DURANTE RÉGIMEN, DECOMISO DE ARMAS HA DISMINUIDO ANTE CIFRAS DE 2018-2019
EN PARALELO A LAS MÁS DE 67,000 CAPTURAS EN EL MARCO DEL RÉGIMEN, LA INCAUTACIÓN DE ARMAS HA IDO A LA BAJA SI SE LA COMPARA CON NIVELES PREVIOS AL INICIO DE LA ACTUAL ADMINISTRACIÓN.
Durante el régimen de excepción, específicamente entre el 27 de marzo de 2022 y el 12 de abril de 2023, se han incautado un total de 2,629 armas de fuego.
La cifra es relativamente baja si se compara con las 67 mil 203 capturas en el marco del régimen o incluso con los registros de los últimos años del gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén, en los que se reportaron promedios superiores a las 3 mil armas decomisadas anualmente (ver gráfico).
La actual incautación es un
23 % menor a la cantidad registrada entre junio de 2018 y mayo de 2019 (3,356), el último de Sánchez Cerén; también es un 20 % más baja que la del primer año de la gestión del presidente Nayib Bukele, cuyo gabinete de seguridad reportó 3,260 pertrechos ilegales sacados de las calles entre junio de 2019 y mayo de 2020.
Todos estos datos han sido tomados de las memorias de labores anuales del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y expertos en el área consideran que pueden ser un reflejo de que la medida de seguridad estrella del actual gobierno salvadoreño ha afectado de modo directo el índice de crímenes pero que su impacto en este aspecto sólo será visible con el tiempo.
LA PRENSA GRÁFICA consultó a Rodrigo Ávila, exdirector de la Policía Nacional Civil (PNC) y actual miembro de las comisiones de Seguridad Pública y Defensa desde su cargo como diputado del partido ARENA. Él consideró que la reducción es lógica debido al alto número de detenciones que se han generado durante el régimen, lo cual conlleva a que menos armas circulen en las calles.
“La gran parte de armas que se decomisan son ilegales (sin registro) y quienes ocupan esas armas en su mayoría son parte de las personas que están detenidas, muy aparte de los inocentes que han metido presos. Podría decirse que a menos delincuentes en las calles, menos armas que circulan”, opinó.
Pero además sumó otro factor al análisis y es que, desde su experiencia, muchas de las armas incautadas a las pandillas son armas “colectivas”. “Las pandillas usualmente ocupan las mismas armas en diferentes hechos delictivos. Conocí del caso de un arma que se había ocupado en más de 70 delitos, la misma pistola ocupada por la misma pandilla, solo que en diferentes partes del país. Es una forma de despistar y complicar las investigaciones”, explicó Ávila.
El Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y la Policía Nacional Civil (PNC) mantienen actualmente una reserva de información sobre las estadísticas de delitos, misma que impide conocer concretamente cuántos homicidios se han cometido desde que inició el régimen y el tipo de arma con la cual se han realizado.
Los únicos datos a los que se tienen acceso son los que el Ministerio de Seguridad publicó en su más reciente memoria de labores, correspondiente al período de mayo de 2021 a junio de 2022 (ver tabla), en el cual queda constancia que el tipo de arma más decomisado durante el año anterior fueron las pistolas, con 1,412, seguido por los revólveres (648), escopetas (500) y fusiles (228).
ARMAS LARGAS
Sobre estos últimos, el sitio especializado Insight Crime logró documentar que al menos en los primeros tres meses del régimen de excepción, entre abril y junio de 2022, la PNC había decomisado 97 fusiles, que son armas largas automáticas consideradas de uso específico para la Fuerza Armada, pero que las pandillas en El Salvador
ocupan también para cometer delitos y para defenderse.
“Que la incautación de fusiles de asalto en 2022 sea similar a la de 2021 sugiere que las pandillas han logrado ocultar bien la mayoría de sus M-16, AR-15, AK-47 y demás fusiles”, publicó Insight Crime en julio de 2022.
Verónica Reyna, investigadora del Servicio
Social Pasionista (SSPAS), sostiene que en el tema de la incautación de armamentos, desde su organización, han determinado dos momentos. En el primero consideran que durante los primeros años de la gestión del actual gobierno las cifras de decomisos de armamentos disminuyeron por la negociación que las autoridades aparentemente tenían con las pandillas para cesar la violencia a cambio de beneficios.
En el segundo, ya durante el régimen de excepción, consideran que los datos del armamento decomisado serían un reflejo de que muchas de las personas capturadas en realidad o no están relacionadas con los delitos de los que se les acusa o que muy pocos fueron encontrados delinquiendo en flagrancia.
“Los datos reflejarían que las personas capturadas no son portadoras de armas y podría confirmar además que hay detenciones arbitrarias. Y esto pasa cuando se hacen detenciones sin investigación previa, hacia personas que no tienen antecedentes ni participación con pandillas. La mayoría de armas encontradas son en flagrancia, pero no por una investigación”, argumentó Reyna.
“Cuando se hacen detenciones sin investigación es menos probable que se
encuentren armas. La reducción en las incautaciones también podría ser un reflejo de que muchas de las capturas realizadas son arbitrarias”.
Verónica Reyna,
INVESTIGADORA DEL SSPAS.
“Resulta lógica la reducción si se toma en cuenta que a menos delincuentes en las calles, menos armas que andan circulando. Las pandillas usualmente ocupaban las mismas armas en diversos delitos”.
Rodrigo Ávila,
DIPUTADO Y EXDIRECTOR DE LA PNC.