LAS AGUAS GRISES
“El tratamiento adecuado de las aguas grises es importante debido a que evita la contaminación, la propagación de plagas y enfermedades” se lee en la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2022 (EHPM, pág. 44). Y los datos que se publican son poco alentadores: el 63.1 % de los hogares se deshace de las aguas grises o jaboneras tirándolas a la calle, al aire libre, a la quebrada o al río. En el área rural, el porcentaje se incrementa al 94.1 % y en la urbana disminuye al 44.6 %. Esto tal como se afirma en la EHPM, es una fuente de contaminación generalizada.
Alcantarillas para deshacerse de las aguas grises tiene el 51.8 % de los hogares salvadoreños ubicados en el área urbana, porcentaje que disminuye al 33 % en el área rural. ¿Alcantarillas? En 1961 por decreto 341 del 17 de octubre, se creó la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA). A la fecha, la ley ha tenido nueve reformas y dentro de su contenido, define lo que se entiende por acueducto y lo que es un alcantarillado, ambos, su razón de ser.
Acueducto, dice la ley, “es el conjunto o sistema de fuentes de abastecimiento, obras, instalaciones y servicios, que tienen por objeto el proveimiento de agua potable. Esto comprende: las fuentes de abastecimiento (aguas superficiales o subterráneas); las plantas de tratamiento y de bombeo; los tanques de almacenamiento y de distribución; las tuberías con sus accesorios, válvulas, hidrantes, etc., instaladas para la conducción y distribución del agua; el suelo en el cual se encuentren ubicadas las fuentes, obras, instalaciones y servicios arriba indicados; y las servidumbres necesarias.
Alcantarillado, dice la ley, es el conjunto o sistema de obras, instalaciones y servicios que tienen por objeto la evacuación y disposición final de las aguas residuales. Esto comprende: las alcantarillas sanitarias con sus pozos de visita; los colectores maestros y de descarga; las plantas de tratamiento; el suelo en el cual se encuentren ubicadas las obras, instalaciones y servicios; y las servidumbres necesarias.
Y ¿para qué crearon ANDA? Para “proveer y ayudar a proveer a los habitantes de la República de acueductos y alcantarillados, mediante la planificación, financiación, ejecución, operación, mantenimiento, administración y explotación de las obras necesarias convenientes”. Así lo establece el artículo 2 de su acta de nacimiento. Y para sorpresa de algunos, vergüenza de pocos y orgullo de algunos, en 90 años han logrado proveer de acueductos y alcantarillados a la mitad de los habitantes del área urbana y a la tercera parte de los del área rural. ¿Cuánto ha costado a todos y cada uno de los salvadoreños mantener la operación y burocracia en la ANDA?
Con esta realidad se enfrenta el mismo objetivo de desarrollo sostenible número 6 que en su tercera meta establece el compromiso de país de “mejorar la calidad del agua, reducir la contaminación, la emisión de productos químicos, materiales peligrosos y el porcentaje de aguas residuales sin tratar” con un indicador preciso: “porcentaje de aguas residuales vertidas en alcantarillas que reciben algún tipo de tratamiento”. Para evaluar el proceso de implementación del objetivo, será necesario responder: ¿Qué porcentaje del 52 % de hogares urbanos y del 33 % del área rural con alcantarillas están sujetos a algún tipo de tratamiento en las evacuaciones de aguas grises? En contaminación hay mucho por hacer.
El 63.1 % de los hogares se deshace de las aguas grises o jaboneras tirándolas a la calle, al aire libre, a la quebrada o al río. En el área rural, el porcentaje se incrementa al 94.1 % y en la urbana disminuye al 44.6 %.