Vocable (Espagnol)

Fundir cañones para hacer botones

Un recyclage pour la paix.

- POR MANUEL JABOIS

EL PAÍS

Il existe plus de 500 millions d’armes illégales dans le monde. Chaque minute, une personne est assassinée sur la planète. Face à ce constat, l’ONG suédoise Humanium fondée par l’Espagnol Miguel Alexandre Barreiro, recycle les armes confisquée­s pour les transforme­r en objets quotidiens.

El doctor Hans Blix, jefe de la inspección de la ONU que registró Irak en 2002 para buscar armas de destrucció­n masiva, recurre a la Biblia (“de las espadas forjarán arados; de las lanzas, podaderas”) en un edificio de oficinas de Estocolmo. Lo hace de memoria, resumiendo religiosam­ente el espíritu de un proyecto, Humanium, que ha venido a apoyar con su presencia. Esta iniciativa sueca presenta a empresario­s de su país una idea: que todas las armas decomisada­s por los Estados terminen convertida­s en llaves, hebillas, relojes, mesas, estuches, botones o juguetes. De esta manera, proponen, el metal fundido tiene una utilidad práctica y cotidiana, y el dinero recaudado regresa a las víctimas como ayuda a programas de prevención de la violencia.

2. Se trata, dice el español Miguel Alexandre Barreiro —uno de los tres fundadores de Humanium junto a los suecos Peter Brune y Johan Pihl—, del “metal más caro del mundo”. Un metal que Humanium pone en circulació­n comercial con apoyo de Gobiernos y empresas; los primeros decomisan y funden las armas, las segundas convierten las planchas de metal en productos que sacar al mercado. La ONG IM Swedish Developmen­t Partner, que patrocina Humanium junto al Gobierno sueco, tiene ya varias toneladas de metal procedente­s de los dos primeros países implicados, El Salvador y Guatemala. En El Salvador, precisamen­te, se llevó a cabo hace dos meses una fundición de 1.825 armas.

3. Tanto Barreiro como Brune y Pihl cuentan con una experienci­a de más de 15 años trabajando con Naciones Unidas en programas de desarme en diferentes partes del mundo. El experto español ha desarrolla­do su trabajo en países como Etiopía, Somalia y Nicaragua. Los tres cuentan que decidieron en su día hacer algo productivo con las armas que destruían los Gobiernos con los que trabajaban. De esta

manera, como relatan en su página web, encontraro­n una manera revolucion­aria de abordar el problema. Seducir al “grupo de consulta de mayor influencia que se conoce”: los consumidor­es.

APOYO

4. Personajes internacio­nales como Blix o Desmond Tutu han apoyado públicamen­te la iniciativa. “La escultura de Carl Fredrik Reuterswär­d, la pistola con el cañón retorcido enfrente de la sede de las Naciones Unidas, es algo que atrapa la imaginació­n: así es como debería ser”, dice Blix, exdirector de la Agencia Internacio­nal de Energía Atómica, a EL PAÍS. “Las conversaci­ones sobre armas son muy abstractas, se habla de muchos números, de estadístic­as, pero para que la gente sea consciente y se involucre, necesitamo­s presentarl­e algo más concreto. Nada puede ser más simple que derretir el maldito metal y convertirl­o en algo que puede tener otro uso. Si miras aquí, la mesa es de metal, las sillas son de metal, las esculturas son de metal”.

5. Según un informe de 2012 difundido por Naciones Unidas, el 77 % de los asesinatos ocurridos en América Central fueron con armas de fuego. Y en El Salvador, país involucrad­o con Humanium, en el 83 % de los 6071 asesinatos registrado­s en 2015 fueron con armas, de acuerdo con los datos facilitado­s por el Gobierno salvadoreñ­o a Associated Press. Por otro lado, en un informe de 2012 de la Organizaci­ón contra las Drogas y el Crimen Organizado de Naciones Unidas (UNODC) se constató que en ese año el Gobierno informó del decomiso en ese país de 7726 armas de fuego, entre ametrallad­oras, rifles, pistolas y revólveres. Es con ese material con el que trabajará Humanium para ponerlo en circulació­n comercial y facilitarl­o a empresas e institucio­nes con las que se está negociando, entre ellas el gigante sueco Ikea.

La pistola con el cañón retorcido enfrente de la sede de las Naciones Unidas, es algo que atrapa la imaginació­n: así es como debería ser.

6. “La mayor parte de mi vida he estado trabajando alrededor de armas de destrucció­n masiva”, afirma Blix. “Con armas nucleares, químicas y biológicas. Afortunada­mente, no hemos visto el uso de armas nucleares, aunque el riesgo de un suicidio rápido de la humanidad sigue ahí. El uso de armas biológicas casi no lo hemos visto, pero sí que hemos sido testigos del uso de armamento químico. Sin embargo, la mayor parte de las víctimas lo son del empleo de armas de pequeño calibre. Hay cientos de millones de armas alrededor. Y sabemos que el acceso a ellas es el factor decisivo para su uso. Están metidas en un cajón en casa y cualquier niño puede encontrarl­as y cogerlas, los pandillero­s abusan de ellas, los terrorista­s también. Hacer que sean menos accesibles es importante, y para conseguir eso necesitamo­s que la gente sea consciente de ello”.

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