“La música de Haendel tiene mucho del pop actual”
Rencontre avec le contre-ténor argentin Franco Fagioli.
Contre-ténor à la technique virtuose et à la voix flamboyante, l’Argentin Franco Fagioli fait revivre la voix des castrats sur les scènes d’opéra du monde entier. Spécialiste de la musique baroque, il rend hommage dans son dernier album à Handel. Le jeune artiste argentin nous explique avec fougue toute la modernité du compositeur allemand.
Vocable: Nació en Tucumán, muy al norte de Argentina y estudió piano, pero, ¿cómo fue su camino hacia al canto y por qué eligió ser contratenor? Franco Fagioli: Yo me siento músico y la música siempre estuvo dentro de mí, muy fuertemente. Nací en San Miguel de Tucumán, un lugar que se encuentra a 1200 km de Buenos Aires. Si al inicio estudié piano, de niño ya estaba cantando de soprano en coros. Me acuerdo de que, cuando tenía 11 años, fui elegido para cantar en La flauta mágica de Mozart, era uno de los tres genecillos. Y eso fue para mí un golpe de suerte muy grande, lo de estar en el escenario con otros cantantes, llevado por la música, fue una sensación mística… Me encantó pero luego, claro, se me cambió la voz en la adolescencia y me concentré en el piano. Más tarde, fui a acompañar a un coro y, para prepararme, me compré un disco, Stabat Mater de Pergolesi, en unas de las pocas tiendas de discos que había allí, y tuve una revelación al escucharlo, sobre todo la voz del contralto, una voz aguda. Me di cuenta de que, lo que pensaba que era un juego mío, lo de imitar a los sopranos, era un registro vocal. Así que decidí estudiar para contratenor. En Tucumán, fui a la escuela de música, en la universidad y empecé a tener clases particulares con una maestra de canto norteamericana. Fue maravilloso, porque me enseñó la técnica barroca, pero también la de la ópera normal, de Rossini, de Donizetti…
2.Vo: Y, luego, se traslada al prestigioso Teatro Colón de Buenos Aires para estudiar... F.F.: Sí, era como un posgrado de canto. Hice una prueba y me tomaron. El Teatro Colón no tiene tradición de barroco sino de ópera italiana. Y no había contratenor y fue una situación muy bonita porque, en cierto modo, abrí el camino para los contratenores. Estudié ópera tradicional y de todo un poco.
3.Vo: Luego elige asentarse en Madrid… F.F.: En el 2003 gano un concurso en Alemania, el Neue Stimmen [N de la R: un concurso muy prestigioso para las jóvenes promesas operísticas que tiene lugar cada dos años] y que me abrió camino como cantante profesional. Yo iba y venía de Argentina hacia Europa y pensé que, como destino de cantante “sin fronteras”, era más fácil instalarme en una ciudad como Madrid, donde tenía amigos.
4.Vo: Se ha convertido en una de las grandes estrellas de la música antigua, interpretando todo el repertorio de los castrati. ¿Cómo se trabaja esa voz? F.F.: Soy contratenor y, en general, se define así la voz del hombre que canta con un registro de cabeza. Luego, dentro del registro de contratenores, hay diferentes alturas de voces y escuelas de canto, como la alemana, la italiana o a la inglesa. Tengo un registro vocal de mesosoprano, yo he aprendido la técnica del bel canto, asociada a la historia de la ópera italiana. Lo que me ha permitido ir descubriendo y abarcar un repertorio asociado a lo mesosoprano. Es decir, puedo interpretar los papeles masculinos que han sido escritos para los castrati, que tenían voces agudas.
5.Vo: De todos los castrati de la historia, ¿hay alguno que le guste especialmente? F.F.: He grabado un homenaje a Caffarelli que tenía un carácter intempestivo pero cualidades vocales maravillosas. Vocalmente muy amplio y difícil, con mucha agilidad y con líneas agudas. Me gusta también el repertorio del castrato Carestini. Haendel había escrito para él la famosa aria Scherza Infida.
6.Vo: Hablando de Haendel, su nuevo disco es todo un homenaje a este compositor... F.F.: Absolutamente. Para mí, Haendel no es una pieza de museo del siglo XVIII sino una música muy actual. La música de Haendel o de la época barroca, tiene mucho del pop actual, con un bajo y la melodía, las estrofas, los estribillos, los refranes, la armonía. En aquella época no había televisión ni radio ni cine y él consiguió entretener a la gente, siendo accesible no solo para los cantantes sino al público. La ópera que hace Haendel en Londres está obviamente basada en la ópera napolitana y, por eso, se convirtió en un compositor tan querido y famoso a lo largo del tiempo. Bueno, y como yo estoy acostumbrado a cantar a Haendel por mi registro de contratenor quería mostrar su modernidad con este disco homenaje. Intento vivirla de esta manera, no como una partitura sino transmitiendo las emociones relacionadas con un aria de Haendel.
7.Vo: Y, ¿cómo ve la moda actual de los contratenores? F.F.: Bueno, es como en todo. En una época estaban de moda los castrati… y te quedas de piedra al ver cómo a la gente ¡le podía gustar escuchar a gente mutilada! Creo que el ser humano ha tenido siempre una atra-cción por el morbo, por ver los fenómenos de las ferias como la mujer barbuda, el hombre mono del circo, el fantasma de la ópera. Y todo se repite… Ahora están de moda los hombres que cantan agudos.