LA LIBERTAD DE PRENSA BAJO ASEDIO
El 3 de mayo se celebró el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Ese día Reporteros Sin Fronteras publicó la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2023.
El Salvador bajó tres posiciones, y hoy ocupa el puesto 115 de entre 180 países. Obtuvo una puntuación de 51.36/100. Con esa calificación El Salvador está dentro de los 55 países que se encuentran en “situación problemática” en cuanto a la Libertad de Prensa. En contraste, Costa Rica ocupa la posición 23 con una puntutación de 80.2/100; está entre los 44 países que se encuentran en una “situación más bien buena”.
Entre los puntos que destaca el informe para justificar la calificación del país aparecen: la reserva de toda información sobre gasto público desde la pandemia, la posibilidad de intervenir las comunicaciones con el régimen de excepción, la reforma al Código Penal que castiga la divulgación de transmitir información sobre mensajes de grupos criminales, las campañas de acoso contra periodistas en que incluso participan funcionarios, las agresiones a periodistas por la policía durante sus coberturas, y la intrusión a través del sistema de espionaje Pegasus en teléfonos de periodistas.
El gobierno tuvo su particular manera de conmemorar la fecha. El presidente se comunicó por Twitter, su medio usual para eludir al periodismo. Desde la distancia escribió: “En todos los países de Latinoamérica hay medios y ‘periodistas’ pagados por Soros. Pero en realidad no son periodistas, son activistas políticos con una agenda mundial definida y perversa”.
La Asamblea Legislativa, controlada por el presidente, emitió un pronunciamiento por el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Lo curioso es que en ese pronunciamiento no aparece la palabra periodismo ni periodistas.
En su lugar, en esa plenaria legislativa las deliberaciones de los diputados oficialistas se enfilaron en atacar al periodismo. El diputado que preside la Asamblea terminó las intervenciones de sus colegas dirigiéndose a los periodistas así: “Se los voy a repetir: si se quieren ir, váyanse; aquí no los necesitamos. A este país no le aportan nada. Sinvergüenzas”.
Las expresiones del presidente y sus diputados en las vísperas del 3 de mayo son manifestación de una política pública claramente posicionada frente a la Libertad de Prensa. Una política que Reporteros Sin Fronteras ha identificado con precisión y exhibido al mundo.
Los periodistas son actores fundamentales en una democracia. De ahí que es natural que un régimen híbrido, que se dirige al autoritarismo, mantenga un ataque sistemático contra ellos. Eso explica el pronunciamiento oficialista del 3 de mayo: es una proclama por una libertad de prensa sin periodistas. Se aboga por una caricatura de libertad de prensa, como la del periódico Granma en Cuba, o la de su homólogo, Diario El Salvador, en nuestro país.
Los funcionarios del gobierno pueden continuar en su cruzada contra el periodismo. Lo que lograrán es profundizar la imagen autoritaria que el gobierno de El Salvador se ha ganado ante el mundo. Ese rumbo tiene consecuencias. Podrán regodearse con encuestas que destacan la popularidad del presidente; mientras tanto, por primera vez en más de diez años, El Salvador presenta tasas negativas de inversión extranjera.
La ruta nicaragüense que sigue El Salvador, ahora exhibida en los ataques al periodismo, es el camino a la servidumbre, pobreza, y emigración.
Los funcionarios del gobierno pueden continuar en su cruzada contra el periodismo. Lo que lograrán es profundizar la imagen autoritaria que el gobierno de El Salvador se ha ganado ante el mundo. Ese rumbo tiene consecuencias.