“Un occidente secuestrado”, un ensayo con tintes premonitorios
En esta obra, publicada inicialmente en 1983, Kundera advierte de la amenaza que suponía Rusia para el resto de Europa. Un debate que ha recobrado actualidad.
En 1956, mientras tanques soviéticos arrasaban Budapest, el director de la Agencia de Prensa Húngara envió un mensaje de desesperación “Moriremos por Hungría y por Europa”. Tres décadas después, escribió un artículo titulado “Un Occidente secuestrado o la tragedia de Europa Central”.
Este ensayo contiene dos textos, el discurso que pronunció el literato checo Milan Kundera ante el Congreso de Escritores de 1967, en el que aboga por la autonomía de la cultura y sus representantes, y “Un occidente secuestrado” de 1983, en el que el autor se pregunta por la barbarie en la historia y en la vida de las personas, y en el que advierte sobre el riesgo del comunismo soviético y quizás premonitoriamente sobre los riesgos que corre hoy Europa.
Un libro más que actual y que puede hacernos comprender la verdadera realidad en la que está sumido el continente y que quién sabe, dé las claves del futuro que nos espera.
Este gran autor, aún vivo y con un pensamiento independiente, fue castigado por la dictadura comunista en 1970 y tuvo que ganarse la vida como pianista de jazz.
Fue en 1975 cuando tuvo que irse a Francia, donde ha pasado el resto de sus días y donde mantiene aún su lucidez, a pesar de sus 93 años.
Sus escritos y novelas son cercanos a los del gran maestro Robert Musil y con influencias de Miguel de Cervantes, todo ello combinado con el pensamiento filosófico de Nietzsche.
Su primera obra La broma (1968) fue una magistral sátira, con un inteligente y fresco humor contra el comunismo, una novela que, para muchos, es una de las mejores del siglo XX.
En sus escritos se muestra clandestino y, de improviso, se transforma en directo y transparente.
Este ensayo deja muy claro que en Europa ya no se hace historia, ni se sabe hacer, sino que es solo un mero espectáculo dentro de la globalización.
Si bien el concepto de Europa se considera un bloque único que va desde el Atlántico hasta los Urales, es en realidad un continente en el que existen realidades muy distintas: una anclada en el alfabeto cirílico y que tiene a Rusia como fuerza motriz y la otra anclada en Roma y el catolicismo.
Nos muestra cómo Europa, está ciega, o al menos eso transmite. A modo de ejemplo, podemos citar al filósofo Emmanuel Kant, vinculado a Europa, y que está enterrado en Rusia, en la ciudad donde nació y murió y que lleva hoy el nombre de Kalingrado.
Así,europaestáclaramentesecuestradaporrusia.esteensayo ya dejaba claro, por entonces, que en un mundo globalizado y dominado por las grandes potencias la importancia de Europa es irrelevanteyquelasquefueron,ensumomento,grandesnaciones ahora son pequeñas y están condenadas a ser olvidadas.
Con su lectura nos planteamos una pregunta: ¿Tiene posibilidades todavía una sociedad dentro de unos horizontes sin futuro?
Toda civilización joven que vive desde la ilusión del infinito está tendente a desaparecer desde su propio absurdo, alcanzando su muerte.
Nos muestra cómo el mundo vive en un “kitsch” político en el que solo se busca agradar dentro de palabras vacías, como pueden ser vida o juventud, y se produce la lirización de la palabra y el conducirnos al engaño y manipular los pensamientos de la sociedad. Algo que nos vuelve, estúpidamente, ingenuos.
Nosmuestracómoestamosembelesadosconloquellamamos modernidad, que no es otra cosa que una amalgama del progreso y la técnica, pero se olvida de esta otra corriente antilírica y antirromántica que desmitifica la modernidad y muestra la realidad.
Una obra, a mi modo de ver, imprescindible, del autor, que ha sido postulado en varias ocasiones para el Premio Nobel de Literatura y que nos abre los ojos a la realidad.
Lo preocupante es que todo esto lo escribiera, allá por 1983, y que después de cuarenta años sea realidad, actualidad y quizás la explicación de lo que ahora acontece y quién sabe si una muestra del futuro.