ANTISOCIALES
Somos gregarios. Vivimos en grupo. Nacemos, crecemos y nos desarrollamos en relación con otros. Dependemos de otros y otros dependen de nosotros.
Toda sociedad tiene instituciones socializadoras que asumen la tarea de integrar a cada uno de sus miembros. Su papel es hacerles parte de la sociedad y la cultura, transmitiéndoles conocimientos, valores morales y creencias que moldeen el comportamiento social. En la sociedad estas instituciones contribuyen a la cohesión social.
Las principales instituciones socializadoras son la familia y la escuela. En la Constitución de la República se reconoce el papel de la familia. Es la base fundamental de la sociedad dice el artículo 32. Y por esta razón, se justifica que tenga la protección del Estado. Es en la familia donde los infantes y niños tienen el primer grupo socializador. Respetando diferencias y estimulando la individualidad, en el núcleo familiar se aprenden las normas mínimas de convivencia.
La familia es el primer agente socializador. Es en la familia en la que se aprende a convivir en armonía, a colaborar con las tareas domésticas y familiares, a responsabilizarse de lo que compete y corresponde a cada edad. Es en la familia donde se aprende el NO. Es en la familia donde se inculcan los principios y valores, donde se forja el carácter, donde se aprende a trabajar, a relacionarse con diferentes personas y grupos y también a defenderse. Es en la familia donde se siembran y estimulan los atributos y talentos que hacen de cada quien alguien particular e irrepetible. El amor y el respeto al prójimo se aprenden en familia. La solidaridad se aprende en familia. La alegría y el optimismo se ejercita en la familia. La familia es la base fundamental.
La Constitución de la República, nuestro contrato social, reconoce el matrimonio como la base de la familia. Y ese contrato social y empresa llamada matrimonio enfrenta un proceso de desprestigio y deterioro. Las relaciones son “para mientras”, “para probar”, para “escapar de los progenitores”, etcétera, con las consecuencias que tiene en la sociedad. ¿Consecuencias? Los hijos e hijas de esas relaciones quedan en abandono. Y aunque a muchas no les guste reconocerlo, la autoridad parental es indispensable en la socialización.
La socialización es un proceso continuo y gradual que acompaña a la persona en todas las etapas de su desarrollo, pero es fundamental en la infancia y en la niñez ya que contribuye al desarrollo social, congnitivo y psíquico del niño. En la escuela se complementa y fortalece la formación para la convivencia social. La misma Constitución de la República lo dice. La educación debe “formar integralmente para vivir y contribuir a la construcción de una sociedad democrática”, “inculcar el respeto y la observancia de los derechos humanos”,
“combatir la intolerancia y el odio”, asegurar “la identificación con los valores de la nacionalidad salvadoreña”. ¿Cuáles valores nos distinguen del resto? Está claro el papel socializador de la escuela, los maestros y el sistema educativo en general.
La escuela es el agente clave para la socialización complementaria o secundaria. Allí se fortalecen los hábitos, se estimulan conocimientos, se practican valores morales, se ejercita el trabajo y la relación de grupo. La escuela, los medios de comunicación, las comunidades religiosas, las instituciones no escolares, los grupos de ocio y entre otros, los amigos, son agentes socializadores. Sin embargo, la familia basada en el matrimonio y la escuela en manos de docentes no tienen sustituto. No hay donde perderse. Si hay antisociales, la familia y la escuela tienen deficiencias. Si buscan antisociales. ¿Dónde hay que encontrarlos?
La familia es el primer agente socializador. Es en la familia en la que se aprende a convivir en armonía.