UN 10 DE MAYO CON TRES MADRES VÍCTIMAS DEL RÉGIMEN
“¿Qué se puede celebrar este día cuando un hijo está detenido?” Cuestionaron tres madres que buscan y exigen justicia por sus hijos, presos por delitos que ellas han refutado con documentos. Pese a eso, siguen en los penales, a la espera de que el sistema tenga un poco de piedad.
Por las calles de San Salvador, ayer por la mañana, abundaban las ventasdefloresydeadornosconglobos en forma de corazón con un “te amo” en letras doradas. Unos caminaban con prisa con una caja de pastel o con un ramo de rosas rojas, mientras que otros hacían largas filas para entrar a los restaurantes que ofrecían sus mejores platillos para celebrar el Día de la Madre. Peroparaalgunasmujeresysusfamiliasnohabía nada que celebrar. Nada.
LA PRENSA GRÁFICA compartió ayer con tres mujeres cuyos hijos fueron detenidos en el marco del régimen de excepción, la medida que el 27 de marzo pasado cumplió un año de vigencia. Ellas narran qué se siente pasar un Día de la Madre sin sus hijos, detenidos, aseguran, de manera arbitraria. En sus casas hay pesadumbre y, con la voz entrecortada, revisitan los recuerdos de cuando sus hijos estaban libres. Estas madres señalan que la angustia por tener a sus hijos en las cárceles del régimen es un dolos que no se puede describir. Sufren, además, el golpe económico que han significado esas ausencias. Las tres dependían de sus hijos para subsistir y ahora hay incertidumbre y hacen malabares para salir adelante. Una de ellas ha tenido que hacerse cargo de su nieto.
En los tres casos el delito por el que se les acusa a los hijos de estas mujeres es agrupaciones ilícitas. Ellas han presentado pruebas para demostrarquesushijosnosonpandilleros,pero aún así los jóvenes siguen detenidos.
Pese al calvario que las atormenta, afirman de manera contundente que no descansarán hasta que sus hijos queden en libertad. Tal vez el otro 10 de mayo ya no sea uno triste.