CUIDA A SUS SEIS NIETOS PORQUE SUS PADRES FUERON CAPTURADOS
Carmen, una señora de más de 60 años, padece de cirrosis aguda. Tiene miedo de empeorar ya que no sabe quién se quedará a cargo de sus seis nietos.
De los seis hijos que tiene, solo dos están con ella. Sus otras tres hijas, un hijo y el yerno están presos. Todos son vendedores ambulantes y fueron capturados por el régimen mientras trabajaban. En su rostro se refleja la incertidumbre y aflicción porque no halla qué hacer con los niños en la situación de precariedad en la que vive.
No trabaja porque tiene cirrosis aguda, por la cuál debe estar ingresada, pero no puede porque debe cuidar a los niños, uno de ellos recién nacido, a quien su padre aún no conoce porque fue capturado. Su hija quedó grave cuando dio a luz, y no ha mejorado desde entonces.
Carmen (nombre ficticio) dice que no sabe cómo salir adelante con todos los niños, su enfermedad y sus hijos detenidos. Lo único que ha podido ir a dejarles es incaparina porque es para lo único que le alcanza.
Uno de sus mayores temores es que sus hijos capturados la estén pasando mal en la cárcel porque no ha podido entregarles nada para sobrevivir y por lo que escucha que les pasa allá adentro. “Tengo temor de bastantes cosas… Que les puedan hacer algo allí adentro. Me pregunto a veces si comen o no, si me les pegan, si los maltratan, no sé. Es una angustia muy grande”.
Por la gran necesidad económica que tiene con sus nietos, ella sale a vender a pesar que su salud está mal. Cuando ella no puede, manda a vender a su última hija, que es la única que le está ayudando. Dice que hay días que tiene mucho miedo de que no vuelva porque la han capturado.
Todos los niños dicen que extrañan a sus mamás, preguntan por ellas, pero Carmen no puede darles mayores detalles. Esta madre tiene esperanza de que todas sus hijas, hijo y yerno regresen con sus niños porque no han cometido ningún delito.
Cuando sus hijos fueron capturados, ella solicitó los antecedentes penales de cada uno y ninguno tenía. Ese es su orgullo, dice, que ninguno de sus hijos se ha metido en problemas y por eso tiene fe en que saldrán.
“Yo no alcanzo para darles de comer porque son muchos niños, imagínense la tiernita. Ella no quiere leche en polvo, y compro de la barata que es para la única que me alcanza, pero le está cayendo mal, y eso me preocupa”, indicó.
Carmen dice que la interpuso la denuncia ante la Fiscalía General de la República por la captura de sus hijas e hijo, pero dice que ya no volverá porque no confía en ellos, ya que se ha enterado que están deteniendo a gente con antecedentes y ella tiene miedo que por eso la vayan a capturar, ya que hace años tuvo problemas legales. Dice que mejor no va porque teme dejar solos a sus nietos. Ella es la única esperanza y protección que les queda.