NUESTRA ORQUESTA SINFÓNICA JUVENIL
El viernes pasado asistí al concierto de la Orquesta Sinfónica Juvenil “Un tributo a ABBA” en la voz de Florence Umaña, como siempre lo disfruté mucho y hasta bailé. Estando ahí en el teatro recordé la forma en que me volví “fan” de la Sinfónica, es una linda historia que les compartiré brevemente.
Mi nieto Mariano, quien esta semana cumplió 14 años, nació con un gusto especial por la música, le gustaba que le pusiera videos en Youtube y como todavía no podía hablar, moviendo sus deditos sobre la mesa me indicaba cuando quería que fueran de piano y con sus bracitos simulando tocar cuando los quería de violín. El tema de su cumpleaños número 2 fue la música, las piñatas eran un violín y un tambor, se vistió de director de orquesta y el regalo de su tío Carlos fue un CD de la ópera Carmen, lo escuchaba todo el día. A mi hija se le ocurrió un día que lo lleváramos a un concierto de la Sinfónica Juvenil para ver si le gustaba y desde ese día no nos perdíamos ninguno, después de cada presentación se paraba en el asiento, aplaudía muy emocionado y gritaba “bavo, bavo”. Martín Jorge, quien en aquel tiempo era el director de la orquesta, era su héroe, siempre le gustaba ir a saludarlo. Él también quería ser director, le conseguimos una “varita” para que la usara de batuta y una amiga le regaló una “tarimita”. A los 3 años empezó a recibir clases de violín, no empezó antes porque no lo aceptaban, tuvimos que comprarle afuera su “violincito” porque aquí no había para su tamaño. No tenía mucho tiempo de haber iniciado sus clases cuando la Escuela de Música organizó una presentación con sus alumnos, a él le tocó su turno al principio con los chiquitos, el cierre fue un “show” bien montado con los alumnos grandes y más avanzados, él no entendía por qué no podía estar ahí, agarró su violín y se subió al escenario a tocar, se paró adelante y con su piecito seguía el ritmo de lo que supuestamente tocaba, debo confesar que lloré de emoción. A medida que iba creciendo se empezó a alejar de la música y no recuerdo exactamente en qué momento conoció el fútbol, pero finalmente el fútbol le ganó la pelea al violín, ahora quiere convertirse en un futbolista famoso y se está preparando para, si Dios lo permite, irse a una escuela europea. No pierdo las esperanzas de que en el futuro regrese a la música, mientras tanto yo seguiré disfrutando el maravilloso mundo de la Sinfónica Juvenil.
Queriendo conocer más, busqué en Internet información de la OSJ y hay menos de lo que me esperaba, hay mucha promoción de sus eventos, pero me hubiera gustado encontrar una página Web con información de sus integrantes y por supuesto de su director actual, Félix
Rivera. En la cuenta de Facebook encontré que fue creada en 1995 por el Dr. José Antonio
Abreu, fundador del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles de Venezuela. Se trata de un programa gratuito de inversión social a través de la música, inclusivo, plural y con equidad para la juventud salvadoreña. En Instagram encontré este texto: “¡Cada concierto es el producto de muchas horas de entrega y compromiso para compartir grandes obras con ustedes!” y no dudo que es así, porque el espectáculo que entregan es realmente de gran calidad.
En el sitio Web ivoox.com encontré un poco de información sobre el director: “Rivera es el actual Director Residente de la Orquesta Sinfónica Juvenil de El Salvador, después de doce años de formar parte de ella como músico titular instrumentista del corno francés. La vida de Félix ha sido siempre cercana a la música, desde muy pequeño en la escuela, en varias pequeñas agrupaciones musicales, aprendiendo instrumentos como la guitarra, las percusiones, la trompeta, el piano, hasta encontrar en el corno francés su preferencia actual en el ámbito sinfónico. Félix Rivera es un músico de mucha disciplina profesional y de una enorme motivación por perfeccionar su arte y conocer profundamente el mundo de la música seria, por ello, también su historia profesional está llena de asistencias a capacitaciones, talleres, seminarios y diversidad de espacios académicos dentro y fuera del país, donde ha ampliado su experiencia como instrumentista y como lo sigue haciendo actualmente, estudiando para perfeccionar la dirección orquestal”.
Creo que es un gran orgullo y un lujo tener una Orquesta Sinfónica Juvenil de este nivel. ¡Ustedes también se merecen un tributo!
Queriendo conocer más, busqué en Internet información de la OSJ y hay menos de lo que me esperaba, hay mucha promoción de sus eventos, pero me hubiera gustado encontrar una página Web con información de sus integrantes y por supuesto de su director actual, Félix Rivera.