Lourdes Almeida: el ojo de la frontera
La photographe mexicaine Lourdes Almeida expose sa vision de la frontière.
Pendant trois ans, la photographe mexicaine Lourdes Almeida (1952) a sillonné la frontière entre le Mexique et les Etats-Unis pour témoigner des vies qui se cachent derrière le phénomène migratoire. Cette disciple de Manuel Álvarez Bravo, expose son oeuvre jusqu’au 26 janvier à l’Institut Culturel du Mexique dans le cadre de la 22ième édition de Paris-Photo. Elle commente pour nous quelques unes des photos de l'exposition.
Vocable: ¿Cómo surgió su deseo de dedicar una serie de fotografías al tema de la frontera? Lourdes Almeida: Cuando mis nietas tenían trece años migraron a EE. UU. y, en ese momento, tomé la decisión de hacer un proyecto sobre migrantes mexicanos que cruzan la frontera a pie por el desierto, se llama Terra incógnita, zapatos de migrantes y, a partir de ahí, nació Frontera con la curaduría de Christine Frérot.
2. Vo.: ¿Cuánto tiempo duró su proyectoinvestigación y cuál fue el recorrido geográfico? L. A.: Duró tres años. De 2015 a 2018. Me recorrí de cabo a cabo la frontera entre México y EE. UU. en diferentes momentos.
3. Vo.: ¿No fue un tema difícil de retratar? L. A.: Por supuesto, es un tema difícil de tratar. Entrevisté a migrantes a ambos lados de la frontera. Nunca en el desierto. Yo hice recorridos por el desierto, caminándolo para entender la geografía a la que se enfrentan los migrantes. En esos recorridos encontré muchos zapatos.
4. Las entrevistas las hice en diferentes lugares, con algunos trabajé en sus casas del lado gringo y trabajé también con muchos migrantes deportados a diferentes estados de México a lo largo de la frontera. Puedo decir que no fue nada sencillo convencer a las personas de que se quitaran los zapatos para que yo pudiera fotografiarlos. Afortunadamente, me encontré con gente que confió en mi proyecto y que quiso colaborar.
5. Vo.: ¿Nunca corrió peligro durante estos tres años? L. A.: A pesar de que algunos lugares tienen fama de ser muy peligrosos, como “El Nido del Águila” en Tijuana, o Reynosa, Tamaulipas..., nunca sentí que corriera ningún riesgo, tal vez porque
no pensaba en eso, era más importante conseguir realizar mi proyecto. Incluso ayudó el hecho de que yo no soy reportera gráfica, eso contribuyó a que las personas colaboraran conmigo. Yo les explicaba que el sentido principal de mi proyecto era el de contar metáforas más que hacer un reportaje gráfico.
6. Vo.: La huella de la violencia o de la dureza de la experiencia queda reflejada en las miradas, pero sin caer en una visión dramática. ¿Era una pauta importante de su proyecto? L. A.: Yo siento que lo que se refleja en algunas de las personas que retraté es la frustración y el dolor de no haber logrado su sueño o, en su caso, de haberlo perdido. Y, en otros, a pesar de haber logrado cruzar, queda una huella de un dolor intrínseco por no estar cerca de su familia y porque, en general, viven una vida muy difícil como migrantes.
7. Vo.: La elección de Trump en 2016, a medio camino del proyecto, ¿influyó de alguna manera? L. A.: Para muchos migrantes esta situación ha sido tremenda. Sobre todo para los “drea- mers” y los acogidos dentro del proyecto llamado DACA (Deferred Action Childhood Arrivals). Ha habido muchos “dreamers” deportados a México que ya no tienen nada que ver con nuestro país porque se fueron desde muy pequeños, ni siquiera hablan español y se han tenido que adaptar a esta nueva vida. Muchos otros tienen la amenaza constante de la deportación. Y, una de las situaciones más dramáticas, ha sido la separación de las familias.
8. Vo.: Como nos lo comentaba antes, no viene del fotoperiodismo sino más bien de una fotografía más metafórica, entonces... ¿cuál fue el objetivo de este proyecto? L. A.: Mi objetivo siempre fue el de contar metáforas desde los zapatos de los migrantes. Sin embargo, al recorrer la frontera, me encontré con una gran riqueza visual, además, estaba el “Muro”... Cuando realizaba las entrevistas era inevitable no hacer retratos de esas admirables personas a las que no les importa arriesgar su propia existencia para buscar una vida mejor. Ahora, no todas las personas a las que entrevisté aceptaron ser retratadas, porque tenían miedo a que las identificaran y deportaran.
9. Vo.: Hay mucha variedad de técnicas en la exposición… L. A.: Eso tiene mucho que ver con mi estilo de trabajo y la curaduría de Christine Frérot, aunque en la exposición Frontera hay menos técnicas que
en la anterior. El hilo es el tema en sí: “la frontera” norte de México y sus historias. No soy una fotógrafa convencional, me gusta explorar diferentes ámbitos, no me importa pasar de la imagen monocromática al color, me encanta jugar con diferentes materiales...
10. Vo.: Retrata los zapatos de los migrantes en blanco y negro como si fuera un “collage” surrealista... ¿Qué técnica ha usado? L. A.: Todas las imágenes son digitales, realizadas con una cámara de gran calidad. Decidí en algunos casos aislar los zapatos encontrados en el desierto para que tuvieran más fuerza visual y, de esa forma, buscar la reflexión en el espectador. Y, también, para transmitir de alguna manera la inclemencia del clima, porque en el desierto la temperatura puede ser de 50 ºC durante el día y, por la noche, los grados llegan a bajo cero, y esas temperaturas degradan mucho los objetos. Las fotografías están realizadas en exterior con luz de día a, precisamente, 50 ºC, sobre un fondo de papel de estraza, para que parezca que han sido sacadas en un estudio profesional.
11. Vo.: Fue alumna de Manuel Álvarez Bravo, ¿ha influido en su obra? L. A.: El maestro Álvarez Bravo fue una persona extraordinaria, todo lo que hacía era una lección de vida, él fue mi maestro cuando iba a cumplir 90 años, imagínate su sabiduría. Él nos enseñó a pensar la toma, nos decía: “No hagan imágenes basura, ya hay muchas, piensen bien sus encuadres y lo que quieren comunicar”. Recuerdo sus consejos constantemente, así que puedo decir que sí, que hay cierta influencia de él en mi trabajo, sobre todo, en el tipo de trabajo que realicé para hacer Frontera.
12. Vo.: ¿Qué opina del trabajo de JR, quien colgó el retrato de un bebé en la frontera, en septiembre del año pasado? L. A.: ¡Me parece genial! Yo perseguí esa imagen, fui a la colonia, a las afueras de Tecate, en la frontera del lado mexicano y, después, al lado americano, no fue nada sencillo encontrar el camino. Y realicé una foto-composición con Kikito.
No soy fotógrafa convencional, me gusta explorar diferentes ámbitos.