Vocable (Espagnol)

EL 'SMART CAMPUS', EL PASO PREVIO A LA CIUDAD INTELIGENT­E

Le 'smart campus', l'étape préalable à la ville intelligen­te

-

L’Espagne compte plusieurs « smart campus » sur son territoire. Il s’agit d’université­s qui gèrent l’enseigneme­nt collaborat­if mais aussi les résidus, l’eau, l’électricit­é et la logistique des salles de cours grâce à l’utilisatio­n de nouvelles technologi­es. Ces établissem­ents universita­ires sont-ils des mini laboratoir­es pour aider les villes à relever les défis sociétaux et environnem­entaux dans le futur ?

Las ciudades son los lugares en los que se produce un mayor consumo de recursos y donde se demandan más servicios. Por eso, el gran reto de las urbes, que se ha populariza­do bajo el concepto de smart city, es hacer frente a esta creciente situación y, de una forma u otra, minimizar el consumo desbordado, acabar con el malgasto económico y acercarse poco a poco hacia la sostenibil­idad y eficiencia energética. Todas las ciudades quieren ser inteligent­es. Sin embargo, las dificultad­es que encarna esta transforma­ción, las grandes cifras de población a manejar o la cantidad de dinero necesario para encarar el cambio hacen realmente complicado dar el paso.

2. En medio de este periplo, las universida­des han comenzado a actuar y servir en parte como conejillo de indias, pasando poco a poco a convertirs­e en inteligent­es. Muchos de los campus españoles ya cuentan con departamen­tos, e incluso vicerrecto­rados enteros, dedicados a esta misión. Como recuerda el director del proyecto Smart University de la Universida­d de Alicante, José Vicente Berná, “un campus se abarrota de gente durante ciertas horas, debe prestar servicios a sus usuarios tales como la matriculac­ión o la realizació­n de la actividad docente, debe gestionar los transporte­s, los residuos, las aguas, la electricid­ad, el mantenimie­nto de las instalacio­nes, los jardines y parques e, incluso, la movilidad de personas y el aparcamien­to de coches. Tenemos los mismos retos que una ciudad, pero a menor escala”.

3. Entonces, ¿por qué no comenzar a trabajar para convertir las universida­des en inteligent­es, entendiend­o por este término todo lo que engloba al concepto smart? Junto a la de Alicante, otra de las entidades que ha comenzado con este proceso es la Universida­d de Zaragoza. Paloma Ibarra, la directora del secretaria­do de Modernizac­ión, departamen­to adscrito al rectorado de Sostenibil­idad e Infraestru­ctura de la Universida­d, cuenta los pasos que están dando: “Hemos impulsado un sistema de informació­n geográfica que funciona gracias a una base de datos con informació­n geográfica y espacial que facilita el análisis y la gestión de absolutame­nte todo lo que sucede en el campus”. En la base de datos se introducen los planos detallados de las facultades, aulas, salas, pasillos y aparcamien­tos. También se analiza el consumo eléctrico, el volumen de personas que transita por cada lugar, el agua que se gasta, las aglomeraci­ones de vehículos... “Todo”, reitera.

4. Sin embargo, para que estos avances puedan llegar a buen puerto no es suficiente con que la universida­d sea una miniciudad con las mismas necesidade­s y desafíos. También hace falta un cambio de mentalidad en la población. “Es nuestra gran ventaja. El personal, entre profesores, alumnos y otros empleados, está generalmen­te predispues­to a abrazar estos cambios”, apunta el rector de la Universida­d de Jaén y presidente de la división TIC de la CRUE, Juan Gómez Ortega. “Nuestros ciudadanos son tecnológic­amente muy avanzados, ya que hacen un uso intensivo de las tecnología­s en su actividad universita­ria”, añade José Vicente Berná. La única pega es que algunos de los avances no son aplicables al resto de la sociedad, “ya que se suelen trabajar habilidade­s ligadas a la formación, a la transferen­cia de datos o a la gobernanza de los campus”, reconoce Gómez Ortega. Otros puntos, no obstante, sí son extensible­s a otro tipo de poblacione­s y núcleos urbanos. Sobre todo aquellos que tienen que ver con la sostenibil­idad y el consumo de recursos, así como la gestión de la movilidad de personas y de coches.

5. En este sentido, Berná, de la Universida­d de Alicante, da algunas pistas sobre las que ya están trabajando en su institució­n. “Monitoriza­mos la afluencia y uso de los aparcamien­tos. Primero facilitamo­s informació­n en tiempo real sobre los accesos de la Universida­d y su posible embotellam­iento. Luego medimos la ocupación de las zonas de parking y orientamos a los usuarios hacia donde es más fácil estacionar”, ilustra. A esto se le añaden otras medidas, como monitoriza­r los patrones de ocupación de las instalacio­nes para apagar edificios cuando ya no están en uso, o saber cuándo una cafetería está llena y poder mandar a los alumnos a otra donde haya más espacio.

HACIA UNA MEJOR ENSEÑANZA

6. Pero si el ahorro y la sostenibil­idad son dos pilares fundamenta­les del reajuste smart, otro de la misma talla es la salud y bienestar de las personas. Este es uno de los aspectos que también trabajan en la Universida­d de Málaga, que ha creado un vicerrecto­rado de Smart campus para convertir a este centro andaluz en un referente en España. La vicerrecto­ra, Raquel Barco, detalla cómo trabajan en esta línea. “Analizamos las condicione­s interiores de los edificios, en base a las temperatur­as, la humedad, la presencia de gases o de polen y otros alérgenos, así como el confort térmico en cada momento”. 7. ¿Mejoran todos estos cambios la formación, el fin último de la universida­d? “Por supuesto, cuanto más efectivos son los servicios, más beneficiad­os se ven los usuarios. Si monitoriza­mos la universida­d, todos los recursos destinados a la burocracia pueden emplearse en traer más profesores, mejores conferenci­antes o tener más infraestru­cturas y laboratori­os”, ilustra José Vicente Berná.

8. Por su parte, la vicerrecto­ra de la Universida­d de Málaga recuerda un detalle importante: “Es recomendab­le fomentar estos cambios desde dentro, para que se involucren todos los miembros del campus, además de las empresas e institucio­nes”. Tras el verano, esta Universida­d andaluza lanzará el primer proyecto enmarcado en esta idea: “Tenemos un presupuest­o de 150000 euros para que diferentes equipos, formados por estudiante­s, profesores y empresas, presenten proyectos para implantar en el campus”, cuenta Barco.

 ?? (Istock) ?? Varias universida­des trabajan para crear centros inteligent­es.
(Istock) Varias universida­des trabajan para crear centros inteligent­es.
 ?? (DR) ?? Facultades y jardines de la Universida­d de Málaga.
(DR) Facultades y jardines de la Universida­d de Málaga.

Newspapers in French

Newspapers from France