PARTICIPACIÓN DE LOS JÓVENES EN LA POLÍTICA
La participación de todos los jóvenes en la política es una prioridad que debe ser impulsada, si lo que buscamos es mejorar las estructuras del país y resguardar la democracia de El Salvador. La participación no significa solo hablar; significa transformar las palabras en hechos que garanticen nuestro bienestar. Participar es servir, construir e incidir para buscar desarrollo sostenible y que nuestras futuras generaciones no sufran errores que pueden ser evitados en el presente.
Debemos tener un enfoque claro de la realidad para participar en la toma de decisiones, como la creación y aval de políticas públicas, leyes que favorezcan a las mayorías y mantener la democracia como un medio para la protección y el ejercicio efectivo de los derechos humanos. Los jóvenes debemos tener la oportunidad de aspirar a puestos políticos trascendentales, los representantes de los partidos políticos deben de dejar de ver a los jóvenes como actores vulnerables. Actualmente se observa que hay ciertos espacios que se abren al escuchar a los jóvenes, pero también ciertas prácticas que restringen esos espacios.
Los partidos políticos deben generar confianza; además deben ser defensores de los principios democráticos. Estamos convencidos de que El Salvador necesita de un rumbo distinto para alcanzar un futuro próspero: una democracia real; una sociedad civil empoderada y vigilante; un modelo económico con más corazón; una globalización que respete la posibilidad a decidir su futuro; respeto de la ley; fortalecimiento de las instituciones; educación de calidad y crear condiciones favorables para que los jóvenes podamos acceder a un empleo digno.
Una de las formas de pensar de la juventud es que mantienen una perspectiva de la integración en el mundo de los adultos, de la adaptación a las exigencias de una organización en la que el joven busca su lugar social, asumiendo una serie de responsabilidades personales y colectivas.
La juventud representa una oportunidad única para el presente y futuro desarrollo y gobernabilidad democrática de El Salvador. Los principales desafíos que afectan al desarrollo integral de la juventud en el país son la falta de ingresos, las desigualdades sociales, las dificultades para acceder a un empleo decente, el déficit educativo, la discriminación de género y la inseguridad. Todas estas problemáticas se presentan como importantes obstáculos para el acceso de millones de jóvenes a condiciones de vida digna y a un ejercicio pleno de sus derechos ciudadanos.
Está demostrado que los jóvenes tienen proyectos, sueños y gran capacidad para ser protagonistas del cambio y contribuir al desarrollo humano en sus comunidades. No solo es crucial seguir fortaleciendo las instituciones y el poder democrático como país, se debe brindar un espacio donde los jóvenes tengan voz, además de fortalecer los mecanismos y canales de participación; sobre todo deben incidir en la transparencia y rendición de cuentas en el proceso de toma de decisiones.
No cabe duda de que los jóvenes son el motor de cambio y de innovación, y actores de transformación en el presente. Sin embargo, para que esto trascienda el entorno también tiene que ofrecer incentivos, medios y oportunidades para incidir en el ciclo de las políticas públicas. Existe interés en los jóvenes por ser parte de su espacio local, pero al mismo tiempo sienten rechazo y limitaciones.
Estamos conscientes de que la mayoría de jóvenes tenemos una considerable vocación de servicio y deseo de participación en la resolución de problemas a nivel de país, sentimos la necesidad de ayudar al otro y de incidir en la realidad que nos rodea, estas son las principales motivaciones.
Es momento de generar las condiciones necesarias para abrir un camino de oportunidades para la juventud, esto permitirá avanzar hacia la construcción y el fortalecimiento de la democracia.