La Prensa Grafica

EL SALVADOR, MÁS POBRE Y DESIGUAL QUE EN 2019

LAS CIFRAS DEL GOBIERNO AFIRMAN QUE LA ECONOMÍA ESTÁ CRECIENDO, PERO LOS HOGARES SON AHORA MÁS POBRES Y LA DISTRIBUCI­ÓN DE LA RIQUEZA ES MÁS DESIGUAL.

- Maryelos CEA/LPG Datos social@laprensagr­afica.com

Fernanda (nombre ficticio) se graduó de bachiller a finales de 2019, cuando Nayib Bukele tenía seis meses en el Ejecutivo. A diferencia de sus compañeros de clases, fue hasta este año que logró obtener un empleo decente e iniciar sus estudios superiores, porque sus padres no podían con ese gasto. Aún no cumple los 23 y ya le preocupa el costo de la vida. “Solo con tres o cuatro empleos podría mantener un hogar medianamen­te funcional”, dice, cuando se imagina cómo sería sacar adelante a una familia con su sueldo actual.

Las cifras de la administra­ción Bukele afirman que la economía mejoró tras el desplome que sufrió con el coronaviru­s y el año pasado creció más que en 2019, pero también muestran que esto no se ha traducido en bienestar para la población: El Salvador es ahora más pobre y más desigual que hace cuatro años.

Si en 2019 el 22.8 % de los hogares vivía en pobreza, para 2023 aumentó al 27.2 %, indican los resultados preliminar­es de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), elaborada por la estatal Oficina Nacional de Estadístic­as y Censos (ONEC). Estas familias se clasificar­on como pobres porque algunas no podía cubrir ni una canasta básica alimentari­a (CBA) y a otras no les alcanzaba para una canasta ampliada, cuyo costo equivale a dos CBA.

En esos mismos años, el Banco Central de Reserva (BCR) aseguró que la economía creció 2.4 y 3.5 %, respectiva­mente. Sin embargo, un indicador llamado coeficient­e de Gini apunta a que ese crecimient­o habría beneficiad­o a unos pocos.

ElGi ni mide la desigualda­d en la distribuci­ónde los ingresos. entre más cerca está del 0, la distribuci­ón es más igualitari­a y los valores más cercanos a 1 indican lo contrario. Cálculos deLPGDatos,b asado sen las estadístic­as del Gobierno, concluyen que el Gini llegó a 0.39 el año pasado, más que el 0.35 de 2019.

“La diferencia entre los más ricos y los más pobres se está haciendo más grande, eso es lo que nos dice el Gini”, afirma el economista José Luis Magaña.

En palabras del también economista Carlos Argueta, si la economía crece pero la desigualda­d no cede, “quiere decir que lo que se produce no se está distribuye­ndo de la mejor manera en la población”.

En 2022, el 10 % de la población salvadoreñ­a con más ingresos se quedó con el 58.48% de la riqueza del país y este porcentaje fue similar al 58.45% de 2019, indican las estimacion­es de la Base de Datos sobre Desigualda­d Mundial (WID, en inglés), del Laboratori­o de Desigualda­d Mundial. Pero en el caso del 50 % más pobre, su porción del pastel se redujo de 4.82 a 4.78 % en los mismos años.

El aumento en la desigualda­d podría estar asociado a los efectos del apande mi a, pero también a causas estructura­les, explica Argueta. Por ejemplo, la incapacida­d

de generar suficiente­s fuentes de empleo para jóvenes o para personas con ciertos niveles de escolarida­d.

“Los empleos a los que puede acceder un joven sin experienci­a y solo con título de bachiller, además de ser sumamente escasos, son con salarios mínimos y horarios inflexible­s que no permiten estudiar al mismo tiempo”, dice Fernanda. Habla por experienci­a, porque por esta razón tuvo que elegir entre trabajar o estudiar. “Lo primero que uno busca es educación públicaych­ocásconlar­ealidadque­launiversi­dad pública está saturada y vas a pelear por un cupo; y si recurrís a una privada, las mensualida­des son altas y llegás a la necesidad de buscar un primer empleo”, dijo.

Para 2024, la Universida­d de El Salvador (UES), la única pública del país, habilitó unos 11,200 cupos, para más de 16,800 que se inscribier­on en el proceso de admisión.

EL ALTO COSTO DE VIVIR EN EL SALVADOR

Los economista­s coinciden en señalar dos factores para explicar por qué la pobreza aumentó entre 2019 y 2023. Uno es el impacto económico del covid-19 y otro es el alto costo de la vida.

José Luis Magaña estima que entre septiembre de 2021 y diciembre de 2023, los salarios perdieron el 24 % de su capacidad adquisitiv­a. Puesto en palabras más sencillas, lo que antes se compraba con $0.75 ahora cuesta $1.

Dado que en El Salvador la pobreza se mide por la capacidad de pagar la canasta básica, si los salarios ya no alcanzan y los productos están cada vez más caros, “la pobreza monetaria va a aumentar”, dice.

Gracia (nombre ficticio) tiene 51 años y con el salario que gana ha hecho malabares para cubrir lo más indispensa­ble para sus dos hijas adolescent­es. “Los sueldos no alcanzan. Apenas se compra la comida excluyendo la carne, el pollo. Para eso ya no alcanza. Las medicinas están supercaras. Definitiva­mente, todo está más caro”, afirma. Otra de sus preocupaci­ones es el costo de la vivienda. “Se han disparado los precios, el alquiler de una vivienda es mayor al salario mínimo”, expone.

Los economista­s señalan que cuando ocurren choque s externos como la pan de mi a o suben los precios, los que ya son vulnerable­s se llevan la peor parte. Por eso es importante la política pública. Magaña afirma que el esquema de protección social que tenía el país antes de 2019 era incompleto e incipiente, pero en lugar de fortalecer­lo, se ha desarticul­ado. Entre 2019 y 2024, el Ejecutivo recortó en $25 millones los fondos contra la pobreza, según los presupuest­os aprobados por la Asamblea Legislativ­a.

“Estamos construyen­do una economía que está priorizand­o los intereses de un pequeño grupo, en detrimento de las mayorías. Para que exista ese crecimient­o (económico), bajo el modelo que se está construyen­do, y que los más ricos sean más ricos, es necesario que los más pobres se vuelvan más pobres”, afirma Magaña.

“Para que exista ese crecimient­o (económico), bajo el modelo que se está construyen­do, y que los más ricos se vuelvan más ricos, es necesario que los más pobres se vuelvan pobres. Eso están diciendo los datos” José Luis Magaña, ECONOMISTA

“Los sueldos no alcanzan, apenas se compra la comida excluyendo carne, el pollo. Para eso ya no alcanza. Las medicinas están supercaras y la vivienda es otro rubro que se ha disparado”.

Gracia (nombre ficticio),

SOBRE EL COSTO DE LA VIDA

“Lo que nos está mostrando es que, por un lado, estamos reportando crecimient­os modestos, pero si la desigualda­d no ha cedido, lo que se produce no se está distribuye­ndo de la mejor manera”.

Carlos Argueta, ECONOMISTA

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LOS DATOS DEL GOBIERNO INDICAN QUE LA POBREZA Y LA DESIGUALDA­D AUMENTARON ENTRE 2019 Y 2023.
DATOS OFICIALES. LOS DATOS DEL GOBIERNO INDICAN QUE LA POBREZA Y LA DESIGUALDA­D AUMENTARON ENTRE 2019 Y 2023.
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Ayuda social. Los economista­s afirman que se debe fortalecer la protección social.

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