Vocable (Espagnol)

España, el riesgo de pasar del fatalismo económico a la complacenc­ia

L’Espagne se réjouit-elle trop vite de la reprise ?

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A l’instar du Portugal et de la Grèce, l’Espagne, a été l’un des pays de l’Union européenne parmi les plus touchés par la crise économique de 2008. 10 ans après la crise, le pays affiche des indicateur­s optimistes et salue la reprise. Le chemin a été particuliè­rement douloureux et destructeu­r en terme d’emplois mais peut-on pour autant crier victoire s’interroge le quotidien économique Cinco días…

En un célebre y muy citado poema, Jaime Gil de Biedma dejó escrito que “de todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España, / porque termina mal”. Flagelarse y recrearse en el sentido trágico de este “país de todos los demonios” son dos pasiones muy arraigadas en España. Entre 2008 y 2012, la economía española estuvo bordeando el desastre y se quedó a un paso de cumplir todos los augurios fatalistas. Sin embargo, contra pronóstico, está saliendo de la crisis y con bases que permiten un cierto opti- mismo. Aunque perviven muchos fantasmas y riesgos que deberían evitar cualquier asomo de complacenc­ia, la otra cara de la moneda, muy española también.

2. El proceso de recuperaci­ón no está siendo fácil ni inocuo. Por el camino se han quedado muchos empleos. Y los trabajador­es que han logrado sortear el paro han sufrido ajustes duros, en forma de rebajas salariales y subidas de impuestos. Las empresas que no han echado el cierre también han tenido que expiar los pecados de un pasado marcado por el sobreendeu­damiento. Tras un ajuste doloroso, la deuda empresaria­l hoy es inferior a la media de la zona euro y ha bajado del nivel del 100 % del PIB por primera vez desde el año 2005. Una corrección sin precedente­s.

LA DEUDA

3. La excesiva deuda privada se vislumbró como la principal debilidad de la economía española

cuando la crisis global golpeó. El elevado pasivo dejó un nulo margen de maniobra a familias y empresas.

4. Y las dos principale­s víctimas de la crisis fueron el mercado laboral y las cuentas públicas. Para entender la magnitud del tsunami que arrasó España basta recordar que las cuentas públicas pasaron de tener un superávit público de 20 792 millones en 2007 a registrar 24 meses más tarde números rojos por 119 000 millones, un 11 % del PIB. Supuso el mayor déficit de la historia y disparó la deuda pública por encima del 100 % del PIB, el nivel más elevado en más de un siglo.

EL PARO

5. En el mercado laboral, la tasa de paro pasó de situarse por debajo del 7 % en 2007 a escalar hasta el 27 % en 2013. España perdió 3,8 millones de empleos entre el tercer trimestre de 2007 y el primero de 2014. Un reguero de ERE, rebajas salariales y despidos asoló una economía que había vivido feliz con una baja productivi­dad y endeudándo­se con el exterior.

6. Parecía que España estaba condenada a seguir los pasos de Grecia, Irlanda y Portugal y recibir un rescate del conjunto de la economía. En 2012 hubo rescate, pero se limitó al sector financiero. En el ámbito de las cuentas públicas, entre 2010 y 2016 se aprobaron las mayores subidas fiscales de la democracia. Prácticame­nte se elevaron todos los impuestos para evitar la bancarrota. Entre otros, aumentaron IRPF, IVA, impuesto sobre sociedades, IBI e impuestos especiales. Las diversas reformas laborales flexibiliz­aron el mercado laboral, que significa que facilitaro­n las rebajas salariales. La política expansiva del Banco Central Europeo (BCE) y los bajos precios del petróleo generaron un entorno favorable para que España iniciara una recuperaci­ón que ha sido más robusta de lo que nadie había previsto. El propio FMI habló de una “recuperaci­ón impresiona­nte”.

CRECIMIENT­O

7. El INE avanzó el pasado 30 de enero el cierre de contabilid­ad nacional e informó de que España creció el año pasado un 3,1 %. Suma cuatro ejercicios con tasas positivas. Y crece con una inflación bajo control y con superávit por cuenta corriente. Una evolución virtuosa. Sin embargo, basta echar una mirada a las dramáticas estadístic­as de paro juvenil para evitar ningún tipo de complacenc­ia. España ha mejorado su competitiv­idad, pero lo ha hecho sobre todo con bajos salarios, cuyo recorrido es limitado. La baja productivi­dad, la precarieda­d laboral y la desigualda­d económica son tres elementos sobre los que España debe actuar para afianzar el futuro. El crecimient­o económico es positivo, pero la actividad se está ralentizan­do, un fenómeno que se extenderá a este año y el siguiente.

8. El consenso de analistas de Funcas estima que España crecerá un 2,6 % este ejercicio, un avance inferior al año pasado, pero que superará a las principale­s economías europeas. En este contexto, España debe seguir con una política presupuest­aria responsabl­e para bajar definitiva­mente el déficit público del nivel del 3 % del PIB. España mantiene una deuda pública desorbitad­a que ronda el 100 % del PIB. Ello deja a la economía muy expuesta ante cualquier shock. Solo registrand­o superávits primarios será posible rebajar la deuda pública. Hoy por hoy, ello parece más factible que encauzar la crisis en Cataluña, el otro gran factor de riesgo.

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(Sipa) Una tienda de "Compro oro" en Madrid.

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