“Sin novedad en el frente” de Netflix, la película con más nominaciones en los BAFTA 2023
El filme alemán competirá en 14 categorías en los BAFTA de este año y es la principal contendiente de “Argentina, 1985” a mejor película extranjera. También es una de las favoritas en la próxima entrega de los Óscar.
ncabezando la lista con 14 candidaturas, entre ellas a mejor director y mejor película, “All Quiet On The Western Front” (Sin novedad en el frente) se convirtió en la película más nominada de la 76.ª edición de los premios de la Academia Británica de Cine, conocidos por su siglas en inglés como BAFTA.
La película dirigida por el cineasta alemán Edward Berger, empató a su vez el récord establecido por “Crouching Tiger, Hidden Dragon” (2000) de Ang Lee, como la película de habla no inglesa con más nominaciones en la historia de los premios.
Recientemente también fue nominada a los premios Óscar de la Academia estadounidense, donde obtuvo nueve nominaciones, incluidas a mejor película, mejor película internacional, mejor guion adaptado, y varias categorías técnicas como mejor fotografía, mejor sonido y mejores efectos visuales.
Ambientada en la Primera Guerra Mundial, “All Quiet On The Western Front” es la tercera adaptación al cine de la novela homónima de Erich Maria Remarque de 1929, que aborda la historia del joven alemán Paul
EBäumer, interpretado por Félix Kammerer, que se alista para combatir en la guerra, junto con su grupo de amigos, sin el permiso de sus padres.
La novela fue adaptada por primera vez por Lewis Milestone en su versión estadounidense, ganadora de dos premios Óscar en 1930 al Mejor director y Mejor película.
Al drama alemán le siguen con 10 nominaciones la comedias dramáticas “The Banshees Of Inisherin” (Almas en pena de Inisherin) de Martin Mcdonagh y “Everything Everywhere All At Once” (Todo a la vez en todas partes), de Dan Kwan y Daniel Scheinert; seguidas por “Elvis” de Baz Luhrmann, que compite en nueve categorías, y “Tár” de Todd Field, con cinco.
“All Quiet on the Western Front” hizo su
DE CRÍTICAS POSITIVAS debut en el pasado Festival Internacional de Cine de Toronto y luego se estrenó en Netflix el 28 de octubre de 2022, recibiendo críticas positivas de los críticos por su fidelidad al material original.
La gala de los premios BAFTA se llevará a cabo el 19 de febrero en el Royal Festival Hall, en el centro de Londres, y será conducida por el actor Richard E. Grant.
Salud i la masa muscular es crucial para entender la obesidad, la fuerza del músculo es una de las claves para tratar de enfrentarse a esta enfermedad. El músculo es capaz de almacenar grasa de forma patológica cuando el tejido adiposo subcutáneo ha superado su capacidad de expansión; pero, además, el músculo es un órgano metabólicamente activo y es el principal responsable del gasto metabólico basal.
“Cuando incrementamos la masa muscular, a través de un programa de ejercicio, se eleva el gasto energético asociado al mantenimiento de las funciones vitales, y un incremento del gasto energético de reposo induce a un menor acumulo de masa grasa”, destaca el profesor Jonatan Ruiz de la Universidad de Granada y miembro de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).
Al activar el músculo a través del ejercicio, “éste incrementa el gasto energético y favorece la movilización y utilización del tejido adiposo”, apunta.
Además, con la actividad física intensa, el músculo segrega unas moléculas conocidas con el nombre de miocinas que se comunican con múltiples órganos y tejidos, entre ellos con la grasa (mejorando, por ejemplo, la sensibilidad a la insulina).
SGRASA BLANCA, GRASA PARDA
En mamíferos, el tejido adiposo se encuentra principalmente en dos formas: tejido adiposo blanco (TAB) y tejido adiposo marrón o pardo (TAM). Estos dos tejidos tienen roles opuestos en el metabolismo energético.
