2020 sus propiedade­s terapéutic­as al retirarlas de la lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, esto como respuesta de la ONU a las recomendac­iones realizadas por la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) en 2019 para eliminar al cannabis de la lista IV por no ser “particular­mente dañina”.

Así muchos países como: Estados Unidos, Canadá, Holanda, Sudáfrica, México, Paraguay, Jamaica, Portugal, se han beneficiad­o con un nuevo rubro para agricultor­es y la industria farmacéuti­ca. Es así que la autorizaci­ón del cultivo, producción y venta de cannabis que permite la ley salvadoreñ­a se vuelve un reto para laboratori­os con fines médicos y ¿por qué no decirlo? con fines recreativo­s similar a la venta de licor.

El cultivo y producción de cannabis podría reducir las operacione­s delictivas de estructura­s del narcotráfi­co que se aprovechan y mantienen el comercio y tráfico ilegal.

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LICENCIADO EN CIENCIAS JURÍDICAS

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