PETRO Y SU ROL
El presidente colombiano, Gustavo Petro, se ajustó al guion. Con la cumbre sobre Venezuela logró un poco más de tiempo para la dictadura venezolana. Y quizás hasta algún dinerillo. Maduro viene arrasando con todo en Venezuela en uso de repetidas “instancias de diálogo” iniciadas desde que el papa Francisco y Rodríguez Zapatero y comparsas al tono le dieron vida ya hace unos años.
La carátula siempre es la misma: ir hacia las elecciones libres en Venezuela. Un camino que Maduro se ha encargado de que sea la peor de todas las odiseas.
Desde la apertura de la cumbre, el anfitrión se deschavó: “América no puede ser un espacio de sanciones, tiene que ser un espacio de libertades, de democracia”. Pero no, Petro, no es así, ese no es el orden: la pérdida de las libertades y la democracia no es por causa de las sanciones sino que estas han sido aplicadas a un régimen que desconoce todos los derechos y ha avasallado todas las libertades, con torturas, presos políticos, nada de libertad de prensa y crímenes de lesa humanidad. No diga que no lo sabe.
Pero el hecho es que Petro lo consiguió y se prevé un levantamiento de las sanciones paralelo a los avances democráticos –¿los que disponga Maduro?– y el levantamiento del bloqueo de 3 mil millones de dólares, previsto con fines sociales pero que Maduro los necesita, no a tales fines sino para solventar el régimen ya cuasi fundido; que va en el camino de
Cuba que no pueden hacer el “gran acto” del “Día de los trabajadores” por falta de combustible.
Los participantes fueron debidamente seleccionados. México desde luego y de Sudamérica todos los que patean para el lado del progresismo populista y autoritario de izquierda; ni Perú, ni Ecuador ni
Paraguay ni Uruguay. De Centroamérica invitaron a
Honduras, que está al servicio y es más aparente que
Nicaragua. A Ortega parecería que el Foro de San
Pablo ha resuelto mantenerlo en el clóset momentáneamente; es impresentable. Y luego la gran comparsa: Alemania, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Noruega, Portugal, Reino Unido,
Sudáfrica, Turquía y el Alto Representante para
Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la
Unión Europea, Josep Borrell. En estos no se puede confiar mucho: no está claro para qué lado van a patear en estos momentos. Se hacen los distraídos o están en otras cosas y la suerte de los venezolanos no es su prioridad. ¿No tienen embajadores que les cuenten? ¿No conocen los informes de la ONU, la OEA y de decenas de organizaciones de los derechos humanos? Distraídos o no, sí serán responsables.
Cumplido este encargo Petro en plena crisis ministerial, ahora se aboca a la interna, y ya habla de “gobierno de emergencia” y se sabe que en manos de este grupo esto es un mal augurio. No lo dejan hacer. Y a partir de ahí cualquier cosa. La excandidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt advierte que Petro está allanando el camino para instaurar en Colombia un régimen como el de Venezuela. Culpa, amenaza, acusa, insulta y califica de mentirosos a quienes disienten con él “todo para legitimar gobernar sin garantías democráticas a lo Maduro”, vaticinó Betancourt.
¿Será eso lo que se viene? Que se apronten los colombianos. Por algún dato más dirigirse a los argentinos o a los nicaragüenses y cubanos o se fijen en Venezuela, que la tienen al lado.
Cumplido este encargo Petro en plena crisis ministerial, ahora se aboca a la interna, y ya habla de “gobierno de emergencia” y se sabe que en manos de este grupo esto es un mal augurio. No lo dejan hacer. Y a partir de ahí cualquier cosa.