Según el investigador, la grasa blanca “tiene la capacidad de almacenar energía en forma de triacilglicerol y de liberarla en forma de ácidos grasos libres y triacilgliceroles”, mientras que la grasa parda “tiene la capacidad de oxidar glucosa y lípidos y disipar energía en forma de calor”.
Por lo tanto, la capacidad de la grasa marrón o parda para metabolizar energía y oxidar glucosa y lípidos “hace que sea un tejido diana para potenciales terapias que luchen contra la obesidad o la diabetes”.
El exceso de ingesta calórica generalmente se almacena en forma de triglicéridos en el tejido adiposo subcutáneo.
Cuando se supera la capacidad de expansión del tejido adiposo subcutáneo, los lípidos se depositan en tejidos viscerales y otros órganos y tejidos, tales como el hígado o el músculo esquelético que no están diseñados para almacenar grasa, un proceso conocido como acumulo de grasa ectópica.
También las hormonas de la grasa pueden actuar sobre el sistema cardiovascular, provocando inflamación, fibrosis y cambios contráctiles. Un aumento de la acumulación de grasa epicárdica favorece su infiltración en el miocardio, interrumpiendo la conexión entre cardiomiocitos y conducción eléctrica.
“La grasa epicárdica disfuncional es un factor de riesgo y progresión de la enfermedad cardiovascular”, subraya la doctora Sonia Eiras.
“La cantidad, pero también la calidad del tejido adiposo epicárdico -explica- se asocian con cambios hemodinámicos, metabólicos, estructurales y funcionales cardiacos”.
Enfermedades como la obesidad o la diabetes mellitus tipo 2 e, incluso, el envejecimiento se relacionan con un mayor acumulo de grasa epicárdica y disfunción cardiaca.
La grasa epicárdica también sufre cambios diferenciales estructurales, hormonales y metabólicos en los diferentes estadios de la enfermedad cardiovascular, que permite la estratificación pronóstica y el manejo de los pacientes.
“Esto indica claramente que la calidad, más que la cantidad de la grasa epicárdica, es un indicador de carga de la enfermedad cardiovascular disfuncional”, indica la doctora Eiras, quien recuerda que “la grasa epicárdica puede producir proteínas pro-inflamatorias, pro-aterogénicas, pro-fibróticas y/o pro-arrítmicas”.
En pacientes con obesidad (con o sin diabetes), las estrategias basadas en el cambio de estilo de vida (dieta y/o ejercicio) o nuevos hipoglucemiantes podrían reducir el contenido graso epicárdico y mejorar su actividad metabólica, regenerativa y funcional.
En la población envejecida o con enfermedad cardiovascular asociada a bajo gasto energético o incremento de factores pro-adipogénicos, se requerirán estrategias más individualizadas adaptadas a los tratamientos, factores de riesgo y comorbilidades de cada paciente.
Los nuevos fármacos antidiabéticos han demostrado su efecto en la reducción de la grasa epicárdica y su beneficio cardiovascular y otros mecanismos aditivos basados en su funcionalidad regenerativa y metabólica explicarían la diferencia del beneficio cardiovascular con estrategias terapéuticas similares.
Combinación de calcio y vitamina D combate osteoporosis y osteopenia
La osteoporosis provoca una pérdida generalizada de la masa ósea que hace a los afectados más vulnerables a sufrir fracturas. Se estima que alrededor de 75 millones de personas padecen esta enfermedad en todo el mundo. Sin embargo, solo un pequeño porcentaje de los pacientes con este riesgo recibe tratamiento, por lo que es urgente adoptar medidas preventivas y terapéuticas eficaces para evitarlo. La comunidad científica y las Sociedades Médicas recomiendan la administración de calcio y vitamina D (colecalciferol) en pacientes de riesgo o con un diagnóstico de osteoporosis, solos, o como complemento a un tratamiento con los diferentes fármacos antiosteoporóticos disponibles.