La Prensa Grafica

“Los buenos somos más, pero quizá no nos conocemos”

- Mario Sierra, mago salvadoreñ­o Por: Blanca Archila cultura@laprensagr­afica.com

El entusiasmo y la espontanei­dad caracteriz­an a este joven mago, que se formó de manera autodidact­a. Mario asegura que practica la magia para hacer reír y que el público pueda disfrutar el poder que guarda. En esta entrevista repasamos su hazaña, experienci­as y la historia de su inicio.

Su curiosidad fue el primer impulso para aprender la magia. Ahora, más de una década después de aquellos primeros pasos, este joven ahuachapan­eco ha logrado destacar como un artista nacional y llevar su talento a diferentes países y regiones.

Su nombre es Mario Sierra, un aprendiz que de manera autodidact­a se formó como mago. Sus inicios fueron mirando videos, un conocimien­to que luego combinó con lo que aprendió de talentos de la magia local y de magos extranjero­s.

Comenzó en este mundo sin imaginar que la magia lo llevaría por diferentes rumbos. Gracias a ella ha visitado cerca de nueve países, entre ellos República Checa, Colombia y México, donde ha realizado shows.

Uno de sus principale­s propósitos con la magia es ayudar a jóvenes en situación de vulnerabil­idad, para que a través del arte puedan transforma­r sus vidas. Ese es un poco el trabajo que realiza como maestro y director de Magos Sin Fronteras en El Salvador, programa que sigue tres objetivos: entretener, educar y empoderar.

Sierra identifica tres elementos indispensa­bles para cualquier mago: responsabi­lidad, disciplina y conectar con las demás personas, sin dejar de lado, la autenticid­ad. En esta entrevista el joven mago comparte su experienci­a educando a nuevos talentos y revela cómo la magia cambió su vida.

¿Cómo aprendiste a hacer magia?

Lo aprendí allá por el 2009, estuve mirando videos en Youtube, como todos aprendemos en El Salvador, y de ahí fui cono

ciendo magos en el país y en 2017 tuve la oportunida­d de viajar en Costa Rica a internarme en una escuela de magia con el profesor Alejandro Navas.

¿Hubo algo que te dijera: “yo tengo que hacer esto, debo aprender magia”?

Al principio para ser sincero no, cuando veía los videos en Youtube lo que más me gustaba era la reacción de la gente, ahí me di cuenta del poder que tiene la magia. Ahora, si veo hacia atrás, encuentro por qué hago magia. Yo ocupo la magia para hacer sonreír, para que la gente olvide momentos y a través de la magia puedan pensar diferentes cosas.

Hablas del poder de la magia, a estas alturas y con tu práctica, ¿cuál es ese poder?

Yo creo que el poder de la magia es demasiado fuerte, no se encuentra un mago a la vuelta de la esquina, no lo ves como un payasito en una fiesta, ahí me he dado cuenta que el poder de la magia es demasiado fuerte porque con un truco de magia podés cambiar la perspectiv­a a una persona.

¿Qué significa la magia para vos?

La magia es vida. Luego de 10 años es algo que me ha marcado demasiado. Puedo decir que realmente amo la magia y a través de eso, he logrado lo que soy.

¿Qué necesita una persona que quiera entrar en este mundo?

Lo que más importa es que la persona tenga disciplina, y mucha responsabi­lidad, porque al final no es la magia, sino la persona. Cuando uno conecta la magia se hace más fácil y viene por sí sola.

¿Cómo describís tu experienci­a a lo largo de estos años?

Llevo haciendo magia desde 2009 y la experienci­a ha sido grandísima, he conocido mucha gente a través de la magia, viajé a otros países y yo la catalogo como única, algo que me apasiona y que nunca me imaginé.

Has trabajado mucho con niños, ¿qué valor tiene esa oportunida­d?

De hecho al principio la magia engloba todo, he trabajado en celebracio­nes con niños desde un año hasta cumpleaños de 80, pero mi experienci­a con niños es muy agradable. No tengo shows para niños, pero hay trucos que los he llevado y los enmarco para un niño, donde el niño se vuelve mago y los empodero. Es difícil hacer magia con un niño porque son listos.

¿Cómo entraste a Magos Sin Fronteras?

Alrededor de 2018 me contactó Carlos López y Ryant Bart, fundadores de Magos Sin Fronteras, una fundación que está en siete países, entre ellos Brasil, Colombia, India... y tomaron a bien que yo fuera el director general de Magos Sin Fronteras de El Salvador, porque hago shows en hospitales y comunidade­s donde la magia no llega. Ellos se fijaron en eso, tuvimos un acercamien­to y me uní. Ahora tiene tres años de reactivars­e en el país, y tenemos cuatro jóvenes que se están empoderand­o con esto.

¿Qué contempla la magia social?

Yo llego a una comunidad donde no llega el arte. Salimos a cantones, caseríos, ahí nos preparan a las personas y llevamos un itinerario y el plato especial es la magia, así conectamos con las personas y al final del espectácul­o siempre se acerca alguien con buenos comentario­s y muy interesado en lo que hago, queda ese sentimient­o en lugares donde no llega ese arte.

¿Cómo ves los espacios para la magia en El Salvador, desde tu propia vivencia?

En El Salvador hasta ahora puedo decir que la magia es poco aceptada quizá porque las personas y las empresas no la terminan de reconocer y pagarla bien. He estado en otros países, por ejemplo Costa Rica y la magia es bien agitada, y ahí tiene un gran empoderami­ento para reconocer el talento, un mago se paga bien. Acá en el país, se negocia mucho y se le pierde el valor al arte.

¿Hay algún mensaje que te gusta compartir a través de la magia?

De hecho el mensaje que siempre doy es que las personas pueden sonreír a través de la magia, un momento mágico puede hacerte olvidar problemas, tristezas, y aspectos negativos. Los buenos somos más pero quizá no nos conocemos, cuando hacemos arte y las cosas salen bien, podemos hacer sonreír a un país completo.

“Yo ocupo la magia para hacer sonreír, para que la gente olvide momentos y a través de la magia puedan pensar diferentes cosas.”

Mario Sierra, MAGO SALVADOREÑ­O

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Sus inicios fueron mirando videos, un conocimien­to que luego combinó con lo que aprendió de magos nacionales y extranjero­s.

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