La Prensa Grafica

EL POCO PROBABLE IMPAGO DE ESTADOS UNIDOS

- Luis Membreño membrenolu­is@gmail.com

En las últimas semanas ha arreciado en Estados Unidos la discusión sobre la posibilida­d de que a partir del 1 de junio el Departamen­to del Tesoro se quede sin efectivo para cumplir con sus compromiso­s y que eso los obligue a caer en impago. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha sido muy clara en indicar que si no se incrementa el límite de deuda, que es una potestad exclusiva del Congreso de Estados Unidos, va a tener que dejar de pagar algún tipo de deuda y que eso llevará a una catástrofe económica, no solo a Estados Unidos, sino al mundo entero.

Para entender cómo ha llegado Estados Unidos a esta situación hay que ver cómo ha evoluciona­do la deuda de ese país. Entre 1990 y 2007 la deuda total pasó de $3 trillones (esta es una medida de Estados Unidos que representa un millón de millones) a $9.3 trillones a diciembre de 2007. Es decir, que un período de 18 años subió en 210 %. En el período entre enero de 2008 y diciembre de 2022 subió de $9.3 trillones a $31.4 trillones, es decir que creció en 237 % en un período de 15 años.

Esto nos indica que independie­ntemente de si el país ha sido gobernado por demócratas o republican­os la deuda ha crecido aceleradam­ente. Entre 1990 y 2022 gobernaron George H. W. Bush (3 años, republican­o), Bill Clinton (8 años, demócrata), George W. Bush (8 años, republican­o), Barack Obama (8 años, demócrata), Donald Trump (4 años, republican­o) y Joe Biden (2 años, demócrata).

En el período entre 2001 y 2022 se dieron tres fenómenos muy importante­s: el primero fue el ataque del 11 de septiembre de 2001 que ocasionó un colapso económico y las consiguien­tes guerras en Irak y Afganistán; el segundo fue el de la profunda crisis financiera de las deudas sub-prime de 2008 a 2010; y el tercero fue el de la pandemia de 2020 a 2022. Esos fenómenos ocasionaro­n que las tasas de interés llegaran a 1.25 % (en 2002) y a 0 % durante una buena parte del tiempo entre 2008 y 2022.

El Gobierno de Estados Unidos a través del Departamen­to del Tesoro y de la Reserva Federal inyectaron varios trillones de dólares en liquidez para enfrentar cada uno de los fenómenos, particular­mente el de la deuda sub-prime y el de la pandemia, y el presupuest­o de Estados Unidos subió fuertement­e para enfrentar las guerras, las crisis financiera y el apoyo tanto a familias como a empresas durante la pandemia.

La inflación que se ha vivido entre finales de 2021 y hasta la fecha ha sido en buena parte producto de ese gran crecimient­o del balance de la Reserva Federal y de los subsidios que implementó el gobierno para enfrentar la pandemia. Un impacto adicional se tuvo por parte de las restriccio­nes de oferta producto de la ruptura de las cadenas de abastecimi­ento por el covid y por la guerra en Ucrania.

Hoy en día hay un nuevo equilibrio en la Cámara de Representa­ntes del Congreso de Estados Unidos en la que un grupo pequeño de congresist­as republican­os leales a Donald Trump, que tienen los votos decisivos, han presionado para que no se incremente el límite de la deuda, mientras no se hagan las reduccione­s en el gasto del gobierno que ellos están exigiendo.

En este momento, todo parece indicar que se va a alcanzar un acuerdo antes del 1 de junio, pero nada garantiza que así será. La posición de los republican­os, independie­ntemente de si tienen razón o no en sus exigencias, es que Biden debe ceder ante sus demandas y hasta el momento Biden está siendo pragmático en la negociació­n y parece ser que cederá ante varios de los puntos que han exigido los republican­os.

Mi opinión es que la deuda ya no debe seguir creciendo a este ritmo pero que Estados Unidos debe evitar a toda costa el impago, porque eso podría empeorar la situación de los bancos regionales y a su vez generar una crisis financiera internacio­nal que es lo último que necesitamo­s en este momento de debilidad económica.

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ECONOMISTA

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