“Ser libre es mover una incertidumbre”
Interview de Jo Sol, réalisateur de Vivir y otras ficciones.
Vivir y otras ficciones, quatrième long métrage du catalan Jo Sol (1968) est un film de fiction aux frontières du réel qui échappe à tous les dogmes. Le cri artistique de ce film sur la diversité fonctionnelle, entièrement financé par crowdfunding a récolté les principaux prix des festivals de cinéma espagnols en France. Rencontre avec un cinéaste militant.
Vocable:
Después de Tatawo, El taxista ful, Fake orgasm, con su cuarta película Vivir y otras ficciones sigue explorando el tema de la diferencia, de lo que se encuentra fuera de las normas. Jo Sol: En los 70 florecieron las ideas y los dogmas para cuestionar nuestra relación con la realidad, pero creo que ahora esas preguntas se plantean de otro modo, a partir de experiencias que pasan por el cuerpo. Eso me parece más notable a nivel internacional con la alianza de movimientos sociales y de ideas que hablan de la experiencia a través del cuerpo, como es el caso de los movimientos queer, LGBT, crip.
2. Vo: Y vuelve a colaborar con su amigo Pepe Rovira (El taxista ful) quien, por su diversidad mental, simboliza otro tipo de cuerpo roto... Y una denuncia casi política del funcionamiento de nuestra sociedad. J.S.: Sí, es político. Siempre me han interesado los movimientos de pensamiento crítico encabezados por los filósofos franceses como Michel Foucault, Gilles Deleuze, o los situacionistas, como el cineasta y poeta Guy Debord. Han sido una guía para mí. Esta crítica de la vida cotidiana me parece más actual que nunca en un momento en el que la vida prácticamente ha desaparecido y solo existe el sobrevivir. Me interesa el espacio de la felicidad y esa crítica para saber qué es la felicidad, cuando ahora se basa la aceptación según el número de likes. Y quedar fuera de este espacio de normalidad me parece muy valiente, el desafío más grande que se puede hacer es escupir a esta realidad, el no ser juzgado por un pensamiento hegemónico. Pero eso tiene un precio, y en general el precio es la vida.
3. Vo: Y, por eso, ese título, tan bonito, de Vivir y otras ficciones... J.S.: Exacto. Cuando la vida desaparece, la vida se convierte en una ficción. Entonces, el hecho de rebelarse a que tu vida sea un simulacro es la conquista de una autenticidad, que bien merece el esfuerzo de hacer una película.
4. Vo.: En la película juega mucho con todos los discursos transmitidos por medio de las pantallas, los medios de comunicación… J.S.: Sí, son como capas de realidad impuestas que están construidas por los medios de comunicación, los anuncios, las marcas comerciales. Nos demuestra qué es lo que hay en juego socialmente. La auténtica batalla es quién decide qué es lo real, quién construye la realidad. Si tú no puedes ser feliz porque eres precario, pobre, no deseable, porque no entras en el mercado de la carne, entonces, rebelarse a todo eso, genera otra realidad. Eso forma parte del discurso del arte, aunque, cada vez más, el arte tiende a neutralizarse por el diktat del financiamiento de las películas. Nadie quiere estar en esta posición, tan precaria, pero, desde esta minoría, reside el poder y la autenticidad. Una fuerza del viento, inmaterial, que tiene un poder extraordinario. Pero cuesta mucho dominar intemperies, hay que saber enfrentarse a la soledad de ser maldito. Para mí, estar en esta posición me permite ser libre. 5. Vo.: Y escapa también al encasillamiento, porque su cinta no pertenece a la ficción y tampoco se puede considerar un documental… J.S.: Ser libre es mover una incertidumbre. Y allí radica el poder de poder proponer algo distinto. No entiendo esta tensión por las formas. La necesidad de etiquetar reduce el discurso, impide pensar. Genera vacío y es contrario a toda forma de arte, de actividad intelectual. 6. Vo.: El flamenco de Niño de Elche es, casi, otro personaje de la película. J.S.: Sí, el flamenco en la película es un poco como el coro en el teatro clásico. La música y la personalidad del Niño de Elche encajaban con la película. A él le gusta romper las fronteras del flamenco. La letra de las canciones son del poeta Antonio Orihuela y lo demás es música popular.