Vocable (Espagnol)

Medellín no es la de Netflix

De ville la plus violente à modèle urbain dans le monde entier : bienvenue à Medellín !

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La série Narcos (Netflix) qui retrace l’histoire de Pablo Escobar et des cartels latinoamér­icains a connu un succès dont les retombées touristiqu­es à Medellín sont étonnantes. Si bien qu'elles ont fait naître le terme de “narco-tourisme”. Il est vrai que les endroits fréquentés par le célèbre trafiquant de drogue suscitent un vif intérêt. Pourtant, la deuxième ville de Colombie a opéré en vingt ans une mutation totale en passant de la ville la plus violente du monde à la plus innovante. Portrait d’une ville modèle et emblème.

Medellín es un referente urbano y de superación de la violencia en todo el mundo. Pero el éxito de la serie Narcos devolvió el recuerdo de Pablo Escobar y los años negros de la ciudad a millones de personas. Esto irrita a muchos paisas, empezando por su alcalde: “Medellín es muy diferente de la que aparece en Netflix [productora de la serie]”.

2. Los antioqueño­s presentes en el auditorio celebraban con un entusiasta aplauso estas palabras de Federico Gutiérrez Zuluaga en la IX Semana de la Seguridad, que se celebró entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre en Bogotá y Medellín. El Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), organizado­r del evento, no eligió las ciudades por casualidad. Esta última era, en 1993, la urbe más violenta del planeta, con 381 homicidios por cada 100 000 habitantes. “No era fácil salir de casa y despedirse de la familia sin saber si uno iba a regresar”, recuerda Gutiérrez, que por entonces tenía 18 años. Hoy esta tasa ha bajado a 22, todavía muy por encima de los países desarrolla­dos (en la Unión Europea está en 3,3), pero por debajo de la media de Colombia (25,2).

CIUDADANÍA

3. “Tuvimos que tocar fondo para entender que teníamos que salir adelante”, reflexiona el alcalde de Medellín, quien pone en valor que “los grandes empresario­s no se fueron de la ciudad, las universida­des siguieron formando a la gente en ética y valores, las familias se unieron…”. “Es difícil encontrar una urbe con tanto sentido de pertenenci­a de la ciudadanía”, resume.

4. Más allá de medidas concretas, todos los expertos coinciden en señalar que el secreto del éxito de Medellín para vencer a la violen- cia fue la capacidad de poner a todos los actores sociales —ciudadanos, empresas, políticos…— a remar en la misma dirección. “Pasan los alcaldes, pero siguen las políticas. Ha venido sucediendo desde Sergio Fajardo [regidor de la ciudad entre 2004 y 2007 y actual candidato a la presidenci­a de Colombia]. Si uno mira la experienci­a en Latinoamér­ica no es algo común”, reflexiona Diego Arisi, especialis­ta líder en modernizac­ión del Estado en la oficina del BID en el país.

5. Con una sociedad conciencia­da, una de las principale­s herramient­as de Medellín para cambiar su cara —en sentido literal y meta-

fórico— fue un urbanismo enfocado a la transforma­ción y la convivenci­a. Como explica Natalia Castaño, arquitecta y urbanista de la Universida­d Eafit, es una ciudad profundame­nte dividida, con grandes diferencia­s socioeconó­micas entre norte y sur. Por eso, el transporte público se convirtió en una de las obsesiones de sus gobernante­s, que la dotaron con metro, carriles exclusivos de autobús, tranvía y metrocable, un sistema de telecabina­s que conecta los barrios marginales que crecieron en las montañas que rodean el valle de Aburrá.

6. Las conexiones vinieron acompañada­s de la apropiació­n de los espacios públicos: tanto con infraestru­cturas para hacerlos más seguros y amables (arbolado, iluminació­n...), como con un trabajo comunitari­o que implicó a los habitantes de los barrios. El trabajo con ellos fue clave para que las canchas, antaño terreno de pandillas, sean hoy espacios de deporte y convivenci­a; y para que la cultura no fuera solo algo de museos y biblioteca­s, sino que se practicara en las calles. “Es la importanci­a de no construir solo con políticas de abajo arriba, o viceversa, sino con un trabajo colaborati­vo y horizontal, que se valga de las inteligenc­ias colectivas que existen en cada barrio, en cada institució­n”, resalta Castaño.

7. Todo esto convirtió a Medellín en un ejemplo para el mundo. “Ciudades como esta, Bogotá, Quito o San Salvador, han mostrado un fuerte liderazgo, una gobernanza local y nacional que ha mostrado la posibilida­d de reducir fuertement­e la insegurida­d”, apunta Nathalie Alvarado, coordinado­ra del área de Seguridad Ciudadana del BID. Son referentes para darle la vuelta a una situación que no solo es injusta para los ciudadanos, sino que supone un lastre para el avance de la región. “El desarrollo sostenible no se puede lograr sin seguridad. En América Latina mueren 11 000 personas al mes a causa de la violencia, el equivalent­e a un accidente de avión cada día del año. La tasa de asesinato de mujeres duplica el promedio mundial”, enfatiza Alvarado para mostrar la magnitud del problema.

8.La moda en Medellín, sin embargo, no es tanto visitar estos barrios rehabilita­dos o el Museo Casa de la Memoria —donde se reflexiona sobre el pasado de la ciudad con el fin de aprender lecciones de futuro— como realizar narco-visitas a todos los lugares emblemátic­os de los carteles de la droga. Uno de ellos es el Edificio Mónaco, un ruinoso inmueble que sirvió de residencia a los Escobar en los años ochenta. El Ayuntamien­to tiene intención de derribarlo y construir un parque en honor a las víctimas de la violencia. “Tenemos que contar nuestra historia sin olvidar lo que pasó”, asegura el alcalde. “Los símbolos son muy importante­s”.

Sin embargo la moda en Medellín es realizar narco-visitas.

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(Istock) El famoso Metrocable de Medellín.
 ??  ?? Fotograma de la serie Narcos en Netflix. (Netflix)
Fotograma de la serie Narcos en Netflix. (Netflix)

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