SILENCIO, POR FAVOR, SILENCIO
El día internacional de hacer conciencia sobre el ruido se celebró por primera vez el 30 de abril de 1996 en Nueva York, para llamar la atención a la sociedad sobre el problema creciente del ruido en forma de contaminación, llamada acústica o sónica. Desde las ventas callejeras, pasando por el minialmacén e incluso ya empresas formales colocan sus parlantes a gran volumen –incluso enfrente de una sede municipal– sin que estas autoridades tomen alguna acción para hacer cesar esos estruendos, ignorando que la Organización Mundial de la Salud ha expuesto que nadie debe estar sometido a más de 85 decibles, porque daña a la salud. El doctor en medicina Rodolfo Chang Peña escribió que pruebas científicas han demostrado que las plantas de jardín expuestas al estruendo del techno rock crecen alejándose de los parlantes y sobreviven en situaciones calamitosas.
Las autoridades municipales parece que ignoran lo anterior, pero lo más grave es que ignoran sus mismas ordenanzas que ellos han decretado. Así una de ellas contiene que debe solicitarse permiso para entretener con espectáculos musicales, ¿se hace? También le otorga competencia para sancionar en cuanto al ruido contaminante de los parlantes. Henos aquí ante una autoridad que no la ejerce, abdicando de cumplir con sus obligaciones. Es indispensable que lo jurídico prevalezca.
Debe agregarse al desorden callejero y de los establecimientos nocturnos las iglesias evangélicas, que reunidas en pequeños lugares, a veces con asistencia de unas 10 personas, colocan los parlantes a todo volumen, afectando a los vecinos. Aun predicando en voz baja los escucharían sus pocos asistentes. Vale también para alguna iglesia católica si también produce esa contaminación acústica, aunque debe de reconocerse que estas lo hacen en menor número, porque por la situación de ellas, normalmente no tienen vecindario habitacional cercano. Tengan presente: Jesús de Nazareth difundió su mensaje sin necesidad de parlantes a todo volumen. En los siglos subsiguientes su mensaje se esparció por todo el mundo, sin necesidad de gritos con altavoces. Desde luego que esos aparatos no existían en aquella época, y sin embargo su palabra germinó sin ellos.
Alguien propuso que no se fumara en lugares públicos y lo tildaron de loco; luego fueron 10, 100, un millón de locos.
Finalmente se dio la prohibición legal. Se necesitan algunos locos para exigir que las autoridades estatales hagan cumplir la ley en cuanto a la contaminación acústica. Aquí es más fácil, porque las normas jurídicas ya existen, la cuestión es que se cumplan.
Ya el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha resuelto que una persona tiene derecho al respeto de su domicilio por intromisiones inmateriales como los ruidos. El Tribunal Constitucional de España ha emitido sentencias que han sido acogidas con satisfacción por asociaciones como la Plataforma de Asociaciones contra el ruido y actividades molestas y a ello se han agregado asociaciones ecologistas interesadas en el tema. Es que han dicho: se debe prevenir, vigilar y reducir la contaminación acústica para proteger la salud humana, el medio ambiente y la intimidad de las personas. Se trató el caso de una familia que tuvo que cambiarse de domicilio por la contaminación acústica, obligándosele a desplazarse, porque las autoridades no lo protegían sino por omisión protegían al violador de la ley.
No debe confundirse el tipo de silencio al que me refiero, con el relacionado con los temas políticos, sociales o económicos. Esa voz no se debe de callar.
Alguien propuso que no se fumara en lugares públicos y lo tildaron de loco; luego fueron 10, 100, un millón de locos. Finalmente se dio la prohibición legal. Se necesitan algunos locos para exigir que las autoridades estatales hagan cumplir la ley en cuanto a la contaminación acústica.