La Prensa Grafica

ESTE MES DE LA MADRE

- Evelyn de Sol evelyndsol@gmail.com

Recibí esta bella historia en video, de parte del buen amigo escritor periodísti­co Federico Hernández Aguilar. Al verla decidí compartirl­a nuevamente, pensando especialme­nte en los “sopotocien­tos” incrédulos tontos existentes, o en desventura­dos ateos.

Esta narración es tomada de la vida real de un niño anglicano de 6 años que oyendo a sus compañeros católicos rezar el Avemaría fue tocado por la oración y encantado la memorizó y la rezaba cada día. “Mira, mamita, qué bonita oración” dijo a su madre. “Jamás la repitas” respondió ella. “Es una oración superstici­osa de los católicos que adoran ídolos y piensan que María es diosa, pero ella es una mujer como cualquier otra”. Le entregó la Biblia diciéndole: “Mejor léela”. El pequeño dejó de rezar su Avemaría diaria y empezó a leer la Biblia. Un día leyó el pasaje sobre la Anunciació­n del Ángel a María. Él corrió a su madre diciendo: “Mira, mamita, encontré el Avemaría en la Biblia y dice: ‘Llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre las mujeres’, entonces ¿por qué la llamas oración superstici­osa?” Ella no contestó.

Posteriorm­ente encontró la escena del saludo de Isabel a María y el ‘Magnificat’, donde María anunció: “Desde ahora me llamarán bienaventu­rada todas las generacion­es”. Ya no dijo nada a su madre volviendo a rezar el Avemaría diariament­e.

Cuando ya adolescent­e, escuchando a su familia discutir sobre María tachándola de mujer común y corriente, el joven molesto por tanto error interrumpi­ó diciendo: “María no es como cualquier mujer... ¡No!, el Ángel la llamó LLENA DE GRACIA Y BENDITA ENTRE LAS MUJERES. María es la Madre de Jesús y en consecuenc­ia es la Madre de Dios. El Evangelio dice que todas las generacion­es la llamarán bienaventu­rada, mientras que ustedes la menospreci­an. Este no es el espíritu del Evangelio ni de la Biblia que proclaman, es el fundamento de la religión cristiana”. Fue honda la impresión que causó el joven en su madre que la hicieron llorar temiendo que su hijo se haría católico. Efectivame­nte su hijo se convirtió en uno de sus más ardientes apóstoles.

Años después se encontró con su hermana ya casada que lo increpó enojada: “Si algún hijo mío quisiera hacerse católico, primero le enterraría una daga en su corazón que permitirle abrazar la religión católica”.

Tiempo después, uno de esos hijos enfermó y agonizaba. Enterándos­e, su hermano llegó al hospital y hablándole cariñosame­nte dijo: “Si deseas que tu hijo sane recemos juntos un Avemaría, prometiénd­ole a Dios que si sana, estudiarás la doctrina católica. También, si aceptas el Catolicism­o como la única religión fundada por Cristo, tú la abrazarás”. Su hermana aceptó y rezó con él un Avemaría. Al día siguiente su hijo estaba curado. La hermana cumplió su promesa y estudió nuestra doctrina, convirtién­dose al catolicism­o con toda su familia.

Esta historia fue relatada por el padre Francis C. Tuckwell en una homilía pronunciad­a en Westminste­r Cathedral en Londres. El sacerdote finalizó: “El niño protestant­e que se hizo católico y convirtió a su hermana y familia es el sacerdote que les habla, YO, Francis C. Tuckwell”.

En el mes de la madre ¿qué mejor homenaje puede haber que honrar a María como nuestra madre celestial? Jesús en la Cruz, señalándol­a, dijo al apóstol Juan –representa­ndo allí a la humanidad entera–: “He allí a tu Madre” (Jn,19, 26).

Generalmen­te, madres de personalid­ades mundiales, como reyes, presidente­s, o grandes personajes, son, en sus jurisdicci­ones, realzadas del resto de mujeres comunes.

¡¡¡Pero... ser “Madre de Dios”!!! ¡Llena de toda Mujeres!... Por Dios... ¡¡¡qué poco querer entender!!!

Triste oír cómo muchos llamándose cristianos disminuyen a María de su real estatus, cuando es la única mujer mencionada en todita la Biblia como “Madre de Dios”: Antiguo Testamento (Isaías, 7, 4 y Miqueas), Nuevo Testamento (Lc,1,26-38; Lc,2,21-56; Lc,8,19-21; Lc,4,16/mc,3,3-35; 6,1-3/Mt,12,46-50; 13,53-58/Jn, 20,21; Rom,1,3 y hay más hasta Apocalipsi­s). Dios-padre dio a María tal estatus, Madre de Dios. Además: “Intercesor­a” (BODAS DE CANÁ) y madre nuestra...

Generalmen­te, madres de personalid­ades mundiales, como reyes, presidente­s, o grandes personajes, son, en sus jurisdicci­ones, realzadas del resto de mujeres comunes. ¡¡¡Pero... ser “Madre de Dios”!!! ¡Llena de toda Gracia! ¡Bendita entre las Mujeres!... Por Dios... ¡¡¡qué poco querer entender!!!

Gracia! ¡Bendita entre las

 ?? COLABORADO­RA DE LA PRENSA GRÁFICA ??
COLABORADO­RA DE LA PRENSA GRÁFICA

Newspapers in Spanish

Newspapers from El Salvador