Flujos de inversión extranjera con saldo negativo por primera vez en una década
La situación política en el país está incidiendo en estos resultados, señalan economistas. El MINEC propuso a la Asamblea una ley para atraer inversión tecnológica.
Los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) cerraron con saldo negativo en 2022, por primera vez en una década, y las razones obedecen principalmente a la “inseguridad jurídica” ocasionada por el clima político que se vive en el país, explicaron expertos en economía.
En el primer trimestre de 2022, el saldo fue de -$226.32 millones, para el segundo trimestre fue de -$57.49 millones, solo para el tercer trimestre el saldo fue positivo por $236.06, pero el último trimestre volvió a ser negativo por -$51.35 millones, por lo que el saldo al final del año terminó siendo de -$99 millones, según el último reporte del Banco Central de Reserva (BCR).
La baja en los flujos comenzó a suceder a mediados de 2021: para el tercer trimestre de ese año, el saldo cayó a -$19.24 millones, desde los $237.97 millones que había registrado en el segundo trimestre; y para el cuarto trimestre bajaron aún más hasta -$80.18 millones.
En total, son cinco los trimestres que el país ha registrado flujos negativos de IED, desde julio de 2021, apenas dos meses después de que la Asamblea Legislativa destituyera a los magistrados dela Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) sin seguir el procedimiento de ley y des pidiera a una buena cantidad de jueces en todo el país, un hecho que los economistas consideran la razón de mayor peso en estos resultados económicos.
“Yo considero que la variable que más está afectando, y de manera determinante, es la parte política. Hay que ser claros: el gobierno se encargó de destruir la seguridad jurídica, de crear un mal clima de inversión”, apuntó el economista Rafael Lemus.
“Un inversionista extranjero que quiera venir al país y que ve que el Gobierno irrespeta y viola la Constitución (de la República) de manera serial, es decir, con bastante frecuencia, lo que hace es pensar: ¿Qué seguridad tengo yo de mis inversiones? ¿Qué trato me van a dar como empresario, si a los más de 200 jueces y a los magistrados de lo Constitucional los despidieron como a un simple empleado y sin reconocerles los derechos?”, añadió Lemus.
Y este mismo planteamiento había hecho el economista Otto Rodríguez en febrero pasado, cuando sentenció que “lo político de termina lo económico” y señaló que “precisamente ese entorno (político) convulso es lo que hace que la inversión extranjera se aleje, que en lugar de venir salga del país”.
Estos cinco trimestres con saldo negativos de IED también coinciden con el anuncio que hizo el Gobierno a mediados de 2021 sobre la adopción de bitcóin co-
mo moneda de curso legal en El Salvador, una ley que entró en vigencia el 7 de septiembre de ese mismo año. “Para el año 2024, y para el siguiente, la situación va a ser peor, porque es un año electoral en el cual se va a consolidar el autoritarismo, se van a confirmar las aspiraciones del presidente(nayibbukele)deseguirenelgobierno, a pesar de que es una violación brutal de la Constitución la reelección”, advirtió Lemus. Un comunicado del Ministerio de Economía (MINEC), fechado el 7 de marzo de este año y titulado “Gobierno impulsa la atracción de inversiones y un desarrollo económico sostenible e inclusivo”, en un contexto como el anterior, asegura que “por varias décadas, El Salvador no crecía en comparación con otros países de América Latina, no se generaban oportunidades para la población, no existía un ambiente propicio para las inversiones”. El 11 de abril, la titular del MINEC, María Luisa Hayem, apareció en la entrevista matutina del oficialista Canal 10 para hablar sobre inversiones en el país y afirmó en su intervención que mediante el proyecto de Ley Fomento a la Innovación y Manufactura Tecnológica, presentado ese mismo día ante la Asamblea Legislativa, el Gobierno busca atraer inversionistas de empresas tecnológicas y que ya hay varias interesadas; además, destacó que ha cambiado la participación de la diáspora, que ya no solo participa en la economía nacional a través de remesas, dijo, sino que también está invirtiendo en el país.
“Para el año 2024, y para el siguiente, la situación va a ser peor, porque es un año electoral en el cual se va a consolidar el autoritarismo”. Rafael Lemus, ECONOMISTA.
“Como este año es preelectoral, probablemente estos flujos van a seguir manteniéndose bajos”. Otto Rodríguez, ECONOMISTA.