INFLACIÓN SIGUE BAJANDO LENTAMENTE, PERO…
Hay dos medidas de la inflación que los bancos centrales como el Banco Central Europeo, la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Japón, toman muy en cuenta para definir si van a subir, mantener o bajar sus tasas de interés de referencia. Si la inflación está por arriba de la meta que tiene el banco central eso le indica que debe subir las tasas de interés para “enfriar” la economía; si la inflación está baja y dentro de la meta del banco central, puede dejar la tasa constante; si la economía cae en recesión (que está decreciendo) y la inflación está baja, el banco central baja la tasa de interés para que se reactive el crédito y la economía vuelva a crecer.
Desde mediados de 2021 los precios comenzaron a subir a raíz de la gran demanda que surgió después de la crisis sanitaria de 2020 y los problemas de las cadenas de abastecimiento. El mundo no había experimentado un problema inflacionario desde los ochenta, con raras excepciones como Zimbabue y Venezuela que tuvieron hiperinflaciones durante el siglo XXI. Es decir que las generaciones que nacieron después de los ochenta no habían conocido el impacto que genera los incrementos de precios acelerados sobre el deterioro en la capacidad adquisitiva del dinero.
En los primeros cuatro meses de 2023 la inflación de Estados Unidos, medida por el índice de precios al consumidor, bajó de 6.4 % en enero a 4.9 % en abril, mientras que la inflación de El Salvador pasó de 7 % en enero a 5.4 % en abril. Es decir que la inflación ha tenido una tendencia a bajar en ambos países, pero en cada uno de los cuatro meses de 2023 la inflación de El Salvador ha sido mayor que la de Estados Unidos. Hay otra medida de la inflación que descuenta los rubros más volátiles como los alimentos y los componentes de la energía (combustibles, electricidad, gas), a esa medida se le llama inflación subyacente.
La inflación subyacente suele ser más baja que la que se calcula con el índice de precios al consumidor (IPC) y lo interesante es que el IPC de El Salvador es más alto que el de Estados Unidos, pero la inflación subyacente de El Salvador es menor que la de Estados Unidos. En enero la inflación subyacente de Estados Unidos era de 5.6 % y la de El Salvador era de 4.6 %. Al mes de abril la inflación subyacente de Estados fue de 5.5 % mientras que la de El Salvador bajó a 3.7 %. Es decir que la inflación subyacente de Estados Unidos es ahora mayor que su IPC (5.5 % versus 4.9 %), mientras que la inflación subyacente de El Salvador es menor que la del IPC de nuestro país (3.7 % versus 5.4 %).
Lo que estos índices nos muestran es que en Estados Unidos los precios de todos los productos que no son alimentos y energía son los que más están subiendo, mientras que en El Salvador lo que más está subiendo son los alimentos. El componente de alimentos del IPC de El Salvador se ha mantenido muy alto pasando de 12.2 % en enero de 2023 a 10.4 % en abril. En un país como El Salvador, con los niveles de pobreza altos que se tiene y con gran parte de la población que destina altas proporciones de sus ingresos a comprar alimentos, la inflación relevante para ese grupo poblacional no es el IPC total, sino el sub-índice de alimentos.
Según la encuesta económica reciente de la Universidad Francisco Gavidia, los salvadoreños, en promedio, destinan casi la mitad de sus ingresos para adquirir alimentos. Dado que es un promedio, hay algunos que destinan el 80 % y otros que destinan el 20 %. Por lo tanto, hay una parte importante de la población para la que su inflación es mayor que el 5.4 % que establece el IPC. Si alguien consumió el 80 % de sus ingresos en alimentos, su inflación de abril fue realmente de 8.3 %. Es por ello, que una buena parte de los encuestados indican que han tenido que cambiar sus hábitos de consumo, han tenido que dejar de comprar los alimentos más caros como la carne y han tenido que prescindir de ir a restaurantes o de gastar en diversiones.