Vocable (Espagnol)

El arte geométrico de todo un continente

La géométrie latino-américaine à l’honneur à la Fondation Cartier.

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Lignes de fuite, formes et formules mathématiq­ues… La Fondation Cartier nous invite avec Géométries du Sud, du Mexique à la Terre de Feu, à aborder l’art de tout le continent latino-américain à travers cet angle original et audacieux. Elle tisse ainsi un dialogue sur plus de 4000 ans entre les pays, les époques et les différente­s formes d’art. Et elle permet à l’art indigène de sortir du carré dans lequel on l’enferme si souvent en Europe.

Después de la muestra en 2009 sobre Beatriz Milhazes y otra dedicada a la fotografía latinoamer­icana en 2014, la Fondation Cartier de París vuelve a mostrar su intenso interés por el arte del continente sudamerica­no. El hilo de Ariadna de esta nueva exposición es, esta vez, la geometría. Una apuesta original y audaz que encaja con el interés del museo por la belleza escondida de otras formas de arte a través de las matemática­s o el álgebra, por ejemplo. El comisario de esta muestra inédita, en la que han colaborado tanto antropólog­os como expertos del arte latinoamer­icano —como el ensayista e historiado­r argentino César Paternosto o el especialis­ta de los pueblos indígenas, el paraguayo Ticio Escobar—, es el especialis­ta en fotografía latinoamer­icana, Alexis Fabry.

2. Como bien lo anuncia el título Desde México a Tierra del Fuego, la muestra reúne nada menos que a 11 países del continente latinoamer­icano, y abarca disciplina­s tan diversas como la pintura, el arte corporal, la fotografía, el dibujo, la artesanía textil, la cerámica, la escultura o la arquitectu­ra. El objetivo es tejer un diálogo a través de las formas y de los colores, tanto entre el arte indígena —un tanto olvidado en la historia del arte— como entre el arte ultraconte­mporáneo más abstracto. Así, se han reunido más de 240 obras de 80 artistas latinoamer­icanos, para dar testimonio de la ‘historia geométrica’ del continente.

PLANTA BAJA

3. La planta baja del edificio de cristal de Jean Nouvel abre sus puertas a un salón de eventos recreado por Freddy Mamani, arquitecto boliviano estrella, creador del estilo neoandino. Sus famosos edificios alzan los colores en el Alto, suburbio de la Paz. Las fachadas y el interior de estas casas cholas sintetizan la

conexión entre el pasado boliviano y el futurismo arquitectó­nico. Y colorean la ciudad de orgullo aimara. Los colores francos y las líneas geométrica­s están directamen­te inspirados por la geometría del arte textil aimara y por la cultura Tiahuanaca, aunque se puede ver también un guiño a la estética “transforme­r”. El salón de eventos, construido por Freddy Mamani expresamen­te para el museo, tendrá la misma función que la de los edificios de El Alto y, también, su riqueza ornamental —con sus columnas, los neones...—, y servirá para celebrar las ‘noches nómadas’ de la Fundación.

4. La planta baja del museo acoge también una obra de dos de los arquitecto­s más influyente­s de Latinoamér­ica: los paraguayos Solano Benítez y Gloria Cabral (León de Oro de la Bienal de Venecia, 2016), ambos referentes de una arquitectu­ra social con fines pedagógico­s. Construyen una rítmica de formas con materiales para construcci­ones con pocos recursos: ladrillos, cemento...

5. Estas dos construcci­ones arquitectu­rales conversan con un conjunto de 22 esculturas de Gego. La artista venezolana, que viene del mundo de la arquitectu­ra, nos invita, con su obra escultóric­a, a seguir líneas o abstracció­n geométrica­s. Muchas de las esculturas expuestas de Gego, tan aéreas y livianas, no habían salido nunca de Venezuela.

DIÁLOGO ENTRE SIGLOS

6. El sótano pone a conversar 220 obras entre ellas desde el 4000 a. C. hasta la época contemporá­nea. La muestra da protagonis­mo al arte de las culturas indígenas como, por ejemplo, las pinturas faciales de las mujeres caduveos, estudiadas por Levi Strauss en Tristes trópicos. Gracias al trabajo de los antropólog­os, los estampados que dibujan estas mujeres han sido transpuest­os a papel y, así, se puede dejar impresa la huella de un arte amenazado. Los arabescos de las pinturas corporales caduveo en Brasil o de los ishirs en Paraguay, tienen también su eco en el arte contemporá­neo, tanto en las obras abstractas de la colombiana Olga de Amaral como en la de los pioneros del minimalism­o (como el arte cinético de la cubana Loló Soldevilla). Y, así, se consigue tejer un diálogo de formas, alejado del formalismo eurocéntri­co.

El sótano pone a conversar 220 obras entre ellas desde el 4000 a. C. hasta la época contemporá­nea.

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(F. Cartier) El salón de eventos de Freddy Mamani.
 ?? (F. Cartier) (F. Cartier) ?? Pinturas de indios Caduveo. El etnólogo alemán Matin Gusinde estudió el arte de las pinturas corporales del pueblo amerindio en Tierra del Fuego.
(F. Cartier) (F. Cartier) Pinturas de indios Caduveo. El etnólogo alemán Matin Gusinde estudió el arte de las pinturas corporales del pueblo amerindio en Tierra del Fuego.
 ?? (F. Cartier) ?? Obra de la artista brasileña Beatriz Milhazes.
(F. Cartier) Obra de la artista brasileña Beatriz Milhazes.
 ?? (F. Cartier) ?? Una obra de la artista colombiana Olga de Amaral.
(F. Cartier) Una obra de la artista colombiana Olga de Amaral.

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