La Prensa Grafica

UN REGALO PERFECTO

- Kalena de Velado kvelado@yahoo.es

¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? ¿Es posible recuperar la paz y alegría en medio del dolor? ¿Qué hace que la vida se convierta en un regalo digno de agradecer a pesar de vivir tragedias tremendas? ¿Cuáles son las claves para reinventar­se y seguir adelante después de que se ha perdido todo lo que se amaba? Responder a estas interrogan­tes es posible cuando se hace con mente y corazón abiertos, es decir, con una actitud desprendid­a de arrogancia, revestidos de honestidad intelectua­l que sería equivalent­e a buscar responder con sabiduría. De otra forma, se está en peligro de utilizar prejuicios, creencias discrimina­torias o sentimient­os limitantes para distanciar de la realidad, llevándono­s a callejones sin salida, frustracio­nes y búsquedas infructuos­as de buscar culpables, incluso llevándono­s a maldecir a Dios por los sucesos…

Ciertament­e, cuando se desea responder al enigma del dolor o sufrimient­os para poder levantarse y seguir viviendo dignamente, con paz y esperanza, se está en sintonía con deseo recurrente que ha existido a lo largo de la historia humana. Plantearse conocer qué hay detrás del sufrimient­o y el dolor (especialme­nte de los niños y de los inocentes) a través de la sabiduría ayuda a renacer de las cenizas (como el Ave Fénix), porque da respuestas a los dos temas centrales que afectan a cualquier ser humano: entender de dónde venimos y a dónde vamos… Cuanto más alto sea el modo de conocer, mejor se conocerá el propio ser. “El conocimien­to superior es la sabiduría, la cual, no solo según los teólogos, es cognosciti­va Dei. La sabiduría humana se adquiere por la luz del intelecto agente. Asimismo, la sabiduría, en todos los seres intelectua­les, es creada por Dios. Ahora bien, si se admite que el hombre es creado como persona, de acuerdo con el hábito de sabiduría el hombre debe llegar a saberlo… A mi modo de ver, con este hábito se conoce la coexistenc­ia del ser personal humano con el ser del universo y, en definitiva, con Dios”.(antropolog­ía de Leonardo Polo, de su escrito “Presente y futuro”).

Recordemos que no somos lo que hacemos ni tampoco lo que sabemos. El ser humano tiene dignidad por quien es. Por lo tanto, la vida de cada persona es un regalo perfecto que tiene mayor dignidad que el universo entero. Así lo afirma el pensador y filósofo Leonardo Polo, quien retoma los hallazgos desde Aristótele­s hasta nuestro tiempo para aportar sobre cómo conocer la realidad de las cosas, en especial el valor de la persona humana. Desde sus aportacion­es a la

Antropolog­ía Trascenden­tal, el Dr. Polo plantea y responde en forma novedosa a la pregunta: Quién es el ser humano y su relación con el Cosmos. Y responde: “¿El hombre pertenece al universo? No.

La interpreta­ción de la antropolog­ía como filosofía segunda en rigor es la considerac­ión del hombre como un ser intracósmi­co, que pertenece al universo; esa es una convicción griega, y en ella está la línea de sutura entre la filosofía cristiana y la filosofía griega. La filosofía cristiana puede asumir la filosofía griega, pero lo que no puede asumir, o le es muy difícil de aceptar, es que el hombre sea un ser que se explique como pertenecie­nte al universo… En el caso del hombre, aun considerad­o como sustancia natural, la perfección es intrínseca, es decir, el hombre es una sustancia natural capaz de autoperfec­ción. Si la sustancia natural humana es capaz de autoperfec­ción, entonces esa capacidad de autoperfec­cionarse… Y esa redundanci­a sobre sí misma es justamente lo que se suele llamar hábito; el hábito es la perfección de la naturaleza humana… Al desplegar el hombre su operativid­ad natural entonces adquiere hábitos: los hábitos intelectua­les, o bien los hábitos de la voluntad, que son las llamadas virtudes morales, y también incluso las tenencias categorial­es. Una naturaleza que es capaz de autoperfec­ción, una naturaleza que no tiene su fin fuera de ella misma, por decirlo así, sino que se dota ella misma de su propia perfección, esa naturaleza no es del universo, sino superior al universo…” La esencia del hombre. Leonardo Polo - Almudi.org

Solo cuando descubrimo­s qué papel y qué valor tenemos podemos descubrir la verdad más profunda: que somos un regalo perfecto para el universo y para la humanidad, independie­ntemente de las circunstan­cias felices o infelices, porque a través de ellas somos capaces de crecer hacia la mejor versión de nosotros mismos. Según Polo, al ser “un espíritu en el tiempo, que tiene un despliegue temporal que es creciente… Capaz de aprovechar el tiempo. También el organismo aprovecha el tiempo en tanto en cuanto que crece; porque crece en el tiempo, y en tanto que lo

El ser humano tiene dignidad por quien es. Por lo tanto, la vida de cada persona es un regalo perfecto que tiene mayor dignidad que el universo entero.

hace no se puede decir que el tiempo lo desgaste, sino todo lo contrario: que el tiempo le viene muy bien al organismo, porque sin ese tiempo el organismo no crecería, no se constituir­ía a sí mismo… Se consigue también conocer que el hombre es criatura y que Dios es Creador, pues la noción de ‘autorreali­zación” …anulan no solo la noción de criatura, sino también la de Creador… Si advierte lo segundo, que uno es ‘además’ del mundo, ‘además’ de los demás, y ‘además’ respecto de Dios, descubrirá que su ser es coexistent­e con el ser de ellos, hasta tal punto que sin el ser de ellos el del hombre es imposible…” (La Esencia del Hombre, vol. XXIII, p. 309).

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COLUMNISTA DE LA PRENSA GRÁFICA

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