INICIA ERA POSTERIOR AL PAGO DE LOS EUROBONOS 2023
Los inversionistas que poseen eurobonos salvadoreños y los analistas que los asesoran dan por descontado que el gobierno pagará los $604.1 millones que se vencen el próximo martes 24 de enero. El riesgo país de El Salvador ha bajado de los máximos a los que llegó en julio de 2022 de 3,500 puntos básicos (35 %) a 1,489 puntos básicos al 17 de enero de 2023. El nivel actual es comparable a los 1,486 puntos básicos a los que se encontraba el riesgo país salvadoreño el 17 de febrero de 2022. Es decir que el riesgo se encuentra a un nivel similar al que tenía hace un año.
Esta montaña rusa se debió a que el gobierno salvadoreño no explicaba con claridad, a mediados del año pasado, cómo pagaría los bonos de 2023. Hasta hoy lo que sabemos es que hicieron dos pagos anticipados de bonos que se vencen en 2023 y 2025, en septiembre y diciembre recién pasados, con lo que redujeron los pagos de $1,600 millones a $952 millones, es decir, $604 millones en enero de 2023 y $347.9 en enero de 2025.
El bono que se vence la próxima semana se presume que se pagará mayoritariamente con préstamos del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), por un monto total de $475 millones, que fueron aprobados por la Asamblea Legislativa el 22 de diciembre recién pasado. Los $129.1 millones de diferencia para completar los $604.1 millones se supone que saldrán del flujo normal de fondos de hacienda.
Los mercados bursátiles siempre ven para adelante varios meses, si son acciones, o varios años, si se trata de bonos. En la medida que asumen que el gobierno salvadoreño va a cumplir su compromiso de pago de la próxima semana, ya están analizando la probabilidad que el gobierno pueda pagar los vencimientos por $6,288.9 millones que tendrá que pagar entre 2025 y 2052. Solo entre 2025 y 2029 tendrá que pagar $1,748.9 millones en eurobonos. Esto se refiere a deuda privada externa y no considera los vencimientos de deuda externa que tiene con organismos multilaterales y no considera los vencimientos de corto plazo de deuda interna por $2,874.26 millones que tendrá que pagar en 2023.
Los analistas a nivel internacional consideran que es un buen mensaje que pague los bonos de 2023, pero les preocupa el costo fiscal que va a tener a mediano y largo plazo la recién aprobada reforma de pensiones y la caída tan grande que han tenido las reservas internacionales netas del país. Estos elementos son los que van a pesar fuertemente sobre hacia a dónde se dirija el nivel de riesgo de la deuda soberana salvadoreña. Si se concluye que el efecto de la reforma de pensiones es negativo para las finanzas públicas y si las reservas internacionales no suben o se reducen más, lo más probable es que el riesgo país vuelva a subir, y si ocurre lo contrario, el riesgo país tendería a bajar aún más.
El costo de la reforma de pensiones y la sostenibilidad de la cuenta de garantía solidaria a largo plazo no se ha calculado, o al menos no se ha dado a conocer públicamente ningún estudio actuarial de una firma reconocida a nivel internacional que indique que el impacto para las finanzas públicas es manejable y que el sistema de pensiones “nuevo” es sostenible a largo plazo. En cuanto a las reservas internacionales netas estas han caído desde $4,861.4 millones en octubre de 2019 a $2,440.4 millones al 31 de diciembre de 2022. Estas han sido impactadas por la caída en la reserva de liquidez de los bancos y por la caída de los derechos especiales de giro que tenía el BCR hasta que le prestó al gobierno central en septiembre pasado, pasando de $575 millones a $209.4 millones. Normalmente se considera sano, a nivel internacional, tener un mínimo de tres meses de importaciones en reservas internacionales netas, estas habían llegado a casi 6 meses de importaciones en 2020 y a noviembre de 2022 se habían reducido a 1.8 meses de importación.
En resumen, no basta con pagar el bono 2023 para que el riesgo país siga bajando. Se tiene que mejorar la sostenibilidad fiscal a largo plazo y se debe incrementar las reservas internacionales, para que el riesgo no vuelva a subir.