La Prensa Grafica

“NOS SENTIMOS TRAUMADOS, COMO SI FUE TERREMOTO EL QUE VIVIMOS” Más de 50 viviendas de las familias del cantón La Danta, Ahuachapán, sufrieron daños tras el sismo del domingo. La mayoría duerme en los patios por temor.

- Marielos Román departamen­tos@laprensagr­afica.com

Momentos de miedo y tensión vivieron las familias del cantón La Danta de Ahuachapán, la tarde del domingo, luego que un sismo de magnitud 5.1 dañara más de 50 viviendas construida­s de adobe, madera, láminas y tejas de la comunidad.

Afortunada­mente, la mayoría de pobladores se encontraba­n afuera de sus viviendas a la hora del sismo. Algunos disfrutaba­n de una fiesta de cumpleaños de residente del cantón y otros permanecía­n en el campo trabajando en sus cultivos.

Muchas mujeres, como Lisbeth de Ortiz, realizaban labores domésticas y eso la salvó de quedar soterrada. “Yo estaba afuera lavando trastes y cuando comenzó a temblar grité fuerte llamando a mis hijas porque ellas estaban dentro de la casita, y el ver como las paredes se iban cayendo fue traumático, ellas también gritaban ‘mamá, mamá’ y lograron salir. A una de ellas, a la menor, le cayeron escombros en su brazo y pierna. Por un momento yo sentía que me iba a quedar abajo de los escombros”, dijo Lisbeth.

Según narraron los padres de la niña de 11 años, que también se llama Lisbeth, como su madre, ella se encuentra estable, pero tuvieron que llevarla donde un “sobador” para que “le hiciera llegar el brazo al puesto”. Sin embargo, esta familia se encuentra con temor de que siga temblando, pues cada vez, Lisbeth llora.

“Nosotros nos sentimos traumados, sentimos que como si hubiera sido un terremoto que nos dejó sin donde vivir, uno a veces piensa que es un sueño, una pesadilla, pero no, estamos viviendo la propia realidad y es duro para uno de pobre. Nos estamos quedando afuera, a la intemperie, pero no hemos dormido nada por el miedo y por el frío que hace en la noche. Estamos sin comer, pero a pesar de todo, le damos gracias a Dios que son pérdidas materiales, pero tengo a mi familia con vida”, se conformó la mujer.

Por su parte, Edwin Castro, padre de la menor, contó que con su trabajo de jornalero logró construir su vivienda hace un año: “Nosotros no nos esperábamo­s esto, yo no estaba cerca, cuando vine me topé con la sorpresa que casi toda la casa estaba en el suelo, mis hijas llorando, la más pequeña resultó un poco lesionada, y todos los vecinos asustados. Es duro y triste porque un año tiene de construida la casa, son ahorros de toda la vida, y cuesta volver a reunir el dinero”.

La familia hizo el llamado a las autoridade­s locales y gubernamen­tales para que les ayuden con víveres e insumos para construir un espacio provisiona­l donde dormir en los patios mientras logran levantar nuevamente sus viviendas.

Asimismo, contaron que personal del Ministerio de Obras Públicas (MOP) llegó ayer para ayudarles a retirar escombros y mover sus pertenenci­as, no obstante, aseguraron que no han recibido informació­n sobre si el Ministerio de Vivienda les ayudará a reconstrui­r sus casa.

La familia Ortiz indicó que no se van a un albergue provisiona­l porque les quedan muy lejos, y prefieren quedarse cuidando las pocas pertenenci­as que les queda, al igual que la mayoría de sus vecinos.

Quienes si se fueron a un albergue en Las Chinamas son los esposos Alonso Chávez y Macaria Sánchez, ambos de 85 años, quienes dejaron su casa por temor.

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 ?? ?? 2 1 1. Afectados. La casa de la familia Ortiz quedó parcialmen­te destruida por el sismo del domingo. Una de sus hijas resultó lesionada. 2. Daños. Las familias de las afectadas solicitan ayuda a las autoridade­s locales y de Gobierno para reconstrui­r sus hogares.
2 1 1. Afectados. La casa de la familia Ortiz quedó parcialmen­te destruida por el sismo del domingo. Una de sus hijas resultó lesionada. 2. Daños. Las familias de las afectadas solicitan ayuda a las autoridade­s locales y de Gobierno para reconstrui­r sus hogares.

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