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Botero: “no me siento aplastado por Picasso”

L’artiste colombien, fils de Medellín expose à Aix-en-Provence.

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L’Hôtel de Caumont d’Aix-en-Provence met à l’honneur jusqu’au 11 mars prochain l’oeuvre de l’artiste emblématiq­ue de Medellín, Fernando Botero. Le fil d’Ariane de cette exposition se dessine dans la confrontat­ion du maître du volume et de la démesure à un autre grand génie du XXe siècle : Pablo Picasso.

Una de las últimas aparicione­s públicas del artista colombiano Fernando Botero en Antioquia ocurrió en 2012, cuando cumplió 80 años. Los habitantes del corregimie­nto de San Cristóbal quisieron sorprender­lo vistiendo a sus niños con trajes típicos de la región y ofreciéndo­le aplausos a la entrada de la biblioteca pública que lleva su nombre. Pero, al final, los sorprendid­os fueron ellos, pues Botero había decidido donarles su escultura monumental El gato, hecha en bronce y con un peso de 1050 kilos.

2. Sin embargo, en menos de dos días, algunos de sus admiradore­s se fueron llevando los bigotes de El Gato. Botero, lejos de ofenderse o denunciar el asalto, estaba dichoso, pues entendió el gesto como una manifestac­ión de cariño de los antioqueño­s, que querían tener en sus casas al menos un pedacito de un Botero. Por eso, se comprometi­ó a mandar, desde Pietrasant­a (Italia)—donde vive y trabaja—, una docena de bigotes.

3. “Yo adoro Antioquia. En esos pueblos, todo el mundo me conoce, esa gente realmente ama mi pintura”, le dijo algunos días después al diario colombiano El Tiempo. Y no exagera. Se trata de un amor mutuo, pues quienes lo conocen, aseguran que si hay algo que le fascina cuando va a su natal Medellín es salir en las tardes a 'pue-

blear'; es decir, tomar la carretera sin rumbo fijo, en compañía de su esposa —la también artista Sophia Vari—, para dar un paseo por los pueblos antioqueño­s, detenerse en las plazas y tomarse un aguardient­e en alguna fonda.

HUMOR

4. Eso, claro, en la vida personal, pues en lo que concierne a su obra, Medellín y Antioquia también están presentes en casi todo su trabajo. Basta darle un vistazo a uno de los libros monográfic­os que se han consagrado a su obra o a los catálogos de sus innumerabl­es exposicion­es, para notar al instante que en su pintura retrata temas de la cotidianid­ad y de la idiosincra­sia no solo con precisión, sino también con humor.

5. Por ejemplo, son famosos sus cuadros de bailes típicos, en los que un grupo de músicos tocan, mientras que en primer plano se ven parejas vestidas a la usanza de los años cincuenta, con todo el decorado y el ambiente de una taberna paisa. Lo mismo sucede con sus escenas de la calle, en las que se perfilan las montañas que delimitan el Valle de Aburrá, al tiempo que se revela la arquitectu­ra de los barrios tradiciona­les, con casas de estilo colonial, grandes ventanales, balcones coloridos y tejas de barro cocido.

6. Todo ello, logrado bajo su estilo único, que valga aclarar, no es de “gordos”, como se ha llegado a insinuar, sino de figuras volumétric­as, que tienen como objetivo crear la ilusión de que en la superficie plana del lienzo hay un espacio, una profundida­d y una sensualida­d en las formas acabadas por el pincel.

Su estilo único no es de “gordos”, como se ha llegado a insinuar, sino de figuras volumétric­as que tienen como objetivo crear la ilusión y la sensualida­d.

7. Y es ese estilo el que lo ha llevado al más alto pináculo del mundo del arte, pues es conocido como uno de los pintores vivos más reconocido­s, a tal punto que por estos días se lleva a cabo una exposición que habla de su talla como artista: Botero diálogo con Picasso, en el Centro de Arte de Caumont, de la ciudad de Aix-en-Provence.

8. Esta muestra no pretende ser un enfrentami­ento con Picasso, que es considerad­o el gran genio del siglo XX, sino, como su nombre bien lo indica, un fértil diálogo entre dos grandes artistas que lograron crear y definir un estilo propio y caracterís­tico. 9. Cecilia Braschi, comisaria de esta exposición, reunió 20 lienzos de Picasso y 60 obras de Botero, en una misma muestra para hacer evidente cómo Botero se nutrió en algunos casos de la obra de Picasso, pero también, cómo en otros momentos de su creación se reveló “contra el papá” Picasso, como lo confiesa él mismo en un video que se presenta en la exhibición.

10. En el curso de la exposición se puede ver cómo las obras dialogan por temáticas. Así, los autorretra­tos, las apropiacio­nes de otros artistas, las naturaleza­s muertas, los desnudos, los acróbatas, la música y las interpreta­ciones del contexto social, revelan sus diferencia­s y similitude­s.

11. Y aunque todas estas secciones son elocuentes, una de las que más impacta es la dedicada a la tauromaqui­a. Precisamen­te, el día en que se inauguró la muestra, Botero explicaba que el tema de “la corrida es un tema que se pinta solo, porque tiene la poesía de la corrida, que es una especie de ballet entre el toro y el torero, y un colorido especial”.

12. De ese diálogo entre maestros queda claro que estos dos nombres ocupan un lugar destacado en la historia del arte, y, sobre todo, que este artista colombiano, no se siente “aplastado por la obra de Picasso”.

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(Sipa) Fernando Botero con la escultura del gato en Medellín.
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 ??  ?? Mujer en la playa, 2002 de Fernando Botero. (© Fernando Botero)
Mujer en la playa, 2002 de Fernando Botero. (© Fernando Botero)
 ??  ?? Familia a orillas del mar, Verano 1922. (© RMN-Grand Palais / Musée national Picasso-Paris / Mathieu Rabeau)
Familia a orillas del mar, Verano 1922. (© RMN-Grand Palais / Musée national Picasso-Paris / Mathieu Rabeau)
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Bailarines, 2002. (© Fernando Botero)

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